Cinco temporadas, aunque no consecutivas, con el Deportivo contemplan al internacional costarricense Celso Borges Mora (San José, 1988) que dejó el club el año del descenso, en la campaña 2017-18, y que regresó esta, donde está viviendo una situación que no esperaba. Cuestionado por parte de la afición, el ‘tico’ se muestra autocrítico, pero confiado en que el equipo aún está vivo en la competición, ya que el fútbol da muchas vueltas, y apela a mantener el equilibrio en estas circunstancias.
Es difícil saber qué decir en estos momentos cuando hay que demostrar más que hablar, ¿no?
Sí, es eso. Uno necesita un poco las victorias para que respalden todo lo que se habla durante la semana. No se puede dejar de hablar, evidentemente, porque ese tampoco es un camino a tomar, pero quieres simplemente ganar para que ese sea tu mayor argumento.
Hablábamos esta semana en dxt con Gabriel Pita, un psicólogo deportivo que estuvo hace años en el club, sobre los bloqueos mentales. No hay esa figura actualmente en el Depor pero ¿sentís a veces la necesidad de poder expresarle a alguien cómo os estáis sintiendo? Porque en el campo da la sensación de que estáis como atados y que el juego no acaba de fluir...
Cuando uno pierde o no obtiene los resultados que uno espera o que eran esperables inevitablemente se empiezan a buscar factores, de por qué no se dan los puntos o se consiguen las victorias y terminas viendo muchas cosas que se pueden hacer. Te pongo el ejemplo de Guijuelo, después de ganar ese partido daba la sensación durante la semana de que todo salía mejor, todo fluía y luego te encuentras un partido (ante el Racing de Ferrol) donde estás siempre en el juego pero te meten y anímicamente te cambia. ¿Hablar con alguien? No lo sé, es más bien nosotros soltar esas amarras, por decirlo así, o no dejarnos caer cuando la situación... Un gol en contra sucede en cualquier partido y es como si siempre fuese un mazazo y está claro que no puede ser así. Estás en el campo y da la sensación de que estás en el juego todavía, si hacia afuera se ve esa otra percepción trataremos de cambiarla.
Jugadores como tú, Bóveda, Álex que lleváis muchos años, ¿estáis sintiendo que tenéis que hablar más con los más jóvenes? Porque cuando hay una situación complicada uno siempre busca un referente, alguien a quién seguir, y da la sensación de que el equipo está perdido a veces...
Es un juego colectivo, creo que cada uno trata de ganar sus mini batallas en el campo y trata de hacerlo lo mejor posible para un beneficio global. Cada uno aquí tiene un nivel de compromiso con la situación y el nivel de sacrificio con lo que está haciendo tremendo. Y referente a eso (líderes) yo creo que no. Cuando se están ganando los partidos esas preguntas no se hacen y ahí es donde se ve, cuando se entra en situaciones difíciles, si somos capaces de revertirlas todos como conjunto. No se trata de si hay un referente o si hay que seguir a alguien, sino en que cada uno esté concentrado en su trabajo y tratar de hacerlo bien.
Ya viviste un descenso a Primera y un momento muy complicado en el club, similar o incluso peor está siendo este, ¿cómo lo estás viviendo a nivel personal?
Es que no me rindo, soy muy cabezón. Por supuesto que cada derrota y cada vez que se dejan puntos duele, pero si algo hemos aprendido, bueno he aprendido yo en mi carrera, es que hay que ser cabezón y no hay que rendirse nunca. Aquí es fútbol y me he visto en situaciones en las que parecía que estaba todo perdido y de pronto ganas y empieza el fútbol a hacer de las suyas y te metes. Es que aquí hasta que no esté todo dicho puede pasar cualquier cosa. Lo que si no podemos tirar la toalla, evidentemente. Creo que todavía estamos ahí, en el mambo, y tenemos que darle hasta el final.
¿Y es posible focalizarse solo en el siguiente partido? Porque solo quedan tres duelos y fuera ya se habla de otros objetivos...
