Con 17 años y 24 días debutó con el primer equipo del Barcelona. Un mes después se convirtió en el debutante más joven de la selección española y ahora, con 18, el sevillano Pablo Martín Paez Gavira 'Gavi' se ha convertido en el ganador del Trofeo Kopa, para el mejor jugador menor de 21 años de la pasada temporada.
Gavi, el niño que no sabe atarse los cordones, ha sido distinguido por un jurado de notables, señalado por los más grandes como sucesor de una dinastía en la que votan solo los 33 ganadores del Balón de Oro que todavía están vivos.
¿Qué mejor elección que la que puedan hacer Messi, Cristiano o Ronaldinho? Gavi se ha convertido en el sucesor de Pedri, en un galardón que alcanza su cuarta edición pero que ya lo han conquistado Kylian Mbappé, Matthijs de Ligt, además de Pedri.
La eclosión de Gavi se produjo el curso pasado, pero en éste se han convertido en un jugador determinante. Ambidiestro, es capaz de crear y de destruir, apoya al mediocentro y combina con el delantero, una 'rara avis' en un deporte como el fútbol cada vez más superespecializado.
Fue Ronald Koeman quien le dio la alternativa en el primer equipo del Barcelona, aquel día 'Gavi' dijo sentirse "el niño más feliz del mundo" porque desde pequeño soñaba con debutar en el Camp Nou; y después el seleccionador Luis Enrique Martínez le dio el capotazo definitivo y lo dio a conocer al gran público europeo, después de asegurar que conocía al jugador desde hacia cuatro o cinco años.
Gavi está llamado a convertirse en un jugador de referencia para el Barcelona que, en pleno momento de renovación, dispone del mejor jugador sub-21 del Mundo y del último ganador de ese trofeo Kopa (Pedri González), dos jugadores sobre los que debe construir su futuro.
UN JUGADOR DE MIL MILLONES DE EUROS
Y a cada partido demuestra nuevas cosas y va acortando pasos hacia lo más alto, por eso el Barcelona se apresuró a cerrarle un contrato profesional en cuanto cumplió dieciocho años -a partir de agosto pasado-, aunque no le resultó nada fácil.
Había renovado el Barcelona a Ansu Fati, Ronald Araujo y a Pedri, pero con Gavi todo fue más complejo. Las negociaciones se prolongaron casi durante un año. Enfrente de la mesa un viejo conocido, Iván de la Peña, como representante del sevillano y las posiciones muy alejadas.
"No puede cobrar como una superestrella cuando se trade de una superpromesa", proclamaban desde la zona noble del Camp Nou. Todo se relantizó y además el Barcelona vio como el interés de equipos de primer nivel de la 'Premier' se multiplicaba.
Se hablaba del interés de United, Chelsea o de Liverpool. El perfil de juego de Gavi casa muchísimo con el del juego británico y su juventud y su cláusula de rescisión un caramelo para quien quisiera llevárselo.
Pero las dos partes jugaron bien sus bazas. El jugador quería quedarse para triunfar en el Barça y el club también sabía del deseo de Gavi.
En cada rueda de prensa de Xavi Hernández, el técnico verbalizaba la necesidad de atar a la nueva perla del fútbol azulgrana. "Gavi es una bestia competitiva, marca diferencias. Tiene un talento increible y su presión tras pérdida es brutal", recordaba su entrenador.
Fue cuadrar las cuenta, cerrar la marcha de Miralem Pjanic a Emiratos Árabes y empezar a cerrar la carpeta Gavi por parte del Barcelona, que le regaló la camiseta con el número seis. Ahora le falta mejorar tácticamente, algo que mejorará sin duda, y tener un rato para aprender a atarse los cordones de las botas.