Un sensacional Kassius Robertson (28 puntos, 28 de valoración) permitió al Monbus Obradoiro mantener vivo su sueño de jugar la Copa del Rey, después de levantar una desventaja de seis puntos al Manresa en el último minuto y medio, para mandar el choque a una prórroga en la que el escolta canadiense redondeó su espectacular partido.

Tras un primer cuarto igualado (10-11, 15-14, 21-19), en el que Robertson ya brilló, el Manresa golpeó a su rival, explotando su velocidad y los errores del equipo gallego. El equipo de Pedro Martínez se marchó al descanso siete arriba (42-49) después de un parcial 1-8 en el último minuto y medio del segundo cuarto.

Logró levantarse el equipo gallego en el arranque del segundo acto, apoyándose en su trabajo defensivo y en un gran Vicedo (11 puntos en ese periodo), pero de nuevo las pérdidas lo penalizaron. Manresa, que dominaba el rebote, recuperó el mando del electrónico aunque sin disfrutar de grandes ventajas.

Con el marcador apretado al máximo se entró en el último cuarto. El Manresa se cargó rápido de faltas, pero Obradoiro falló varios tiros libres. Ninguno fue capaz de despegarse hasta que el exobradoirista Waczynski calentó su muñeca. Ocho puntos seguidos del polaco dispararon al Manresa y obligaron a Moncho Fernández a pedir tiempo muerto (80-86).

Con su equipo contra las cuerdas, Robertson apareció en escena. Primero forzó tres tiros libres a los que respondió rápido Ferrari; y luego asumió la responsabilidad cuando su equipo estaba seis abajo (85-91) a falta de minuto y medio para el final, para mandar el partido a la prórroga después de que su rival no aprovechara la última posesión para llevarse la victoria.

Y en la prórroga, el escolta canadiense volvió a ser decisivo para el triunfo gallego, con un “3+1” que dio aire al Obradoiro, que aun así tuvo que sufrir hasta el final para asegurarse el triunfo, ya que Waczynski tuvo un triple para forzar otra prórroga a falta de diez segundos.