Deportivo 2-0 Celta
Si gana al Choco y al Ural, ambos como visitante, el Deportivo se proclamará campeón de zona de División de Honor Juvenil. Ayer hizo lo más difícil. Ganó por tercera vez –un amistoso de pretemporada y los dos partidos de liga– al máximo rival, el Celta. Tiene un punto menos y también un partido menos. Solo la relajación podría evitar que el Depor sea el mejor equipo juvenil de Galicia esta temporada.
El Deportivo demostró que no hace falta tener un porcentaje de posesión muy alto, ni atrincherar al rival, ni crear muchas ocasiones para dominar un partido. El equipo de Gilsanz fue superior al Celta de principio a fin gracias a una lectura impecable y a la eficacia de Nájera, autor de los dos goles.
El Depor se permitió, ante el Celta, añadir matices más conservadores –ni mucho menos rácanos –a su plan habitual. Sin asumir tanto riesgo y sin presionar tan alto como en otras ocasiones, pero con una organización defensiva prácticamente milimétrica en un posicionamiento plegado, el Deportivo permitió que el rival saliese con la pelota jugada desde la primera zona. Anulando a Damián –mediocentro defensivo– y Fran –delantero–, dos futbolistas que apenas entraron en juego, los de Gilsanz daban el primer paso.
Con la novedad de Trilli en el lateral izquierdo, con Quique en el derecho, con una pareja de centrales formada por los habituales Nico y Barcia, con un doble pivote compuesto por Brais Val y Mario, con Víctor y Mella por fuera, con Nájera como delantero en defensa y como mediapunta en ataque y con Noel como jugador más adelantado, el Depor se mostró dominador con menos posesión que su rival. Las mejores, que no muchas, ocasiones en el primer tiempo fueron del cuadro deportivista. El primer aviso nació en una ruptura de dentro hacia fuera de Noel a la espalda de Gael, capitán del Celta. Su pase desde la línea de fondo encontró a Mella en posición de remate pero la acción terminó sin consecuencias.
El Celta, armado en un 1-4-3-3 con un interior –Cantero– cerca del punta y el otro –Sotelo– más próximo al mediocentro, lo intentó fundamentalmente buscando a sus extremos: Jesús en la derecha y Hugo Álvarez en la izquierda. El Depor permitió que sus centrales progresasen en conducción, pero cerrando muy bien las líneas de pase para que la pelota no llegase en buenas condiciones a las bandas. Los hombres de Jorge Cuesta solo inquietaron con un disparo de Hugo desde dentro del área.
Como en tantas otras ocasiones, una acción a balón parado deshizo el 0-0 inicial. El Celta, que estuvo rematadamente mal en los tres saques de esquina que botó en el primer tiempo, defendió aún peor el primero en contra del segundo acto. Víctor ejecutó con la derecha desde el costado izquierdo. El cuero se paseó por el área pequeña y aterrizó en el segundo palo sin que ningún defensa llegase a despejar. Mario Nájera, el más listo de la clase, cazó la bola libre de marca y la mandó (1-0) a la red.
Óscar Gilsanz recordó a su etapa como entrenador del Villalbés, equipo en el que se convirtió en un auténtico especialista del robo y el contraataque. El Celta, con un César muy nervioso en la portería, y con demasiados futbolistas inoperantes e imprecisos con balón, se dio contra un muro. Movió el esférico en horizontal, no encontró profundidad ante las líneas juntas del Depor y fue incapaz de empatar. Su opción más clara estuvo en la cabeza de Sotelo que, entrando desde segunda línea, sorprendió a los centrales locales tras un centro desde el costado derecho del ataque celeste.
Al técnico del Depor no se le escapó ningún detalle y, cuando entró Facu en el Celta, un futbolista desequilibrante y de uno contra uno, dio orden a Trilli de emparejarse con él, lo que provocó que pasase al lateral derecho y de nuevo al izquierdo. Nájera sentenció en el 71, en una acción rápida que remató con un tiro raso.