Emmanuel Reyes Pla, 'El Profeta' (La Habana, Cuba, 1992), afronta sus segundos Juegos Olímpicos defendiendo la bandera de España. En los primeros, en Tokio, se hizo viral por su frase “aquí vamos a arrancar cabezas”. Y se quedó sin medalla por una controvertida decisión de los jueces. Ahora, tres años después, se muestra confiado en lograr el metal ya que “a todos los que estarán ahí” les ha ganado.
Además, el boxeador que competirá en 92 kilogramos, da su pronóstico de medallas para los púgiles españoles, tres, confiado en que París 2024 sea “la guinda del pastel” del crecimiento del boxeo olímpico español.
Segundos Juegos Olímpicos. ¿Está viviendo diferente estas semanas previas?
Lo estoy disfrutando. No será como en Tokio, que fuimos con la pandemia y no había esa gente en las gradas que le da un ‘push’ a los deportistas. Y con calma. Estamos física y mentalmente bien y si Dios quiere la medalla vendrá para España.
¿Le piden consejos sus compañeros para afrontar los Juegos Olímpicos?
Es como todo, a los mayores se les pregunta por su experiencia. Ellos lo están haciendo bien y entrenando fuerte. Ellos se han fijado en que nosotros abrimos las puertas. Los jóvenes lo están haciendo bien, estamos dejando un relevo bueno y esperemos que vengan más. Los entrenadores lo está haciendo bien y el boxeo español está creciendo.
Van seis boxeadores representando a España en los Juegos Olímpicos. Usted ya estuvo cerca de una medalla en Tokio, ¿siente más presión por ello?
No estoy presionado. Al final, la medalla tiene que venir sí o sí con el favor de Dios. Hemos trabajado para eso. En Tokio fue la apertura, nos quedamos a las puertas, y ahora hay que subir otro escalón. Uno no, hay que subir dos escalones para coger la medalla de oro. El objetivo se hizo en Tokio, que fue plantarnos, que nos vieran, que reconocieran que España está a nivel mundial boxisticamente, que antes nos trataban como si fuéramos otros más. Ahora saben que España tiene boxeadores, que estamos en la élite y estamos de tú a tú con los mejores del mundo. Y París va a ser la guinda del pastel. Vamos a ponerle puño. Mi pronóstico es que vamos a conseguir tres medallas olímpicas Y qué mejor lugar que en Roland Garros, donde Rafa Nadal y otros españoles han cogido muchas copas. Lo han puesto en el lugar adecuado para España (ríe).
Habla de subir dos escalones, pero también es importante que te dejen subirlos, porque en Tokio le eliminaron con una decisión polémica de los jueces…
Tokio pasó y se quedó atrás. Mi sueño era ir a unas olimpiadas, no se tuvo una medalla pero eso queda atrás. Ahora nos estamos preparando para no dejar dudas a los árbitros, ya lo demostré en el preolímpico. Y es con la mente con la que voy a París, no dejar a los árbitros que ellos tomen la decisión. Voy preparado física y mentalmente, que es lo importante. Los últimos entrenamientos han sido buenos. El objetivo está hecho y lo único que cambia en París es el nombre, porque será una olimpiada, pero los nombres, los boxeadores, son los mismos. Ya los conocemos a todos. El mayor rival soy yo mismo. A todos los que estarán ahí les he ganado; la preocupación soy yo. ¿Que me han ganado? Felicidades, era un tiempo en el que yo estaba mal y ellos estaban bien. Y yo creo que ‘El Profeta’ va a dar bastante palo.
Si “‘El Profeta’ da bastante palo”, ¿tiene alguna promesa por cumplir?
No, al final lo mejor de un atleta son unas olimpiadas; no hay nada más. Hay países, o atletas, que nunca han ido a unas olimpiadas. Ya con asistir es muy importante. Y si logro la medalla es lo máximo. Es buena la parte económica, pero mi sueño siempre ha sido retirarme de este deporte con una medalla olímpica y estar en los libros; es lo que me supone mayor satisfacción. Que cuando mi hijo crezca y busque vea a su padre en los libros de historia; por esto estoy luchando y he trabajado toda mi vida. He dejado a mi familia y a mi hijo lejos por ello; el mayor orgullo que va a sentir mi familia y yo mismo es que cuando me retire, sea viejito y vea que he sido campeón olímpico en París.
Ojalá lo consiga…
Sí, sí… con el favor de Dios. Y que Rafa Nadal tenga envidia porque los boxeadores españoles estén ganando en Roland Garros (ríe).