Cuando se llevan cinco o seis jornadas en todas las competiciones continentales de fútbol no parece que las clasificaciones experimenten muchas sorpresas (Gerona aparte). Ya se sabe que las primeras fechas producen líderes inesperados y que equipos llamados a estar en la parte alta circulan por abajo. Pero nada nuevo bajo el sol.
Lo que sí estamos viendo es que ahora el estilo de juego es similar en todos los equipos. Juegan igual sean grandes o pequeños, tengan mayores capacidades técnicas o no. Y todos tratan de sacar el balón más o menos jugado, con dificultades para algunos más que para otros. Pero el terreno de juego, que antes se hacía grande para muchos, ahora todavía lo es más. La preparación física en los equipos es todavía más importante que hace años porque ahora se corre por todos los rincones del césped, con un importante desgaste de los que van tras el balón sin encontrarlo.
Sin embargo, a pesar de que el fútbol se iguala cada vez más –ya no hay equipos ni selecciones a las que se les pueda denominar “peritas en dulce”, ni siquiera Luxemburgo, Malta, San Marino u otras que se le parezcan-, al final los campeones de todos los torneos vienen a ser los de siempre, con alguna sorpresa puntual. ¿Por qué ocurre esto? Pues porque el dinero sigue mandando en el fútbol y los equipos que más tienen disfrutan de mejores jugadores y de mayor cantidad para reforzar todos los puestos. Al decir esto nos viene a la cabeza aquel Deportivo de Irureta, cuyo gran éxito fue en buena medida que podía duplicar jugadores de calidad para todos los puestos, de forma que las bajas se notaban mucho menos.
Todo lo dicho anteriormente lo podemos aplicar también a la categoría en la que figura el Deportivo actual, en la que le están saliendo como hongos competidores para el ascenso. La mayoría son equipos que estuvieron años en Segunda División “A” y que salieron centrados y con los cinco sentidos puestos en las primeras jornadas. No dudamos que el equipo blanquiazul también lo hizo, pero tiene ya una pequeña desventaja que le convendría no ampliarla. El equipo coruñés parece más sólido en defensa que temporadas anteriores, pero también parece algo encorsetado de medio campo hacia arriba, sin soltura en el juego y en el movimiento de balón.
Estas primeras jornadas solamente orientan a los aficionados e indican los pasos que sus equipos pueden ofrecer los siguientes meses. Pero hay que tener tranquilidad porque el exceso de presión es la madre de todos los fracasos.