Que el juego del Barcelona no es el que era no es una percepción, sino una realidad. Aquel ‘jogo bonito’ con el que sorprendió al mundo del fútbol se ha transformado en un ir tirando partido a partido, ahora con la Champions, clasificado para los cuartos de final frente al Bayern de Múnich, el viernes en Lisboa.
En positivo, Leo Messi llega al momento culminante del curso en buena forma. Ante el Nápoles anotó un gol, le anularon otro y forzó un penalti.
Frenkie de Jong fue otro de los destacados. Después de una lesión que le dejó KO en la recta final de LaLiga, el holandés ha vuelto y se pareció al rutilante jugador que fue en el Ajax de Amsterdam.
Clement Lenglet lució especialmente en el eje defensivo. Recuperado de un problema físico, fue el mejor en defensa y un gol suyo abrió el camino de la clasificación.
El Barça se ha apuntado al pragmatismo. Hace tiempo que no juega bien, ante el Nápoles solventó una papeleta y lo hizo por la vía rápida. En media hora tenía el trabajo hecho.
Semedo demostró su gran momento subiendo incansable por la banda. Guardó la posición en defensa y se proyectó muy bien en ataque.
Sin embargo, por una vez en mucho tiempo, un equipo (el Nápoles) le discutió la posesión del balón y acabó con más que los azulgrana.
Quique Setién no sintió rubor en admitir que “está bien” que su equipo juegue a defender ante un gran Nápoles: “No somos tan buenos como para dominar los partidos”. Y las bajas de Sergio Busquets y de Arturo Vidal por sanción; la de Arthur Melo, en rebeldía; y las de Samuel Umtiti y Ousmane Dembélé por sanción no dieron oportunidad a Setién a contar con Riqui Puig y Ansu Fati. Sí debutó Monchu. l