Un partido. Ha bastado sólo un partido para volver a darnos de bruces con la cruda realidad. El Deportivo volvió a dar la de arena contra la Cultural Leonesa y perdió merecidamente la semana pasada. El hecho en sí no tendría más trascendencia que la de un mal día en la oficina si no fuera porque ya estábamos todos muy ilusionados otra vez por el simple hecho de que llevábamos siete partidos de liga sin perder y teníamos los puestos de play off a tiro de piedra. Y era verdad.
Pero no era nada más que la ilusión del que ya no es el gigante de la categoría. Del que vende bien los resultados del último mes y medio pero que luego los analiza detenidamente y se da cuenta de que no es para tanto. Que sí, que la remontada ante el Barça B estuvo muy bien. Que la primera parte ante la Real B también nos gustó mucho. Que el día del Arenteiro empezamos empanados y luego nos pusimos el mono de trabajo…
Pero tampoco debemos olvidar que el empate en casa ante el Sestao fue un desastre de día, que el empate en el descuento ante el Tarazona fue una vergüenza, que Osasuna B también nos sacó los colores en Riazor… Y sin embargo metemos estos resultados en la racha positiva.
Ya no somos el coco de la categoría. Cada día que pasa, cada jornada que pasa y, si se me permite, cada temporada que pasa somos un poco más pequeños. En el Reino de León perdimos justamente, pero las declaraciones que escuché en la rueda de prensa posterior no eran precisamente las de un equipo que había perdido contra pronóstico.
Decía el entrenador deportivista que “podíamos haber sacado algo”. Como si el puntuar fuese un éxito para un equipo como el Deportivo que tendría que aspirar a ganar todos los partidos en esta categoría. Luego escuchamos también a algún jugador las declaraciones de siempre de si no supimos hacer esta cosa o esta otra. Y, por supuesto, la cantinela de siempre y que cada día que pasa pierde más su sentido. Que si aún quedan muchos puntos y que vamos a remontar.
Efectivamente, por poder se puede, claro que sí. Pero cada vez es más difícil. Y con 19 jornadas ya disputadas creo que conocemos bastante bien a este equipo y lo que podemos esperar de él.
Cada día que pasa somos más pequeños. Cuando bajamos a Segunda B recuerdo que quisimos fichar a un tal Elady Zorrilla. Pues bien, este jugador prefirió quedarse en el Cartagena antes que venir al Depor, ya que jugaría en Segunda. Hace dos años vino William de Camargo que era un descarte del Leganés. Ahora es el tal Cris Montes, el cual no nos despertaba ninguna ilusión precisamente, el que ha preferido renovar por el Eldense antes que fichar por el Deportivo. Equipos como estos tres mencionados, como el Huesca, el Albacete, el Mirandés… ahora los definimos como equipos con más potencial que nosotros.
Son equipos a los que no hace tantos años veíamos muy por debajo del Deportivo. Y, sin embargo, ahora son preferidos por los futbolistas antes que venir a Coruña. Que sí, que somos un histórico, que el ambiente de Riazor será espectacular y todo lo que uno quiera, pero ellos prefieren jugar en una categoría superior. Y es lógico. Ya no nos ven como un grande que está de paso en Primera RFEF. Y lo peor es que cada día hay más de verdad en esa afirmación.
Sigo pensando que no hace falta fichar a nadie. Que los que tenemos, ahora que algunos han vuelto de sus lesiones, deberían bastar para conseguir el ascenso. Sólo falta que lo demuestren. Hoy tenemos una buena oportunidad para demostrarlo. Lo malo es que hoy también tenemos mucho que perder. Es lo que pasa cuando pasan las jornadas y sigues con el mismo discurso de que quedan muchos puntos. Que ya van quedando menos.