Sí, es un poco tema de meditarlo, de hasta dónde puedes controlar, hasta dónde llega tu alcance. Y llega hasta el Pontevedra y hasta el siguiente entrenamiento. Es que más de eso es gastar energías y las necesitamos todas para que esto salga bien. Es mucho desgaste el estar pensando en lo que viene, es más ir a por el partido que es y después de ahí veremos lo que sucede. Como te decía antes puede pasar cualquier cosa y tengo fe, pero hay que vivir un poco el presente. Yo sé que el entorno tiende a hacer visionarios y a ver lo que va a pasar, pero realmente hasta que no pasen las cosas...
Este año no hay público y el sentir del entorno se visualiza sobre todo en las redes sociales, sobre todo lo malo, y en las que se ha cuestionado a jugadores, como es tu caso. Aunque has tenido la confianza de Vázquez y ahora de La Barrera ¿tú cómo te ves y sientes en esta temporada personalmente en tu papel individual y colectivo? Porque entiendo que también llegaste con unas perspectivas y se han dado otras..
¿Quién no ha sido cuestionado en su carrera deportiva? A todos en algún momento se nos ha cuestionado por alguna razón y aquí seguimos. No hay un camino del éxito totalmente llano, siempre hay momentos en los que alguna gente apunta más que otras. Es algo que tengo muy asumido, sé que cuando las cosas no están saliendo algunos cargamos con más responsabilidad, como así tiene que ser, pero también soy muy crítico conmigo mismo. Siempre he sido un jugador de equipo y cuando las cosas han ido bien siempre me mantengo dentro de una ecuanimidad, no me he vuelto loco y ahora tampoco tengo un carácter de tristeza absoluta. Creo que hay que tener estabilidad en la vida, el fútbol es tan bonito porque hay muchas opiniones, a la gente le gusta mucho el fútbol y cada uno tiene su visión de lo que es bueno o no. Me siento bastante bien, creo que la temporada va a ser de acuerdo a cómo nos vaya con el equipo. Los jugadores dentro de un beneficio grupal somos los que más lo vemos de esa manera.
Y sin duda esa falta de público este año en el Abanca Riazor pasa más factura al Deportivo que a otros equipos de la categoría...
Sí, es muy diferente. Ahora, la situación es en todo el mundo. Nos encanta y nos motiva muchísimo jugar con público (en Riazor). Que tenemos claro que es así y que, por supuesto, no hemos hecho las cosas bien y es nuestra responsabilidad, pero nos hace falta el público, porque da un plus anímico absoluto.
Celso Borges, que actualmente se prepara para en el futuro ser entrenador, ha vivido desde pequeño con intensidad el fútbol gracias a su padre, el técnico Alexandre Guimaraes, del Atlético Nacional de la Primera A de Colombia.
Hablabas antes de lo bonito del fútbol y tú tienes en tu familia a alguien que lo disfruta y sufre también desde dentro, tu padre, ¿has hablado con él de esta situación?
Sí, sí. Él ha pasado también por momentos muy difíciles y lo que te comentaba antes, hay que mantener la calma en los dos picos de la vida, cuando se está muy bien y cuando no. Los extremos en este caso no son buenos y hay que buscar la mejora individual dentro de lo colectivo. Ha visto los partidos y siempre me está corrigiendo, dentro de una cuestión individual, nunca se mete en cuestiones tácticas, pero es padre también (risas). Él ha pasado por momentos difíciles y sabe que lo que nunca hay es que perder la calma, darse cuenta de que la situación es urgente, pero es que lo otro no lleva a nada.
Comentabas anteriormente que tú tienes fe, ¿crees que en general el sentir del equipo va por ahí?
Pasa por nosotros, el ganar nuestro partido. Después es incontrolable, es algo que se nos escapa. Podemos controlar nuestro resultado, muestra manera de entrenar, o nuestra manera de jugar, ni siquiera el resultado. Tratas de controlar la manera de jugar para conseguir ese resultado, pero luego es fútbol ¿Qué pasa si al 3-0 de aquella final de Champions del Liverpool con el Milan se dice que estaba todo dicho? Pues lo mismo, puede pasar cualquier cosa.