Jordi Bargalló: “Vengo pensando que no va a ser el último partido, algo me dice que voy a volver”
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Jordi Bargalló: “Vengo pensando que no va a ser el último partido, algo me dice que voy a volver”

jugador del Noia, excapitán del liceo
Jordi Bargalló: “Vengo pensando que no va a ser el último partido, algo me dice que voy a volver”
Jordi Bargalló, en su partido de despedida del Liceo en 2016 | Patricia G. Fraga

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Jordi Bargalló (Sant Sadurní d’Anoia, 1979) juega hoy su último partido en el Palacio de los Deportes de Riazor (12.00 horas). O no. Él está convencido de que todavía le quedará un último baile en el playoff. Lo que está claro es que cuando finalice el curso, el que fuera gran capitán del Liceo durante doce temporadas colgará los patines con 45 años convertido en una leyenda.

 

Cuando en 2016 jugó su último partido con el Liceo dijo que los niños se llevaron hasta las chanclas. ¿Vino bien equipado por si acaso?
La verdad es que ya me han amenazado los chavales y los que no son tan chavales. ¡Ojo, que a ver si la culpa la van a tener solo los niños! La verdad es que en el Noia somos humildes en cuanto al material… Pero algo vamos a tener que hacer. Siempre es un lujo poder atender a los niños porque son el futuro y los tenemos que cuidar y mimar para que crezcan haciendo deporte y con pasión hacia el Liceo.

 

¿Cómo ha llevado estos días?
Creo que es como un mecanismo de protección, pero vengo pensando que no va a ser el último. No sé, algo me dice que voy a volver. Y como estamos en el día a día de la competición, que no paramos que hay partidos cada dos o tres días, no he tenido mucho tiempo a pensarlo. Voy jugando y disfrutando del momento.

 

¿Por eso decidió decirlo antes de final de temporada, para quitarse el peso de encima? 
Yo no quería ni decirlo, pero mucha gente me dijo que tenía que hacerlo y también de la federación y del club me preguntaban que cuándo lo iba a anunciar. Al final encontré ese huequecito antes de la Copa de Rey, le pedí a Carlos Cortijo si le parecía una buena fecha, me dijo que sí y en una tarde grabamos el vídeo. Yo ya sabía que esta iba a ser mi última temporada, pero lo tenía que anunciar y creo que fue un buen momento.

 

En ese vídeo define su sentimiento por el Liceo con solo dos palabras: “Mi Liceo”.
No sé, me salió así, mira que yo soy bastante malo escribiendo, no es que tenga un don. Creo que ese “mi Liceo” refleja un poco lo que siento por él. Como la canción: “Vamos mi Liceo, vamos campeón”. Allí he sido muy feliz y pude cumplir mis sueños.

 

¿Quién le gustaría que estuviera hoy en el Palacio?
Es difícil, se me ocurre un montón de gente. Diría muchos y me dejaría a muchos. Pero ojalá vea a Pepe Guillín y a Galmán. Son gente que son parte de la historia del Liceo de verdad. Esos son los buenos, no nosotros que salimos mucho más que ellos. Pero no pasa nada si no pueden venir. También me gustaría que estuviese mi madre y desgraciadamente ya no está.

 

¿Por qué se retira este año y no el pasado, que llegó con el Noia a la final del play off y con su hermano Pau en pista?
Porque soy un poco cabezón y a veces tengo un poco de chico rebelde. Por eso me gusta tanto el Liceo a lo mejor. Me apetecía, me sentía bien y creía que tenía que dejar el hockey cuando yo quisiese. Y solo me falta que me digan, no, no hagas esto, para que me entren más ganas de hacerlo. El año pasado fue mágico, es cierto. Llegamos a la final de la Liga, incluso pudimos ganar un partido en casa y en Sant Sadurní se colgó como hace mil años el no hay entradas. Que fue una cosa que yo voy a guardar siempre en el corazón. Pero no me arrepiento de haber seguido un año más. Porque este año, sobre todo en Copa de Europa, estamos dando muchas alegrías y estamos aún haciendo más grande la historia del Noia, que es una cosa que también me enorgullece.

 

¿Iban anunciado la retirada los de su generación y veía acercarse el momento?
De mi generación y mucho más jóvenes también. Pero tampoco me fijo mucho en los demás. Lo dejaron Pedro Gil y Marc Gual, pero no porque ellos hubieran decidido dejarlo, yo lo voy a dejar antes o después. Cada uno tiene su camino. De hecho, mucha gente aún me dice: ¡No lo dejes, si estás la mar de bien, tienes que seguir! En la Copa, de hecho, muchos no lo entendían. Traté de explicar que todo tiene su momento, que creo que personalmente tengo que estar mucho más con mis hijos, que ya llevan mucho detrás de mí y tengo que recuperar el tiempo; que también a nivel laboral he empezado un proyecto nuevo que me va a exigir más tiempo. Son un cúmulo de circunstancias, como la oferta de ser el segundo entrenador de la selección. Cuadró bien y creo que es un buen momento.

