Sergio Montes (Cambre, 2007) es todavía juvenil de segundo año, pero se ha convertido en un habitual del Cristo Rey de Modestos. Llegó al equipo de su colegio para jugar con sus amigos de toda la vida y recuperar la ilusión por el fútbol tras una temporada amarga entre Deportivo y Ural.

¿Cuánto tiempo formó parte del Deportivo?

Estuve un añito, en benjamines. El año pasado (el primero en categoría juvenil) estuve haciendo la pretemporada y algunos torneos con ellos. Después acabé jugando la temporada con el Ural y este año me vine al Cristo Rey.

¿En qué categoría jugaba con el Ural?

Jugaba con el de Nacional y bajé tan solo dos partidos con el equipo de Gallega. Este año juego en Tercera con el juvenil y en Tercera Autonómica con el de modestos.

¿Por que decidió cambiar y dar un salto hacia abajo en la categoría?

Fue un poco raro, pero en el Ural no estaba muy contento con las decisiones que se tomaron. No jugué lo que quería ni dónde quería jugar. Había perdido un poco la confianza y la ilusión por jugar al fútbol y decidí venir al Cristo Rey a ver si recuperaba esas ganas por el fútbol que tenía desde pequeño.

¿Por qué el Cristo Rey?

Es el colegio al que voy y es el equipo donde han jugado siempre mis amigos y mi hermano. Mi hermano me dijo si lo veía bien y le dije que perfecto. Además, estaban mis amigos en el juvenil y en el sénior tenía conocidos de toda la vida por mi hermano.

¿Y está recuperando esa ilusión por jugar al fútbol?

Sí, este año sí. A pesar de que sea una liga más baja, no estás tan saturado. No hay tanta presión, por así decirlo. Disfrutas más y, aunque el nivel sea más bajo, acabas recuperando esas ganas.

¿Cómo se definiría jugando?

Soy rápido, me gusta mucho irme hacia banda, el uno para uno e intentar acabar casi siempre las jugadas. Suelo jugar de extremo izquierdo o de segundo delantero.

Está teniendo un año prolífico con treinta y tres goles entre juvenil y sénior.

Sí. Hacía tiempo que no metía tantos goles y me estoy sintiendo muy cómodo en esa posición tirado a la izquierda.

¿Se siente importante y con protagonismo en el equipo?

Sí, es normal. Al llegar de una liga más alta siempre intentas tirar un poco del carro de los demás al tener un poco más de experiencia. Si llegas a otro equipo ‘más bajo’ pero sin conocer tanto a la gente puede haber problemas, pero al ser amigos de toda la vida nunca hubo mal rollo ni nada.

¿Qué dinámicas sigue con el equipo sénior?

Al principio no iba tanto con ellos porque no quería, venía a disfrutar con juveniles, a estar un poco más tranquilo. Ahora a final de temporada para intentar meternos en el playoff estoy entrenando todos los días con ellos y yendo a los partidos.

¿Nota el salto de categoría entre juvenil y Modestos?

Es una liga diferente, hay un poco más de nivel respecto a juveniles, sobre todo en la intensidad, en los choques o los duelos. Tienen ese físico que yo no tengo aún y que a veces se nota.

¿Qué objetivos se marca de aquí a final de temporada?

Con el juvenil tenemos una Copa. No digo ganarla, pero llegar lo más lejos posible. Con Modestos, el único objetivo es ascender.