“Sin esperarlo, como es la vida, me llamaron de Castro y aquí estoy jugando”. Son palabras de Rodolfo ‘Fito’ Periale (Mendoza, Argentina, 14/11/1995), un trotamundos del fútbol que ahora destaca en la Preferente Norte gallega, liga de la que es ‘pichichi’ con 18 goles.
Su trayectoria, que da para escribir líneas y líneas, se puede resumir de la siguiente forma: comenzó a jugar en su provincia natal, antes de dar el salto a una de las canteras más reconocidas del mundo, la de Boca Juniors. Tras tres años como ‘xeneize’ terminó su formación como jugador cerca de casa y alcanzó, ya en edad senior, la segunda división del fútbol argentino. Posteriormente pasó por Chile, Brasil e Italia, antes de recibir la llamada del conjunto lucense cuando se encontraba de vacaciones en España.
La racha actual del Castro es negativa, con solo 1 punto de los últimos 24, pero su capacidad goleadora es el mejor argumento al que se agarra para salvar la categoría. Este domingo (A Grela, 12.15 horas) se miden al Victoria en duelo clave por ese objetivo.
Una lucha que no coge por sorpresa a su equipo, que el pasado curso logró el ascenso desde Primera Galicia con el propio Fito como máximo goleador. Hizo 22 tantos.
“En el momento en el que llegué era una incógnita, no sabía cómo iba a ir. Tampoco conocía mucho de España y los equipos. Me recibieron de la mejor manera, el club me ha dado todo lo que ha podido y se lo he intentado devolver con mi rendimiento. Este año estamos un poco abajo, pero siempre dando lo máximo”, reflexiona el delantero, que señala que su apodo viene de Rodolfito, forma en la que se le conocía de pequeño al llevar el mismo nombre que padre y abuelo.
“Los equipos tenemos muchas expectativas al principio. Iniciamos con muchas ganas, pero según va pasando la temporada te condicionan las lesiones, tener un plantel corto, el hecho de que recién subes a la categoría, etc. Los resultados tampoco nos han ayudado mucho. Hemos hecho buenos partidos, pero hemos pecado de detalles que el rival aprovecha para hacer goles al final. O al principio y que nos cueste remontar, como nos sucedió el pasado fin de semana”, explica sobre la situación del equipo.
¿Cómo cree que pueden solucionar eso? “Es cuestión de pasar esta mala racha. Sé que puede tardar más o menos, pero es cuestión de ser positivo. El fin de semana nos jugamos un partido importante de la liga. Si logramos los tres puntos de visitante nos va a dar un empujón para estar más tranquilos. No sé si para salvarnos o no, pero sí para estar más tranquilos y afrontar el tramo final de otra manera”.
Sobre el Victoria, ante el que rescató un punto en la primera vuelta, señala: “Es un equipo que juega al contragolpe, con buenos jugadores por banda. Vamos a tratar de contrarrestar eso y aprovechar nuestras virtudes. Nosotros en lo ofensivo somos muy fuertes”.
En cuanto a sus números anotadores, que se han visto algo frenados en las últimas semanas tras ir a gol por partido hasta el término de la primera vuelta, reflexiona: “Para mí es suerte, hay que estar en el momento. La liga es larga, son partidos difíciles y no siempre puedes convertir, hay que tener también malas rachas.
La cuestión es saber siempre salir. Después mantenerse obviamente, pero lo importante es salir de las malas rachas”.
Deja claro que no le obsesiona el gol. “Soy una persona muy tranquila y sé el trabajo que hago dentro del campo. Trato de ser positivo, pensar que alguna oportunidad voy a tener, que de alguna manera voy a convertir o que si lo hace algún compañero mucho mejor, siempre pensando en el equipo. Si soy el pichichi perfecto, y sino felicitar a quien lo sea y contento también con la temporada que he hecho”, expresa un Fito que lleva cinco goles más que Pape, el segundo máximo goleador del campeonato liguero.
Una pregunta obligada era sobre su paso por la cantera de un club como Boca. “Aprendes muchas cosas. Cuando uno va a probar a un equipo tan grande y tienes la suerte de entrenar y estar ahí, vives muchas cosas que después de grande te das cuenta que te sirvieron, obviamente”, enfatiza.
También es interesante su testimonio sobre la etapa en Italia. “No me fue tan bien. Tuve bajones anímicamente porque era la primera vez que venía a Europa y tenía ganas de demostrar. Ya venía un poco tocado y me lesioné en el tobillo, lo que me tuvo tres meses sin jugar. Traté de salir lo más rápido, siempre siendo fuerte y mirando hacia delante, que hay muchas oportunidades en el camino”, analiza.
Ese es su pasado. El presente, el Castro y una Galicia en la que “estoy muy contento. He conocido lugares que jamás iba a conocer y la gente me trata muy bien, que es lo más importante”. Pero, ¿y el futuro?
“No me gusta quedarme mucho en cada lugar, eh (ríe). Me gusta andar por ahí, viajar, pero aquí estoy muy cómodo y si es en España mucho mejor, porque es mi idioma. Pero si es en otro país pues encantado, será una experiencia más en mi vida”, explica.
Además, entiende que todavía tiene muchos sueños por cumplir en el fútbol y que lo mejor puede estar por llegar: “Lo mío siempre fue llegar lo más alto que se puede. Sé que es difícil, porque ya no soy un niño, pero busco ir progresando, tener la oportunidad de llegar una categoría o dos más arriba. Tratar de demostrar que la edad no es un impedimento para jugar más arriba. Hay que ser consciente de ello y tener fe, confiar en uno mismo”.