 

516 GOLES
marcó Jordi Bargalló con la camiseta del Liceo, el segundo máximo realizador de la historia verdiblanca solo por detrás de los 661 de Daniel Martinazzo.

 

¿A Coruña fue para usted su casa y su familia?
Y sigue siendo. Lo que pasa es que no estoy cerca, pero cuando puedo vengo. Coruña vio nacer a mis hijos, los empezó a criar. Es una ciudad espectacular. Siempre lo he dicho, no me hubiera movido, pero bueno, cosas de la vida. Además nunca se sabe si algún día voy a volver. 


¿De entrenador, por ejemplo?
Pues vete a saber. Todo el mundo me dijo que lo que más se acercaba a jugar era entrenar, y ahí voy yo el año que viene. Lo de la selección española me da una oportunidad única y muy buena para entrar en el mundo de los banquillos. Sí que había entrenado en categorías base del Noia y también había estado la coordinación del colegio de aquí de Sant Sadurní cuando era más jovencito. Y es una cosa que siempre me ha gustado y tengo el título de entrenador nacional. Ya se va a ver si se me da bien, si me gusta y si me siento completo. De momento, estoy muy contento con esta oportunidad que creo que es única. Me parece que lo voy a pasar muy bien.

 

También está su primo Francesc Bargalló en la selección.
Sí, sí. También empezó así como segundo de algunas selecciones y ahora lleva la sub-19. El otro día lo vi en la Copa del Rey y me dijo que estaba encantado con el cargo, que era un trabajo muy chulo. Voy a poder tener asesores de primera mano.

 

Le va ganando en todo... Vino primero al Liceo y llegó primero a la selección.
Me va marcando el camino. Ganando no ¿eh? Barga es un crack. La gente a lo mejor no lo recuerda tanto pero era un jugador excepcional y ahora seguro que va a ser un entrenador excepcional porque entendía muy bien el hockey y sabía lo que tenía que hacer en cada momento, muy cerebral. Creo que son cualidades muy buenas para ser entrenador.

 

En la selección volverá a coincidir con su hermano Pau Bargalló. ¿Qué siente cuando dicen que es el mejor jugador del mundo?
Por un lado, me alegro muchísimo de que lo tengan tan bien considerado. Por otro siempre he pensado que es difícil nombrar a alguien como el mejor en un juego de equipo. Sin ninguna duda Pau es un crack. Ya sé que está reconocido mundialmente y espero que siga ganando muchos títulos, pero sobre todo que disfrute del trayecto y de las experiencias.

 

¿Por eso Carlos Gil siempre decía que no sabía si Jordi Bargalló era el mejor, pero sí que era el más completo?
De Carlos Gil no vale porque me tiene mucho cariño. Pero se lo agradezco muchísimo. A mí me ayudó lo que no está escrito tanto a nivel de hockey como a nivel vital. Es una referencia, un lujo. Siempre lo digo, he tenido el mejor entrenador. Algo se me habrá quedado.

 

¿Piensa que llegará un momento que su hijo Jordi le diga: ‘Papá, ficho por el Liceo, me voy para Coruña’?
Ojalá, ojalá. Yo ya se lo voy diciendo, enseñándole cosas como el vestuario del Palacio al que íbamos a jugar a hockey cuando llovía en Coruña en lugar de ir al centro comercial. Él se ríe. No se acuerda mucho, pero se ríe. Como tengo alguna foto, le enseño. Ya se verá lo que pasa. Sobre todo quiero que se lo pase bien haciendo un deporte de equipo. Tanto él como Gina. Su madre y yo lo único que les pedimos con todo lo que hacen es que se esfuercen, que disfruten y que lo den todo. Y si tiene que llegar ese momento, si tiene esa suerte, pues adelante. 

 

 

► LA PREVIA

Pablo Cancela entra en la convocatoria del Liceo 

El Liceo recibe al Noia (Palacio de Riazor, 12.00 horas) con la gran novedad en la convocatoria de la entrada de Pablo Cancela. El jugador coruñés se operó en octubre de una rotura del ligamento cruzado en su rodilla derecha. Cinco meses después, Juan Copa le da la oportunidad para cubrir el hueco del sancionado Tato Ferruccio, aunque el Comité de Apelación estimó parcialmente el recurso del club verdiblanco y rebajó el castigo del argentino de cuatro a tres partidos, por lo que ya estará disponible la próxima jornada. En esta, el Liceo abre la cuenta atrás de la liga regular. Quedan cinco para el playoff en los que el objetivo es asegurar la segunda plaza para tener ventaja de pista hasta una hipotética final. El rival es el Reus, tercero a cuatro puntos. Su derrota de ayer contra el Voltregà permite alejarlo a siete. El Noia es quinto, este año sin la regularidad del anterior, pero peligroso como ya demostró con su billete a cuartos en la Champions y eliminando al Barça en la Copa. En la primera vuelta, el Liceo ganó por 1-3.

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