Querido destino:
En mi vida cotidiana no suelo apelar mucho a ti. Verás, no sé si creer o no en tu calidad de ya escrito. Por eso, porque no lo sé, me encomiendo más al trabajo, la perseverancia, los buenos modos y a ciertos toques de fortuna. Es mi forma de construirte.
Pero tocando el terreno futbolístico, sí quiero pedir, sí quiero desear, y sí quiero encomendarme a tus designios. Por eso, querido destino, resumiría mi más sincero anhelo en sentidiño, acierto, responsabilidad, goles y ascenso. Cuatro premisas inapelables para conseguir la quinta, la salida de este túnel maldito.
Soy tan consciente de la penalidad de esta categoría, que ya no reparo en quién o quiénes nos han arrastrado hasta aquí. Ya no quiero mirar atrás, a más de un presidente mediocre después de la Era Augusto. Me da pereza referirme a la docena de entrenadores que han ido echando tierra a nuestro escudo. Y ya, ni decir, la marea de jugadores que han vestido la camiseta blanquiazul sin aportar apenas nada.
Por darme pereza, no quiero oír hablar del tema Fuenlabrada, del día del Albacete, de la continuidad injustificada de Borja. Diría que no tengo cuerpo ni para recordar el nefasto partido del Depor en Ceuta.
Quiero y necesito un cambio de rumbo inmediato. Y cuando digo quiero, lo hago extensible a todos los que nos duele el Deportivo. Todo tiene su límite y los continuos sinsabores que nos deja nuestro equipo deben parar. No más sangría a costa de la afición, por favor.
Este pasado martes, nuestra gente más joven, se montó una nueva fiesta. Esta vez con motivo de la presentación de Lucas. Me parece genial. Ell@s no han vivido nuestras épocas doradas y tienen derecho a exigirlas. Eso sí, han decidido hacerlo desde la algarabía y el apoyo incansable. Los admiro. Y eso que yo aplico siempre la técnica de la crítica o autocrítica. Pero los admiro.
Es evidente que no hay camino sin piedras, y por eso no pido una trayectoria idílica, pero sí un acierto en el resto del apuntalamiento del equipo, un entrenador ágil en sus decisiones, unos jugadores sin complejos ni miedos y un Lucas cuya ilusión vaya acorde a su puntería. Solo así se conseguirá el objetivo, ese ascenso soñado por todos. Solo así la afición habrá recibido el premio a su excelso trabajo.
Solo así estará más cerca el día en que los dirigentes actuales dejen paso a gentes del fútbol y el Deportivo vuelva a ser un poquito más de todos.
Salud y suerte!!!