El Leyma Básquet Coruña cayó con estrépito (79-100) en su último compromiso del año, un duelo ante un igual, el Bilbao Basket, que encontró en el fondo de su banquillo la solución a sus males. Rubén Domínguez hizo con los naranjas lo mismo que seis días antes Sam Dekker: coserlos a triples. Una derrota dura que es mucho más que un partido perdido. Refuerza la moral de un rival directo y manda a la lona de Diego Epifanio y los suyos. 

El equipo vasco, el peor de la ACB en acierto desde el arco, abrió el partido precisamente desde ahí, por medio de De Ridder. Primer aviso. El herculino prefirió jugar balones dentro, para Huskic y Burjanadze, pero el aro escupió los dos primeros intentos.

Taylor, también de 6,75 metros, inauguró el marcador local, al que Barrueta, con un 2+1, sumó nuevamente de tres. Igual que el Jokic de los pobres, con su priner lanzamiento desde larga distancia. Huskic sumó dos puntos más a su casillero, estos desde el 4,60, para dar al Leyma la que sería su máxima ventaja de la primera mitad (11-3).

El equipo naranja funcionaba en ataque y en defensa. Taylor se comió primero a Frey y luego a Pantzar; los dos bases del Bilbao ni siquiera pudieron lanzar a canasta en los 10 minutos inaugurales. Lundqvist se multiplicó por todo la mitad de la cancha local para dejar seco a Abdur-Rahkman e, incluso, evitar un par de canastas casi hechas bajo el aro de los 'hombres de negro' más altos.

Rubén Domínguez, uno de los jugadores de Jaume Ponsarnau menos relevantes en ataque, salió al rescate, gracias, en parte, a su hiperactividad. Un triple suyo y uno Gielo completaron el come back del Bilbao (15-15), Y un libre anotado por Diagne echó el telón al primer acto (16-15).

El senegalés y Marvin Jones amagaron con un duelo en las alturas que, sin embargo, se frustró con la temprana segunda falta del techo del Leyma. Pista libres para su homólogo estadounidense, que con seis puntos prácticamente encadenados mantuvo al Bilbao a rebufo.

Diego Epifanio tiró entonces de quinteto bajo, con Burjanadze y Thompkins como interiores. Funcionó muy bien de inicio, Hasta que Ponsarau se vio obligado a pedir tiempo muerto tras canasta de Aleix Font a pase mirando al tendido de su compañero georgiano (30-23). Segundos antes Hlinason había errado dos tiros seguidos a escasos centímetros del aro.

Tras elparón de 60 segundos, el técnico visitante dio la batuta a Abdur Rakhman, quien, liberado de la defensa de Jakovics, en esos minutos en el banquillo, castigó a Taylor con penetraciones a canasta aprovechando su mayor físico. El escolta estadounidense firmó cinco puntos en el parcial de 0-9 tras el tiempo muerto. Un aviso de lo que vendría poco después.

La exhibición de Abdur-Rahkman dio paso a unos minutos, los cuatro previos al descanso, de pelea en el barro. Muchas visitas a la línea de tiros libres, sobre todo de los 'hombres de negro'. Y muchos fallos. Un alivio para el Leyma, ya por detrás en el electrónico. 

Y más que lo estuvo al final del periodo. Ponsarnau pidió tiempo con ocho décimas en el reloj. Para poner el balón en juego desde mitad de cancha. Tiempo suficiente para que el balón llegase a las manos de Rubén Domínguez, quien, bien defendido y desde ocho metros, se sacó un tiro literalmente desde la cadera, que pasó por el aro tras tocar el tablero. La revisión de vídeo lo validó (33-38). Otra premonición.

Un triple afortunado que daría paso al segundo show de Abdur-Rahkman. Cuatro triples en sus cuatro primeros lazamientos en un arranque de tercer cuarto similar al del primero, pero a lo bruto, porque las tres primeras anotaciones del Leyma también llegaron desde el arco. 

No obstante, las cuentas no salían y el Bilbao se mantenía por delante. Y estiró ligeramente su renta gracias a la segunda irrupción de Rubén Domínguez, un jugador que llegaba al Coliseum promediando 3,3 puntos y se fue de A Coruña con el partido de su vida en el equipaje de mano. 

Con 57-62 comenzó el asalto definitivo. El alero gaditano, cedido a temporada pasada en el Amics Castelló, hizo casi lo mismo que Abdur-Rahkman en el arranque de la segunda mitad. Tres triples seguidos, el último de ellos con adicional, para poner al Leyma contra las cuerdas (61-75), todavía con seis minutos por delante.

Gielo, también desde larga distancia, sumó un punto más al superávit vizcaino después de una canasta de fundamentos de un Thompkins que fue el único asidero naranja en estos complicados minutos. Pero si lo de escolta y el alero visitantes fue increíble, no menos irreal resultó la canasta que cortó el intento de reacción naranja (67-78). Nada más y nada menos que un triple de Marvin Jones. Su primer acierto del curso. 

La puntilla la puso un minuto más tarde el MVP del encuentro. Y quién sabe si de la jornada. Octava diana en 10 lanzamientos. Superando en 8 de 11 de Sam Dekker en la derrota del Leyma seis días antes, también en el Coliseum. 

El Bilbao Basket, el peor equipo de la ACB en acierto desde 6,75 metros, construyó desde esa distancia una victoria que puede valer más que el oro a final de curso. Por ser ante un rival directo y porque, visto el panorama actual, se antoja muy complicado que el Leyma puede remontar en la capital vizcaina el averaje particular.

Un Leyma que deberá reflexionar sobre la causa de sus dos últimas derrotas, ambas cimentadas en un acierto lejano extremo de sus rivales. Rivales que no están entre la élite francotiradora de la ACB. Y, además,encajando demasiados puntos. Hacen faltan refuerzos. Soluciones inmediatas. Porque esta competición no perdona al camarón que se duerme.