La selección española de balonmano no falló y se colgó, al igual que ya ocurrió hace tres años en Tokio, la medalla de bronce, tras imponerse este domingo por 23-22 a Eslovenia en la final de consolación de los Juegos Olímpicos de París, gracias a una parada en los instantes finales de Gonzalo Pérez de Vargas.