El sábado en Coliseum sufrimos otro arbitraje tendencioso. Diferentes criterios: si el contacto era del Básquet Coruña, falta, o incluso antideportiva. Se dio la circunstancia de que en la zona del equipo coruñés se marcó como antideportiva un acción que se dio de la misma manera al otro lado de la pista y se quedó en una simple falta.

El partido se rompe en el tercer cuarto, después de una falta de Lundqvist que los árbitros, a solicitud del entrenador del Gran Canaria, analizan con el instant replay, y señalan antideportiva. Esa jugada nos cuesta dos puntos, de los tiros libres, y luego un triple de Homesley. Con esta acción se abrió una brecha en el marcador de nueve puntos, una desventaja que resultó muy difícil de superar.

Durante el partido se vivió una tremenda bronca contra los árbitros, y tanto al descanso como al final del encuentro se retiraron con una sonora pitada. Merecida.

Parecía una lucha entre dos de los propios árbitros, Perea y Torres, a ver quién pitaba más, quién era más protagonista, mientras el tercero en discordia se limitaba a mirar y solo le faltaba aplaudir las decisiones de sus colegas. 

Vergonzosa actuación, ante la que el jefe técnico de árbitros tiene que entrar ya, muy en serio, en el tema de los arbitrajes en A Coruña. Designe ya primeros espadas, y déjese de inventos. 

A menos que sea algo pensado de forma premeditada por el hecho de ser un equipo primerizo en la ACB. Hay ocho mil en la grada que merecen respeto. No sea que un día, Dios no lo quiera, el follón baje a la cancha de juego.

Recuerdo que en 1987 jugaban en Lugo el Breogán y el Oximesa Granada, rivales directos por la permanencia. En los últimos segundos, con 86-87, Nino Morales, jugador del Breogán, recibe una falta en acción de tiro y los árbitros, Alzuria y Mateo Ramos, deciden, después de una larga deliberación, que estaba fuera de tiempo. El escándalo fue tremendo, hasta el punto de que Mateo Ramos fue bloqueado con una portería de balonmano, sin tener salida hacia el vestuario, y tanto él como su colega fueron agredidos. Yo estaba presente. 

También hay que recordar que una falta técnica señalada al público, hace 56 años, fue la causante del descenso del Bosco coruñés.No quisiera pensar que los continuos arbitrajes tendenciosos con el   Básquet Coruña acaben siendo una de las causas de otro descenso. Porque, de momento, los colegiados sí tienen parte de culpa de la situación del equipo en la tabla.

Respecto al juego, ya avisé durante la semana el daño que nos podían hacer Brussino, Thomasson y Homesley. El primero nos machacó en los dos primeros cuartos. En el tercer cuarto, Lakovic decidió jugador con Homesley y Thomasson abiertos, al ver que nuestros exteriores son pequeños. Y entre triples y unos contra uno, nos mataron. 

Está claro que la manta que tenemos es cortita: si tapamos los pies, la cabeza se enfría. Y viceversa. Con lo que tenemos no nos llega. Pero tranquilos... Hay que creer.. Y tener fe... Los partidos siguen pasando y seguimos esperando el reemplazo de Figueroa. Cuando estamos al borde de caer por el precipicio, tengamos fe.