Después de destrozar todos los récords goleadores en categorías inferiores, parecía destinado a marcar una era en el Barcelona, a ser un 'one man club', anglicismo con el que se conoce a un futbolista que ha desarrollado toda su carrera en un mismo equipo.
Sin embargo, el destino fue caprichoso con Bojan Krkic (Linyola, Lleida, 28 de agosto de 1999), que acabó colgando las botas tras defender la camiseta de nueve equipos en siete países distintos.
El primer futbolista español que ha sido capaz de marcar en las cuatro grandes ligas europeas explica su carrera en un documental que estará disponible gratis y en exclusiva en Rakuten TV a partir de este viernes, 3 de noviembre.
Bojan repasa, en una entrevista con EFE, la actualidad del club azulgrana, al que ha vuelto para ayudar a los jóvenes futbolistas que, como él, aterrizaron muy pronto en el vestuario del primer equipo.
"Todas esas vivencias que he tenido a lo largo de mi carrera, esas situaciones adversas o de sufrimiento que en su momento no exterioricé, siempre tuve la sensación de que debía contarlas".
"El objetivo era poder abrirme completamente y explicar una historia no solo de un jugador de fútbol, sino de una persona que ha tenido sus miedos y cómo los ha afrontado. Una historia que a mí realmente me ha hecho más fuerte, mejor jugador y mejor persona. Y enviar un mensaje positivo: el de que, ante la adversidad, siempre se pueden sacar fuerzas para superarlo".
"Era muy joven y, en ese momento (temporada 2007-2008), descubrí que ese mundo ideal no era tan ideal. Pero, a la vez, y viéndolo ahora con las perspectiva que dan los años, tampoco pasó algo que no exista en cualquier mundo competitivo".
"Aquel Bojan era un niño muy tímido y muy sensible. Admiraba y respetaba demasiado a todos estos jugadores, y eso me hizo que realmente no pudiera tener una relación personal con ellos".
"No era porque la gente estuviera en contra de Bojan, sino porque yo llegué muy joven (17 años), sin experiencia y en el momento de decadencia de aquel equipo. Era entender que no era nada personal, sino que ese niño tenía que aprender a convivir en un vestuario profesional".
"En el fútbol profesional hay poca empatía, pero Tití empatizó mucho conmigo desde el principio. Él era consciente de la magnitud de un club como el Barça y se debía ver reflejado en mí en su inicios en un mundo tan complejo, porque también empezó a jugar muy joven. Fue un protector para mí, una persona que me ayudó a entender cómo funcionaba el fútbol profesional".
"Lo viví con mucho hermetismo. Era un tema que tenía que afrontar yo, y yo no quería demostrar esa debilidad. Iba a entrenar, me mostraba fuerte, y era al llegar a casa cuando lo vivía con mis padres o quienes estuvieran conmigo en ese momento".
"Yo creo que ningún compañero era consciente de lo que me sucedía. Mi historia se empezó a exteriorizar con una gastroenteritis que no era tal (se mareó en el vestuario y no pudo debutar con la selección española en un amistoso en La Rosaleda en febrero de 2008). Y, a partir de lo de Málaga, es verdad que empezaron a ser conscientes de que algo me pasaba".
"Mis compañeros me veían en una dificultad, que había renunciado a jugar la Eurocopa, pero no creo que llegaran a entender lo que implicaba ese proceso que estaba viviendo. Es como si le cuentas a alguien que no ha sido nunca deportista lo que duele una rotura muscular; no puede entenderlo si no lo ha vivido".
"Cuando Andrés empieza a percibir que algo le está pasando (temporada 2009-10), obviamente habla mucho conmigo en el vestuario, porque sabía que yo había vivido algo parecido. Pero, más allá de que pudiera sentirse reflejado, creo que lo que nos ha unido siempre ha sido la química que tenemos y que nos hacía charlar de esas emociones y sensaciones que sentíamos y que van más allá del jugador de fútbol".
"Él dice en el documental que nos hemos hecho mucho bien el uno al otro, y yo estoy completamente de acuerdo".
