El domingo pasado, cuando jugamos en Riazor contra el Arenteiro, mi vecino de localidad en el estadio me planteó la posibilidad de que Cristian Santos, delantero de los de O Carballino, nos marcase un gol. Estuvo recordando cómo en la primera vuelta había sido Miku el que nos lo había marcado y que ahora bien podría ser Santos el que lo hiciese ya que, para más inri, ya nos metió un gol la temporada pasada jugando para Unionistas.
Es lo que le llamábamos “la maldición de los ex”, que cuando juegan contra nosotros nos marcan algún tanto. Al final, paradojas de la vida, nos marcó otro ex, Romay, con pasado en el Fabril, pero que ni por asomo pensábamos que podría llegar a marcarnos un gol. Sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera es titular en su equipo. Al final ya saben la historia: nos marca en el descuento, el hombre no lo celebra y se disculpa y a los deportivistas nos deja con un palmo de narices. Pues eso, que si no nos marca un ex lo hace otro.
Han sido a lo largo de los años unos cuantos los ex deportivistas que nos han marcado algún gol cuando se han enfrentado al RC Deportivo después de militar en nuestras filas, pero tampoco es que sea lo habitual. Lo que pasa es que cuando sucede nos acordamos de eso. Este año, sin ir más lejos, hemos vuelto a jugar contra Gorka Santamaría con el Nástic y no ha pasado nada. Lo mismo que la temporada pasada cuando vino con el Badajoz. Ni tampoco nos ha marcado este domingo Cristian Santos. Sin embargo, Hugo Rama marcó su primer gol con el Deportivo contra su ex equipo, el Lugo, cosa que me imagino que les habrá sentado fatal a los lucenses a tenor de la pitada que le dedicaron cuando saltó al campo el día que jugaron en Riazor. En fin, que en esto de marcar ante un ex equipo hay para todos.
A nosotros nos marcó Rubén Castro en Riazor con la camiseta del Betis y no quiso celebrarlo. Lo mismo hizo Rivaldo en el 98-99 cuando marcó de penalti, que tampoco lo festejó. Cosa distinta fue cuando nos marcó en el Nou Camp. También lo celebró efusivamente José Ramón cuando nos marcó vistiendo la camiseta del Compostela en 1995 pocos meses después de levantar nuestra primera Copa del Rey. Aythami Artiles fue otro que nos marcó en más de una ocasión con la UD Las Palmas. Y cómo olvidar cuando Pandiani nos metió un gol con el Mallorca estando cedido por el Deportivo. Y, por supuesto, tampoco olvidaremos jamás los dos goles que Oscar Pinchi nos marcó vistiendo la camiseta del Extremadura y que nos supusieron medio descenso a Segunda B, (aunque más por deméritos nuestros, todo hay que decirlo). Eso sí, cuando estos jugadores han celebrado algún tanto o bien no lo han celebrado si era en Riazor o, si lo hacían, era sin grandes aspavientos ni síntomas de algún tipo de resentimiento hacia el Depor. No tuvimos, que yo recuerde, ningún caso como el de Luis Enrique, que se desgañitaba como un poseso cuando le marcaba al Real Madrid, mostrando su odio visceral al club blanco. Porque, al igual que en la vida real, eso es lo peor de un –o una- ex, ese resentimiento que tienen algunos por motivos a veces inexistentes y que les hace más felices el daño que le hacen a su ex equipo que el hecho de marcar un gol para su equipo actual. Pues bien, de esos parece que no tenemos a nadie que nos odie y que desee golearnos sin piedad. O, quien sabe, igual hay alguno y lo que pasa es que no nos ha conseguido marcar.
Yo, de momento, ya me he informado. En el Barça B está Trilli y ni en la Real B ni en el Real Unión hay ex deportivistas. Mejor así.