El capitán del Betis, Joaquín Sánchez, demostró este lunes en el Benito Villamarín que está muy por encima de los números y que, cuando sale al campo, hace lo que ha hecho siempre hasta en sus tardes más malas, ser decisivo y ponerla como pocos como hizo a Borja Iglesias en el gol definitivo de la victoria bética ante el Rayo Vallecano (3-1).
Joaquín, tras el partido frente a los de Andoni Iraola, suma 618 y está a cuatro del récord de 622 jugados en Primera División por el portero Andoni Zubizarreta, aunque pocos podían apostar que el portuense iba a tener minutos por el aparatoso vendaje que lucía en su rodilla derecha, mermada por un esguince desde hace dos jornadas en el Camp Nou.
Ya el técnico bético, el chileno Manuel Pellegrini había avisado en la jornada anterior en San Mamés que no iba a supeditar sus planteamientos por que Joaquín pudiera alcanzar al guardameta internacional vasco y todo apuntaba a que este razonamiento se repitiera en la noche frente al Rayo, en la que el chileno volvió a dar una lección magistral del manejo del banquillo y los tiempos.
No en balde, un duelo que se había puesto incierto por el gol con el que Santi Comesaña puso el 2-1 al comienzo de la segunda mitad, lo remataron tres cambios que el entrenador de Santiago había introducido y que tiraron líneas, de Rodri Sánchez a Joaquín y de éste, cabeza alta y pelota pegada al pie, a Borja Iglesias.
Había calentado el portuense y había dudas sobre su rendimiento por el vendaje, pero ahí Pellegrini lo tuvo claro como en Bilbao y lo sacó en el minuto noventa porque, según dijo, no se atrevió a "ponerlo más" porque no había entrenado con normalidad, aunque sí tenía la certeza de que "era necesaria su incorporación" porque no tenían el control del balón.
"Su entrada y la de Rodri nos permitió recuperarla", dijo el chileno sobre la conexión que hizo posible el gol de la tranquilidad verdiblanca y con el que los de Pellegrini casi certificaban su clasificación para la Liga Europa por tercer año consecutivo al sumar 55 puntos en la sexta posición, a dos del Villarreal (5) y separado en siete del Girona (7).
Rodri la puso al hueco y allí que se desmarcó Joaquín como quien no tiene vendaje y, desde la línea de fondo en la que ha tenido su hábitat durante dos décadas, miró para atrás al punta gallego para que 'fusilara' el meta vallecano, el macedonio Stole Dimitrievski.
Agradecido por el regalo, el Panda dijo que le ha "dado muchas" como a tantos porque le entiende a él "y a todos" con los que ha jugado en el Betis, en el Valencia, en el Málaga y en el Fiorentina, donde desplegó lo que dijo el punta gallego, que "lee muy bien el juego" y las da "perfectas".
"Es un jugador que tiene la capacidad única de ver a sus compañeros para hacer el mejor pase. Yo no quiero que se vaya, la verdad", reiteró Borja Iglesias sobre su 'socio', del que dijo que va a intentar "convencerlo de aquí a final de temporada" para que siga y añadió que, aunque no cree que cambie de opinión, "si marca al Sevilla lo mismo se anima a renovar”. Cerca de Stanley Matthews.