OPINIÓN | FIFA: evangelización y amor eterno
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OPINIÓN | FIFA: evangelización y amor eterno

OPINIÓN | FIFA: evangelización y amor eterno
Messi, en el Mundial Qatar 2022 / AEC

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La ampliación del número de selecciones en la fase final de la Copa del Mundo lleva tiempo dando que hablar. Treinta y dos participantes parecían más que suficientes y dejaban un torneo estupendamente redondo. Ocho grupos de cuatro, con tres partidos mínimo para cada selección, y cruces perfectos: la mitad a por el título de octavos de final en adelante. La otra mitad, a casa.


Para 2026, la FIFA se ha sacado de la manga un Mundial de 48 equipos: doce grupos de cuatro –manteniendo los tres partidos por cabeza, menos mal–, para dar paso a unos dieciseisavos de final con los dos primeros de cada liguilla y los ocho mejores terceros. No parece demasiado justo conceder la oportunidad de pelear por el título a alguien que quizá gane un partido y pierda dos. ¿O sí?


El organismo rector del fútbol no ha escatimado esfuerzos en su evagelización pelotera. De los 16 nuevos billetes, solo tres son para Europa, que pasa de 13 a 16. Es decir, baja del 40% del cartel al 33,3%. Asia también tendrá tres o cuatro más (8 o 9), África cuatro o cinco (9 o 10) y Oceanía –donde hace años que ya no juega Australia– obtiene una plaza directa. La UEFA, por si fuera poco, es la única confederación sin representación en la repesca intercontinental, en la que seis selecciones lucharán por los dos últimos billetes.


La FIFA tampoco ha ocultado su intención de jurar amor eterno a Brasil y Argentina. ‘Canarinha’ y ‘Albiceleste’ nunca jamás volverán a ver en peligro su pasaporte a una fase final. Sudamérica pasa de cuatro plazas y una de playoff a seis y una. O lo que es lo mismo, a que seis o siete de los diez equipos de su fase previa –¡el 70%!– puedan estar presentes en Estados Unidos, Canadá y México.

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