El Consejo de Administración del Real Club Deportivo de La Coruña SAD está realmente cuestionado y por ello entre sus miembros se vive una profunda preocupación por la deriva del primer equipo, filial y también por la base de Abegondo.
Jamás pensaron Tino Fernández y sus compañeros de junta directiva que el negocio del fútbol dependiera tanto de que la pelotita entre o no en la portería rival. De poco importa que en lo económico se mantenga el timón firme, que se haya salvado al club de una ‘muerte súbita’ debido a las deudas, de que las campañas de marketing han sido todo un ejemplo a la hora de recabar recursos económicos y tantas otras buenas cosas que se han mejorado en la imagen de la entidad.
La verdad es que el presidente blanquiazul, desde que asumió el mando, no ha tenido muchos momentos de sosiego en el sillón de la plaza de Pontevedra. De hecho, el mandatario ha sido muy cuestionado desde el principio por un sector que, grande o pequeño, vino haciendo mucho ruido en las redes sociales desde que asumió el mando de la entidad.
Pero no se queda ahí. El máximo responsable de la entidad tuvo que vivir también un movimiento sísmico brutal en el seno del consejo que se zanzó con la salida del directivo Fernando Vidal y con la dimisión del director deportivo, Richard Barral.
Reflexión a fondo
En la marcha de Vidal y Barral, a los que veladamente se les señaló por sectores cercanos a la plaza de Pontevedra como principales culpables de la mala racha de la primera plantilla, tampoco se aplacaron los comentarios adversos hacia el presidente y compañeros de consejo. Todo lo contrario. Se acentuaron aún más.
Tino Fernández pudo haber cometido un grave error cuando se hizo cargo del club coruñés y que ahora puede estar pagando muy caro. No haber roto de forma radical con el pasado de la entidad, borrón y cuenta nueva.
Eso pudo pasarle factura, sobre todo sabiendo que todas las escopetas estaban cargadas al primer fallo que se produjera.
En cualquier caso, la verdad es que esta semana está siendo muy dura para el actual consejo de administración, ya que al margen de las redes sociales, la realidad sigue golpeando duramente al palco noble. Pañuelos y gritos de dimisión retumban en la sede del club. De ahí que se reflexione a fondo.