Ahora que por fin hemos ascendido. Ahora que por fin hemos acabado la temporada con una alegría. Ahora que la Segunda B / Primera RFEF es historia para nosotros. Ahora que hemos abandonado este pozo de forma directa, quedando campeones, marcándole cuatro goles a domicilio al campeón del otro grupo y levantando una copa que, sinceramente, me ha hecho mucha ilusión. Ahora y sólo ahora es cuando me apetece hacer balance.
Otros años había materia suficiente para hacerlo pero, como comprenderán, las ganas que tenía eran nulas. Pero hoy sí. Hoy me apetece un montón.
Lo primero que me llama la atención es la infinidad de equipos a los que nos hemos enfrentado en estos cuatro años. Yo he contado 50, nada menos.
Es cierto que es una categoría donde cada año suben uno o dos y bajan cinco, con lo que se renueva bastante, pero si a eso le añadimos que un año parten los grupos de norte a sur y otro año de este a oeste pues tienes que un año vas varias veces a Cataluña mientras el año anterior tenías que bajar hasta San Fernando o incluso visitando Ceuta.
Y entre los rivales, pues hemos peleado con históricos como el Racing de Santander, el Córdoba, el Nástic o el Castellón y nos hemos librado de otros como el Málaga y el Murcia porque estaban en otro grupo y no hemos coincidido ni en los play offs, felizmente.
Y también nos hemos enfrentado a equipos modestísimos, de esos que te enseñan de verdad que estás en la tercera categoría. Equipos como el Guijuelo, el Coruxo, el Tudelano, el Calahorra, el Tarazona y alguno más.
Muy modestos sí, pero que más de uno nos ha puesto en serios aprietos y hasta nos han ganado merecidamente.
Y luego están los equipos con los que hemos coincidido los cuatro años. Uno nos cae muy bien, que es el Unionistas, y del otro mejor no acordarnos, porque siempre fue una humillación enfrentarnos a ellos.
Y cuando nos han ganado ya ni les cuento. Mejor olvidarnos y que no se repita más. Luego ha habido un montón de equipos con los que sólo hemos jugado una temporada.
Y en cuanto a victorias, pues este último año ha estado muy bien, claro. A todos les ganamos al menos una vez. Lo curioso fue el primer año en la extinta Segunda B.
A todos, menos al Compostela les ganamos al menos una vez, lo que pasa es que a nadie le ganamos los dos partidos y por eso tuvimos el fracaso que tuvimos. Y luego están las bestias negras.
Ese honorífico título ha estado a punto de tenerlo el histórico Real Unión de Irún si nos hubiera ganado en la última jornada. Hubiera completado un pleno de cuatro victorias en las dos temporadas en las que coincidimos.
No fue así y casi les mandamos nosotros a Segunda RFEF el último día. Afortunadamente para ellos acabaron salvándose.
Y ya por último, la curiosidad más grande de esta última temporada. Mucho nos hemos alegrado de la segunda vuelta, de los partidos invictos, de la barbaridad de victorias a domicilio y todo eso, pero llama la atención que de los cinco equipos que han descendido, sólo fuimos capaces de ganarle a uno de ellos en Riazor.
Tanto el Rayo Majadahonda, como el Teruel, el Cornellá y el Sabadell (y este casi nos gana) se llevaron un punto de nuestro estadio y sólo cayó la SD Logroñés.
Eso sí, a domicilio les ganamos a todos.
Adiós Primera RFEF. Fue un placer y la copa es muy bonita, pero esperamos no volver.