Los gestos de los futbolistas del Calasanz al término del partido ante el Real Oviedo lo decían todo. Exhaustos y tumbados sobre el césped habían desaprovechado una oportunidad para afrontar la última jornada de liga con ciertas opciones de permanencia. Sin embargo, el empate deja al equipo coruñés en una posición extremadamente delicada, ya que incluso podría descender hoy a Liga Nacional dependiendo de resultados de terceros. Un mazazo para un Cala que se dejó todo pero no fue suficiente.

El encuentro ya comenzó con una mala noticia para el cuadro local. Mike sufrió en los primeros minutos un golpe en la cabeza que le obligó a ser sustituido y posteriormente trasladado en ambulancia al hospital, donde le pusieron 6 puntos. El susto del día. 

El club coruñés se adelantó por medio de Estévez pero un golazo de Borja para el Oviedo deja al Cala a la espera de resultados de terceros en la lucha por la salvación

Sin embargo, el equipo coruñés se rehizo y fue el dueño de la primera media hora de partido. Compacto y a la espera de salir a la contra con verticalidad, el Calasanz supo hacerle daño a una defensa del Oviedo dubitativa. Estévez aprovechó esas dudas para anotar el 1-0 en el minuto 13. Le ganó la partida al central tras una peinada en un balón largo y, solo ante el portero, lo regateó y marcó a placer con la zurda.
El Calasanz estaba cómodo y lo demostraba cada vez que podía enviar un balón a la espalda de la zaga visitante. Estévez volvió a utilizar su potencia y velocidad para superar a un contemplativo Miguel y encaró el área con el balón controlado. Esta vez decidió cederle el cuero a Iago pero su compañero llegó forzado y resbaló antes de conectar con la zurda un disparo flojo. 

Antes de que se cumpliese la media hora, el Cala pudo hacer el 2-0 en un intento de gol olímpico de Pedro y en un cabezazo desviado de Iago a centro de Migui. Sin embargo, el Oviedo castigó la falta de puntería local poco después con un golazo de Borja. El mediapunta recibió en tres cuartos, recortó con la derecha, se acomodó el balón y engatilló con la zurda un disparo templado pero dirigido a la mismísima escuadra.
El 1-1 despertó al conjunto asturiano, que comenzó a encontrar fluidez en la circulación de balón a pesar del estado del terreno de juego, claramente encharcado en algunas zonas. Además, el Calasanz dejó de hacer daño con sus puntas (Iago y Estévez) y en los minutos finales del primer acto parecía más cerca el 1-2 que el 2-1.

Llegadas locales

El paso por vestuarios sentó bien al Calasanz. El conjunto dirigido por Diego Martín saltó al campo en la segunda mitad llegando al área rival y con valentía para defender unos metros más arriba. 

Estévez, que fue el jugador que llevó más peligro del Cala, tuvo una oportunidad a pase del centro Berto pero su potente chut se marchó alto. Poco después pudo hacer el 2-1 Iago en la ocasión más clara del segundo acto para los locales. Un error de cálculo del central Lucas le dejó el balón muerto dentro del área pero el portero Miguel despejó con reflejos su tiro con la zurda.

Migui también probó suerte desde fuera del área y más tarde Iago cabeceó alto. Ahí se escaparon las opciones de un Calasanz que acabó el partido con varios jugadores con calambres y colgando balones sin el premio del gol.