El exfutbolista brasileño Mauro Silva hizo un llamamiento a expulsar a los racistas de los estadios y aplicar sanciones duras para erradicar esta lacra del deporte, así como a impulsar el fútbol femenino para saldar las “injusticias históricas” que el deporte tiene con las mujeres.
Silva, que fue jugador del Deportivo de La Coruña español durante doce temporadas y también de la selección de Brasil, remarcó en una entrevista con EFE que “es importante que las sanciones sean severas y muy duras para que esas personas que se comportan de manera inadecuada en un estadio de fútbol no vuelvan”.
“Los valores del deporte no son esos. Para mí el deporte y el fútbol es derribar muros, construir puentes, reducir las diferencias entre las personas, más tolerancia y no lo contrario”, dijo Silva, de visita en Quito como embajador de la campaña contra el racismo “Latidos del Valle”, impulsada por el Independiente del Valle y la aseguradora Chubb, en el marco de la Copa Mitad del Mundo juvenil.
En ese sentido, deseó que en esta nueva temporada que comienza de La Liga española se continúe la lucha contra el racismo para que no se repitan episodios como los que denunció el jugador del Real Madrid Vinícius Júnior, pero que también han sufrido otros jugadores sin tanta exposición mediática como su compatriota brasileño.
Silva indicó que vivió con mucha tristeza el caso que más impacto tuvo de los denunciados por Vinícius, sucedido en mayo durante un partido entre Valencia y Real Madrid, en el que en redes sociales el exfutbolista recordó la importancia de no generalizar cuando ocurren estos hechos.
“No se puede generalizar, porque eso no tiene nada que ver con el país, no tiene nada que ver con el pueblo español. Es una minoría que se comporta de manera inadecuada, y el comportamiento de una minoría no puede afectar la imagen de un país tan rico y vibrante como es España”, apuntó el exjugador.
“Yo soy un brasileño que ha sido muy feliz en España, mis hijos han nacido en España y yo tengo una calle en La Coruña y la doble nacionalidad. España es un país increíble. Entonces, hay que ser justos, pero por eso digo también que es importante ser muy contundente en la respuesta y el castigo a ese tipo de comportamientos que no queremos en un estadio de fútbol”, agregó.
Silva señaló que estos actos todavía ocurren en muchas partes, también en Latinoamérica, y se mostró de acuerdo con que un miembro del cuerpo técnico del Universitario peruano haya pasado diez días en prisión provisional en Brasil tras hacer presuntos gestos racistas en un partido contra Corinthians de Copa Sudamericana.
“Si la posición es muy dura, muy rápida y muy rigorosa, estoy convencido que vamos a acabar con eso ahí en el fútbol y en la sociedad, y los futbolistas también tienen una gran responsabilidad para intentar impactar positivamente a la sociedad”, recordó.
Silva, que fue campeón mundial con Brasil en 1994 y que ganó con el Deportivo la Liga española en 2000 y la Copa del Rey en 1995 y 2002, señaló que siempre ha creído que el fútbol puede mejorar a la sociedad, como una plataforma de concientización, de educación y de dar buenos ejemplos.
“Nosotros somos amantes del fútbol y no queremos ver nada de odio en los estadios”, reiteró el exfutbolista, que consideró que los comportamientos en los estadios han mejorado respecto a cuando él estaba en activo, con protocolos y leyes más estrictas, y por la atención que ahora también le prestan los medios de comunicación.
“Se publica mucho más, se habla mucho más del tema y se pone el dedo en la herida, que es lo que tenemos que hacer: hablar del tema. Da la impresión de que no ha mejorado, pero sí lo ha hecho. También se ve más diversidad en los cargos de liderazgo”, comentó Silva.
El centrocampista del ‘Súper Depor’ también habló de la necesidad impulsar el fútbol femenino al explicar que “durante 40 años las mujeres fueron prohibidas de jugar al fútbol en Brasil”.
“Conozco a mujeres que fueron presas y creo que nuestro papel es un poco es reparar esas injusticia históricas, y cuando combatimos al racismo estamos trabajando para construir un una sociedad más justa, más equilibrada”, concluyó.