Escribo estas líneas sin haberse celebrado el debut de España en Qatar. No obstante, pase lo que pase en unas horas, mi análisis de la Selección de Luis Enrique no variará.
Para empezar incido en lo de la Selección de Luis Enrique, un grupo hecho a su imagen y semejanza, un puzzle formado por piezas de gran talento, valentía, hambre futbolística y algo de terquedad. En ese sentido, y guardando las distancias y las épocas, 26 Luis Enriques.
La Selección Española es grande y potente en unos aspectos y frágil y timorata en otros. Como todo quisqui. Y si no que se lo digan a la Argentina de los 36 partidos invicta.
Hablábamos de las luces y sombres de nuestra selección. En el haber, la línea de creación, una línea larga en componentes y de un corte similar. Aun así, a mí me gusta la forma de crear de España. Siempre espero algo distinto, un poco de magia que me incline hacia delante en el sofá. No miento si me declaro fan de Pedri, si me inclino por la “veteranía” del efebo Gavi, si espero lo mejor de Ansu…pero también soy muy pro Morata, un tipo al que le hemos dado por todos lados. Si, las opciones ofensivas de La Roja son múltiples. Y los complejos, pocos. Aceptemos el reto, pues.
En portería creo que estamos bien cubiertos, aunque reconozco que no le tengo muy pillado el tranquillo a Unai Simón. Y en los laterales, conviven veteranía y juventud bien avenidos. Correcto.
¿Dónde radica el problema? Sin duda en el centro de la defensa. Todavía no se conocen las alineaciones oficiales de hoy pero dan a Rodri como pareja de Laporte. ¿Me lo explica? Primero lleva a dos centrales zurdos (Pau y Laporte) que apuntan a fijos, después se decanta por seguir apostando por Eric, le abre la puerta a Guillamón… ¿y al final juega Rodri?
No lo entiendo, pero yo prefiero que juegue Rodri. Si soy escéptica con nuestro equipo es precisamente por esta demarcación, donde no hay lugar ni a la duda ni a la debilidad. Es obligatorio ganar los duelos individuales, ser rapidísimo e ir fantástico por arriba.
Para terminar, quiero mencionar a Celso Borges, un pedazo de jugador que dio mucho al Deportivo en su primera etapa. El tico es un enamorado de A Coruña y quiso quedarse a vivir aquí. Pero el destino le tenía reservadas otras latitudes.
¡Gracias Celso!