El domingo se disputó el medio maratón Coruña21 que abrió el calendario de carreras populares de 2025 en el que Coruña42 vuelve a ser la gran ausencia. En mayo de 2023 el Concello anunció la cancelación de la décima edición del maratón por la baja participación, el elevado coste económico y el fuerte impacto a nivel de colapso circulatorio en la ciudad. El Ayuntamiento dijo entonces que buscaría un formato más atractivo para relanzar la prueba, pero en 2024 ya no se celebró y en 2025 tampoco está anunciado pese a que según fuentes municipales es una opción que “no se descarta” para el futuro. La comunidad atlética de A Coruña, que se ha refugiado sobre todo en Valencia, Madrid y Barcelona, lo tiene claro. Anhela su vuelta, pero con mejor organización, más promoción y con un circuito y unas fechas fijas.
Cuatro de los habituales corredores de Coruña42, Fran Maseda, que participó cuatro veces; Iván Varela, con otras cuatro participaciones; Simón López, presente en todas las ediciones, y Eduardo Rey, que completó cinco, ponen la voz al sentir de los corredores populares tanto de la ciudad como de sus alrededores. Los cuatro coinciden casi punto por punto en sus declaraciones. Lo primero, desear que se vuelva a organizar porque se trataba del maratón de referencia para el noroeste peninsular. Fue la primera y era la única de Galicia, lo que atraía a muchos atletas a la ciudad.
“Ahora nos hemos tenido que ir lejos. En mi caso a Valencia”, afirma Maseda. “Para nosotros era el de casa y ahora el más cercano es el de Madrid e incluso el de Lisboa. El de A Coruña era un referente en el norte. Daba caché a la ciudad”, responde Varela. “En la ciudad hay fácilmente unas 500 personas que corren maratones. Y ahora nos tenemos que ir fuera”, opina López, que se fue a Valencia el año pasado y seguramente repita este. “Si hubiera aquí no me lo pensaba”, añade. “Me gustaría que volviera Coruña42 porque hay mucha afición al atletismo en la ciudad y ahora mismo hay que irse fuera. Es una pena. Cuando empecé hace veinte años apenas había carreras, nos íbamos a Lugo. Ahora hay muchas y creo que son un éxito”, aporta Rey.
También comparten los cuatro que la organización, desde su primera edición hasta la última, fue decreciendo. “Fueron mejorando y después llegó un punto que cada vez se fue a menos”, reflexiona Maseda. “Las primeras ediciones tuvieron mucho éxito, las últimas no me gustaron tanto, sobre todo por las tres vueltas al circuito, que se hacían mortales, sobre todo la ida a Oza”, explica Rey. Es un punto que puede explicar, además de la pandemia, la baja participación. “Si se vuelve a hacer debería tener un recorrido fijo y no ir cambiándolo todos los años”, dice Maseda. “Hubo una que acabó en María Pita entrando por la calle Real que fue espectacular”, añade Rey.
La planificación y promoción son claves. “Un maratón es una prueba muy exigente que requiere mucha preparación”, cuenta Varela. “Son tres meses de trabajo en el que le tienes que dedicar mucho tiempo y compaginar con tu propio trabajo y la familia”, reconoce Rey, por lo que hay que fijar las fechas con tiempo y que sean siempre las mismas.
En cuanto al colapso de la ciudad, es un precio que hay que pagar. “Nunca vas a contentar a todo el mundo, pero para mí las pruebas deberían de ser finitas, es decir, que el maratón durase como mucho cinco horas porque tienes que ser consciente de que tienes que convivir con el resto de personas de la ciudad”, concluye Varela.