M anresa tiene un estilo de juego que construye desde una defensa agresiva, de continuos contactos, sin importarle mucho las faltas personales que le puedan pitar, ya que siempre cuenta con que sean menos de las que realmente comete.
Los de Diego Ocampo juegan con mucha presión al hombre-balón y niegan constantemente, tapando líneas de pase, la inversión del balón. En ataque, buscan jugar rápido, en transición y con posesiones cortas, intentando hacer siempre más tiros que el contrario, y cargando hasta con tres hombres el rebote ofensivo. No hacen tiros precipitados, aunque casi todos los ejecutan liberados, con lo cual consiguen un alto porcentaje de acierto.
Ante esto, el Básquet Coruña afrontó el partido tratando de apagar el fuego de Manresa con más fuego: buscando el intercambio de golpes. Estilo de juego que no se corresponde con este equipo. Y cayó en errores pasados. Veinte pérdidas de balón, una defensa que no llegaba a parar al hombre-balón, dando, otra vez, mucha distancia, incapaz de negar la inversión del balón, como sí hizo contra el Lleida.
Luego, en distintos tramos del partido, Epi recurrió a defensas zonales. Y ahí, la verdad, que no se consiguió nada. La zona, tácticamente, no era una buena opción, hasta el punto de que Manresa terminaba las posesiones no solo con tiros exteriores de jugadores totalmente liberados, y mucho acierto, también debajo de la canasta, con bandejas cómodas.
Es de difícil comprensión la ausencia de Ángel Núñez. Dado el ocultismo que envuelve al club, me pregunto: ¿No habrá algo más? ¿Qué pasa con él?
Igual que otras veces he elogiado y felicitado a Epi por el plan de partido, hoy no puedo hacer lo mismo. No sé si el scouting sobre el Manresa estaba equivocado, si no vieron las excelencias en el juego de este equipo, o lo equivocado fue el plan de partido y ello condujo al equipo a una derrota.
El conjunto naranja repitió varios errores del pasado: pérdidas de balón, tiros libres fallados, demasiada distancia respecto al hombre-balón y defensa de líneas de pase casi inexistentes, facilitando que el rival invirtiese sin problemas el balón y encontrase extra pass y muchos tiros liberados.
Ahora el Básquet Coruña tiene una plantilla larga, que le permite hacer rotaciones sin perder un ápice de calidad. Pero no entiendo por qué el equipo es tan timorato a la hora de defender, tan falto de agresividad, si tiene cambios suficientes.
Otro tema de difícil comprensión es la ausencia de Ángel Núñez. Vale que está por medio el tema de los cupos, pero pienso que dos partidos, uno sin jugar y otro sin entrar en la convocatoria, para un jugador que venía a reforzar el puesto de ‘3’, que está cojo desde el día 24 de diciembre, se me hace complicando entenderlo. Seguro que Epi tendrá una explicación. Y está en todo su derecho de tomar esa decisión. Pero, dado el ocultismo que envuelve al club, me pregunto: ¿No habrá algo más? ¿Qué pasa con este jugador?