El nuevo entrenador del Tenerife, Pepe Mel, que ha relevado en el cargo a Óscar Cano, declaró a su llegada al club insular que su deseo pasa por "ayudar" al equipo a abandonar el "trance" de este arranque liguero, en el que es colista de Segunda División, con un solo punto sumado en cinco jornadas.
Mel dijo nada más aterrizar en el aeropuerto Tenerife Norte que la situación del equipo "obviamente no es la mejor", pero que aceptó la propuesta chicharrera "porque ser entrenador es una vocación", y también porque hace más de dos décadas (23 años) ya estuvo al frente de la entidad.
"Queda mucho trayecto por delante y esperamos hacer las cosas bien, quiero que vean en mí una ayuda", dijo antes de ser presentado este martes de manera oficial.
El estratega exdeportivista está convencido de que su plantilla "puede mejorar las cosas", al tiempo que especificó que debe "trabajar con ella, como con cualquier otro equipo de Segunda División, porque en esta categoría todo depende de un detalle, y vamos a intentar manejar eso".