"(Tras no jugar ni un minuto en la final de la Liga de Campeones de Wembley 2011), decidí en ese momento que tenía que irme, porque siempre he sido una persona muy ambiciosa y para nada conformista. Con 21 años, sentí que tenía que salir del Barça de la forma en la que lo hice (encadenó tres cesiones al Roma, el Milan y el Ajax, antes de rescindir su contrato)".
"Con Guardiola no he coincidido desde entonces. Si nos reencontramos, será un encuentro con alguien que ha compartido conmigo parte de mi trayectoria como jugador de fútbol".
"Pep es el mejor entrenador que he tenido, sin duda. Y yo no soy una persona que se haga mala sangre por lo que ha vivido. Al contrario, siempre saco todo lo positivo. Gracias a esa etapa, pude abrirme al mundo y tomar las decisiones que he tomado".
"Ese día (de verano de 2014) fue todo muy significativo. El ir a las oficinas a firmar la rescisión, era realmente como cortar ese cordón umbilical con el Barça, que para mí es mi vida, mi familia".
"Ya cuando me iba del estadio, había un cartel a la salida que ponía ‘Gracias por todo’, o algo así. Señales que me van haciendo daño. Y en el avión (rumbo a Inglaterra para firmar con el Stoke City) tuve esa vivencia que fue traumática, uno de los momentos más delicados que he vivido. O el avión se daba la vuelta o no había otra (le entró una ataque de pánico y el piloto tuvo que suspender el despegue)".
"Fue una historia de desamor que tuve que afrontar, pero gracias a eso conocí a esa gran familia que fue el Stoke City. Lo que viví en Inglaterra, en la Premier, es algo que me ha marcado, y mucho. Fue una etapa muy gratificante".
"Esa lesión (enero de 2015) me hizo madurar, sin duda. Pero, sin duda, estaba fuerte para afrontarla. De hecho, jugué a los cinco meses y medio, y eso es muy poco tiempo en una lesión de cruzados".
"Ya, cuando iba para el vestuario y me dicen que me había roto el cruzado, automáticamente empiezo a gestionar quién me va a operar y tomo la decisión de venir a Barcelona a recuperarme. Fue tan bien por esa confianza en mí y ese convicción en cada decisión que tomé".
"Sentía que la etapa del jugador de fútbol ya estaba muy llena, muy vivida, muy sufrida, muy celebrada. Realmente me sentía pleno por haber jugado en Europa, en Estados Unidos y en Japón".
"La soledad al estar fuera, sobre todo los tres últimos años en pandemia, también me hizo realmente darme cuenta de que la vida pasa, de que los años pasan y que el fútbol no era lo único que me llenaba".
"Cuando tú tomas una decisión, provocas que pasen cosas. Y eso pasa el día que hago el anuncio de mi retirada. Me reúno con el presidente (Joan Laporta), para ver si lo podemos hacer en las instalaciones del club, y él me abre las puertas del club".
"Ahí fue el primer contacto, y pasan los días, las semanas, y entra Deco, y también me reúno con él. Obviamente me recordaba de cuando tenía 17 años, pero ve en mí una persona que le puede ayudar".
"Lo que puedo aportar, sobre todo a los jugadores jóvenes, es empatía, que me sientan cerca, poder guiarlos, darles mi punto de vista y hacerles entender que formar parte del Barça es un privilegio. Y también estoy pendiente de los jugadores cedidos, pues es importante que sientan que el club los está siguiendo, que está con ellos".
"Intento estar en el día a día. Ir a los entrenamientos, no solo del primer equipo, sino también del filial. Y también estoy con el Cadete A haciendo las prácticas de entrenador".
"Creo que estamos obligados a pelear por la Liga y la Champions, porque se ha hecho es un gran equipo. El esfuerzo que ha hecho la junta directiva y el cuerpo técnico tiene mucho mérito. Y hay que creer en ello. Nuestra obligación es que los meses decisivos estemos peleando por todos los títulos, y tengo la convicción de que así va a ser".