Gran esfuerzo el realizado por ambos conjuntos, que tuvieron que disputar el derbi vigués en un terreno de juego anegado por la mucha agua caída sobre Vigo en los últimos días. Fue el Celta B quien llevó el peso del encuentro en los primeros minutos de juego, aprovechando la zona por la que circulaba mejor el balón. De hecho, el gol llegó por esa banda derecha, tras un mal despeje de las defensa del Coruxo. Con venta en el marcador, el filial estuvo cómodo, pero dejando que el propietario del campo se fuera creciendo hasta llegar a hacer dueño del partido, aunque sin tener demasiada claridad ante la portería defendida por Sotres.
Rafa Sáez, entrenador del Coruxo, revolucionó el equipo tras el paso por el vestuario, colocando una defensa de tres con Mario, Crespo y Pablo García, metió a Antón en la banda derecha y subió a Mella a la punta de ataque para ayudar a Mateo. La situación no varió demasiado, pues el Coruxo mantenía el tipo y ahora lograba llegar con más insistencia al área del Celta B, que trataba de aprovechar una contra para salir en velocidad. Pero a medida que pasaban los minutos, el agotamiento físico comenzaba a hacer presencia debido al estado del terreno de juego, pero el Coruxo mantenía el balón ante un filial que lo perdía con demasiada facilidad, pero el marcador no se movió.