Beqa Burjanadze (3 de enero de 1984, Tbilisi, Georgia) por fin pudo (re)debutar, el pasado domingo, en el partido contra el Oviedo, con el Leyma Basquet Coruña, más siete años y medio después de vestir por útima vez la camiseta naranja. Una puesta de largo satisfactoria, y más larga de lo esperado, para uno de los jugadores importantes del grupo que dirige Diego Epifanio.
¿Qué sensaciones tuviste al saltar a la pista?
Tenía muchas ganas de jugar, después de dos meses viendo a mis compañeros entrenando y yo sin poder hacer lo mismo. Pero por fin estoy en la dinámica del equipo y estoy supercontento por jugar y por la victoria contra un equipo fuerte.
¿Sabías de antemano que ibas a salir en el primer cuarto?
No, eso lo marcan las dinámicas de los partidos. Había nervios por redebutar, además delante de nuestros aficionados, aunque es mucho mejor que haberlo hecho, por ejemplo, la semana anteriror en Cáceres, pero nada más saltar a la cancha ya me centré. Estaba preparado para salir cuando fuera. Me daba igual el primer o el segundo cuarto. Lo importante para mí era jugar y ayudar al equipo.
¿Te esperabas semejante ovación de la afición?
La verdad es la que la sentí. Ese cariño de la gente me dio un extra de fuerza y motivación. Luego, nuestro fotógrafo me pasó las fotos de la gente en el momento en que entré en pista, y me emocionó y me hizo sentir super bien.
Ese cariño de la gente me dio un extra de fuerza y motivación. Y me emocionó
No pudiste entrar con mejor pie: triplazo al límite de la posesión y con un defensor encima. ¿Ese tiro liberó la tensión que pudiera quedarte?
Me preguntaste antes si me esperaba la ovación de la afición, pero lo que es seguro es que no esperaba que mi primer tiro entrase (risas). Hubo un casi robo del equipo..., el balón vino hacía mí..., y tiré sin pensar. Y eso creo me ayudó a anotarlo. Y me soltó y me rebajó la tensión.
Dieciséis minutos es una buena ración de pista para empezar. ¿Sabías que ibas a jugar tanto?
No. Esas cosas no se hablan. Epi y yo hablamos antes del partido, y aunque no se puede concretar sobre la cantidad de minutos, comentamos las rotaciones y lo que esperaba del partido. Yo creo que se han hecho las cosas muy bien.
¿En cuánto tiempo te ves al mismo nivel que tus compañeros?
No lo sé. Es muy difícil calcularlo. El tiempo y la dinámica de la competición lo marcarán. Lo que puedo decir es que estoy en buenas manos, tanto por el cuerpo médico como por el cuerpo técnico, y yo estoy poniéndolo todo para llegar a mi 100% lo antes posible.
Ahora veo el juego de diferente manera, de una manera más completa y más compleja
A pesar de que habéis hecho ya varios partidazos, imagino que el equipo todavía no ha tocado techo.
Efectivamente. Tenemos un montón de margen de mejora, aunque también los otros equipos. Todo es mejorable, aunque estamos en muy buen camino en todos los aspectos del juego. Tal vez mejorar más en el aspecto mental.
¿Ves muy cambiada esta LEB Oro con respecto a la de la última vez que jugaste en ella?
Aunque no me ha dado tiempo de evaluarla al 100%, porque aún no conozco todos los equipos, se ve que el nivel ha subido un montón. Y eso es algo muy bueno.
¿Qué ha cambiado en Beqa Burjanadze en estos años?
Madurez. Ahora veo el juego de diferente manera, de una manera más completa, más compleja. He mejorado en aspectos como leer mejor el juego o tener menos ansiedad, aunque ahora mismo es complicado estar menos ansioso que yo (ríe), pero es normal porque acabo de volver.
Entiendo que por plantilla y por nuestro estilo de juego, la esperanza y la expectativa es que ascendamos
¿Y en el club que dejaste hace siete años?
Ha crecido bastante en todos los aspectos. Es cierto que el cuerpo médico siempre ha sido uno de los ‘top’ de la liga, pero ahora tenemos dos fisios. Si un jugador necesita piso o coche, como es mi caso, el club nos lo facilita. Está haciendo todo para que estemos supercentrados en lo que pasa dentro de la pista. Y eso lo hace un club de nivel muy bueno.
¿Un club preparado para dar el salto a la ACB?
Queremos ir poco a poco. Entiendo que por la plantilla que se creó y por nuestro estilo de juego, la esperanza y la expectativa es que ascendamos. Y eso es lo que también queremos los jugadores, pero al mismo tiempo sabemos que el objetivo está muy arriba; es como una escalera, si miras demasiado arriba, igual tropiezas y te rompes la cabeza. Hay que subir el primer escalón, luego el segundo... El camino tiene que ser ese.
Aparte del club, ¿la selección sigue en tu cabeza?
Sí. Tenemos ventanas en febrero. No fui al Mundial para centrarme en mí mismo, pero si estoy bien físicamente en febrero, siempre estaré dispuesto a ir con la selección.