El portero Pinto, a sus 46 años, brilla con el Ciudad Jardín en la Copa de A Coruña
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El portero Pinto, a sus 46 años, brilla con el Ciudad Jardín en la Copa de A Coruña


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La disputa a cuentagotas de los dieciseisavos de final de la Copa de A Coruña sigue dejando espacio para historias curiosas, como sucede en las rondas iniciales de cualquier torneo del K.O. que se precie. En la noche del martes logró el pase el Ciudad Jardín, de Tercera Futgal, eliminando en Visma a un Sporting Coruñés que tiene cerca el ascenso a Primera. Un pase ya meritorio de por sí, pero que además llegó en la tanda de penaltis (0-0; 4-3), con el portero Gonçalo Magalhães ‘Pinto’ (Oporto, 1978) parando uno de los lanzamientos.


La victoria, que da opción a este modesto equipo coruñés de medirse en octavos con el Órdenes, de Preferente, tuvo además dedicatoria para Álex Lomba, que sufrió una lesión que, a falta de pruebas, parece grave.

 

Imagen editada
Alineación del Ciudad Jardín en los dieciseisavos de final de la Copa de A Coruña, donde eliminaron al Sporting Coruñés


Pinto describe cómo fue la eliminatoria, sin goles en los 90 minutos. “Solo tuve que hacer una parada a una chilena de Rafa Díaz, capitán del Sporting, que habría sido el gol del año. Por lo demás, estuvimos impecables”.


Curiosamente, fue el primer empate del curso para el Ciudad Jardín, ya que en Liga acumula 16 victorias y nueve derrotas, y en la primera ronda de Copa avanzaron merced a un 1-3 ante el San Martiño. Pese a ello, el veterano guardameta luso contemplaba la posibilidad de una tanda de penaltis.


“Siempre los vivo de una forma muy especial. Me gustan y muchas veces los paro. Precisamente, hace muchos años un entrenador de porteros uruguayo —Pablo— del Sporting Coruñés me enseñó una técnica para pararlos y desde ahí me ha ido muy bien”, explica Pinto, que desvela (una parte) de ese truco. “Tiene que ver con la posición del delantero antes de lanzar”, detalla.


Pese a su edad, 46 años, no pierde un ápice de ilusión. “En la celebración me sentí como un niño de doce. Poder celebrar en grupo es lo mejor del deporte”, reflexiona.


Se han ganado el derecho a jugar ante el Órdenes y, pese a la diferencia de tres categorías, lo van a pelear. “Sabemos la diferencia, pero creo que es un tema de intensidad, porque talento también hay en el Ciudad Jardín”, enfatiza con seguridad.

 

Motivaciones

Cuestionado por lo que le impulsa a seguir jugando, da una respuesta inspiradora. “Lo hago para disfrutar cada partido y minuto como si fuera el último. Cuando se acerca el final de algo que haces desde los ocho años sin parar, le das mucho más valor y lo vives más. También hay algo que me llena mucho, que es ver a jugadores que admiran mi actitud y aprenden de mí. No tiene precio, que sepan que lo que limita es la cabeza, no el cuerpo”.


Lleva en España desde los 22 años, momento en el que vino para unos meses y se quedó tras conocer a su mujer. En el fútbol, desde los 30 dice que lo deja, pero nunca lo ha cumplido —este curso firmó por el Ciudad Jardín con la idea de ser entrenador de porteros—, por lo que aún queda Pinto para rato. Y en modestos.

 

"Creo que ya soy viejo para veteranos (risas). Nunca me motivó mucho, porque lo que realmente me gusta hacer es entrenar y en esa categoría no se hace. Ahora estoy muy contento aquí y voy a ayudarles en lo que necesiten: portero, entrenador de porteros, recogepelotas, lo que sea...", argumenta.

 

El exjugador de equipos como Imperator, Torre o, el año pasado, Atlético San Pedro, tuvo en su día el honor de ser convocado por la 'seleção norte de Portugal', así como de entrenar unos meses con equipos de máximo nivel en su país de nacimiento. "Mi lugar siempre fue el fútbol regional", apunta, en cualquier caso, el portero eterno del fútbol coruñés.

 

La tanda de penaltis íntegra | CIUDAD JARDÍN

 

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