E staba yo pensando en las posibles conexiones entre Osasuna Promesas y nuestro RC Deportivo cuando mi compañero de oficina David me recordó que tenía que nombrar al director deportivo del equipo navarro. “Un dos nosos”, dijo refiriéndose a Braulio Vázquez.
Y es que, efectivamente, el director deportivo osasunista es una de las conexiones entre ambos clubes. Un director deportivo responsable del éxito de Osasuna en estas últimas temporadas.
Braulio llegó a Pamplona en la temporada 2017-2018 con el equipo en Segunda División. En la temporada siguiente quedaron campeones de la categoría de plata mientras el Deportivo enterraba sus ilusiones de ascenso en aquella fatídica promoción ante el Mallorca. Y en las cuatro temporadas siguientes hemos visto como Osasuna alcanzaba la permanencia con cierta holgura llegando incluso a clasificarse para la Conference League, aunque luego cayeran a la primera. Y este año la salvación la tienen muy bien encaminada.
Y una de las curiosidades entre Osasuna y Deportivo está precisamente en esa dirección deportiva. Mientras ellos tienen a un ex deportivista en ese puesto, nosotros tenemos a Soriano que, aunque sólo fuese durante un año, militó en Osasuna en su época de jugador.
Por su parte, Braulio llegó a jugar en el primer equipo del Deportivo en dos ocasiones. Ambas en la temporada 95-96, con John Toshack en el banquillo coruñés.
Pocos han sido los trasvases entre Osasuna Promesas y Deportivo.
Que yo recuerde tan sólo el de Svensson, que ahora está allí y que el año pasado dejó un buen recuerdo en Riazor, el de Barbero, al que estamos empezando a disfrutar, y el de Kike Saverio, al que me imagino que en unos años no se acordarán de él ni en Pamplona ni en Coruña.
Y ya no hay más trasvases entre el filial osasunista y el Deportivo.
Cosa lógica teniendo en cuenta que a lo largo de la historia se han movido por categorías muy diferentes. En cambio, con el primer equipo sí que ha habido muchos jugadores que lucieron ambas camisetas.
En nuestra época dorada le cedíamos a gente como Nuno o Fernando. Hubo otros que jugaron en ambos clubes con algún equipo entre medias, como Arribas, Adrián López o Xisco.
Hubo alguno que se tiró bastantes temporadas en ambos equipos, como Pandiani, que estuvo cinco años en Coruña y luego otros cuatro en Pamplona con un intervalo en medio en el Birmingham y el Español.
Estuvo Quique González, por el que pagamos traspaso para que metiera 16 goles en Coruña pero que no sirvieron para ascender y que no ha vuelto a marcar nunca (creo que lleva 6 goles en 5 años en Eibar).
Tampoco me olvido de Rubén, que se fue a Osasuna tras el descenso del Deportivo en 2018 con aquel esperpento en la portería con el propio Rubén, Pantilimon, Tyton, Koval y Francis Uzoho.
También estuvo aquí Camuñas, que jugó con Osasuna dos años y aquí solo uno, marcando un solo gol precisamente a su ex equipo. Y a Oriol Riera, que le dimos la baja en 2015 para que pudiera retornar a Osasuna.
En fin, un buen puñado de jugadores a los que hay que añadir a dos entrenadores que dirigieron a ambos equipos: Lotina, que estuvo tres años allí y cuatro aquí.
Y Caparrós, que muchos recordarán que quiso marcharse a Pamplona en su segundo año en el Deportivo y que unos años más tarde, en 2015, les llegó a entrenar, aunque su aventura navarra sólo durase cinco jornadas.
Y, finalmente, Pepe Mel, que como jugador militó en Osasuna y como entrenador en el Deportivo.
Muy pocas coincidencias con el filial osasunista y muchas con el primer equipo. Qué ganas tengo de que nos volvamos a enfrentar a los primeros equipos y no a sus promesas.