No sé cómo empezar un artículo de este tipo. Me sale directamente decir que Mario es más que un hermano, es mi mejor amigo, mi confidente, mi ídolo.
Antes solía frustrarme más con las críticas hacía él, no le daba crédito. Ahora directamente paso. Siendo junto a mi padre las personas más críticas con él, puede ser que también sepamos todo el potencial que ni el mismo sabe que posee. Nunca verás, sobre todo a mi padre, darle una palmadita en la espalda porque haya hecho un partidazo. Siempre tendremos el pero en la boca por algún error no forzado como se dice en el tenis, que él no se puede permitir. Al fin y al cabo, lo que se hace bien uno ya lo sabe. Lo que hacemos mal cuesta más verlo, se ve eclipsado por el ego y por las buenas acciones. Y creo que ahí esta el potencial de mejora, y Mario es consciente y consecuente, siempre se ve sus acciones repetidas y las analiza.
Una de las cosas que sobre todo más me han sorprendido de él, es que tanto los halagos como las críticas no le afectan. Pasa de las redes sociales y lo que se menciona en ellas, y, lo más importante, sigue siendo él mismo, no cambia. La gran culpa de esto la tienen mis padres, que nos han bajado al suelo cuando pensábamos que éramos un poquito más de lo que somos.
He de decir que bajo mi punto de vista esta infravalorado, por los “números”, porque mide un metro y medio, que sé yo... Pero supongo que es ley de vida. Quizás desde un lado más subjetivo que objetivo, para mí es el mejor, pero ya no hablo en el campo, que también, hablo en todos los aspectos de la vida, en el día a día.
Es un jugador, mejor dicho, es una persona madura, que siempre saca el lado positivo de todo, siempre está con una sonrisa y siempre tiene o busca una solución a cualquier contratiempo. Estar a su lado es ver la vida de otro color.
Hablando egoístamente por mí y mi trabajo, he tenido muchísima suerte respecto a desempeñarlo con él, es mi conejillo de indias. Todo lo que iba estudiando y aprendiendo lo experimentaba primero conmigo mismo y luego con él. Y nunca me ha puesto un pero o se ha negado, al revés, siempre se ha cuestionado todo, experimentándolo y sacando conclusiones juntos. Muchas veces ha sido y sigue siendo el que toma la decisión de hacer o no una cosa. Estoy muy agradecido de la exposición que me da él en redes, sus números físicos, me está abriendo muchas puertas.
En los días del partido no pasa el tiempo y se me hace eterno porque estoy deseando verle. Puede sonar exagerado o no, pero para mí formar parte de su día a día, ir a verle, es como si un fan de Messi, ve a Messi
Desde que se fue de casa, a la residencia del Atleti, y su posterior salida al Dépor, hablamos prácticamente todos los días. Siempre le pregunto qué tal los entrenamientos, cómo se ha sentido, qué tal se encuentra, si ha hecho la parte de fuerza en el gym, qué tal lleva la uni, si necesita ayuda… En la parte de nutrición (comida) prácticamente ya se desenvuelve ‘solo’, me va comentando lo que va haciendo, me pregunta qué me parece y si puede mejorar algo como por ejemplo en la suplementación.
En el tema de hábitos ya los tiene totalmente integrados: todos los días grounding, sauna, frío, terapia de luz roja, gafas bloqueadoras de luz azul... Estoy muy orgulloso de él, de que sea mi hermano, no he podido tener más suerte. Lo he mencionado unas cuantas veces ya, pero la gente que me escribe o publica comentarios o tweets sobre que le tengo envidia, los entiendo. Quizás desconozca absolutamente toda nuestra vida, pero les invito a ver un partido del Dépor conmigo, o tan solo que vivan la víspera del mismo u horas antes. Me encanta levantarme más o menos a la misma hora que él, acompañarle a la activación mitocondrial con los trabajos de movilidad y fuerza, ir al mar a bañarnos y ponernos la luz roja. Yo sigo la rutina como si fuese a jugar yo y vivo todo el día del partido con más presión que él, seguro. Para mí, en los días del partido, hasta la hora del mismo, no pasa el tiempo y se me hace eterno porque estoy deseando verle. Cada vez que suena su nombre en el videomarcador de Riazor, ya sea por la alineación o por algún gol –que espero que sea alguno más–, se me pone la piel de gallina. Es una sensación, la que siento con todo esto, que de verdad no puedo describir. Puede sonar exagerado, friqui... O no. Pero para mí formar parte de su día a día, ir a verle, es como si un fan de Messi, ve a Messi.
Es mi alma gemela, su felicidad multiplica la mía, porque verle brillar vale más que cualquier logro propio.
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Daniel Soriano Carreño
Hermano de Mario Soriano
Dietista y nutricionista