Los balones van al palo, no se aprovechan las ocasiones... Quizás al Deportivo le irían mejor las cosas si contase con un elenco de delanteros como el que sigue, un listado, nada objetivo, de los diez mejores que vistieron la camiseta blanquiazul. Hay de todo: arietes que trabajaban en el área, finos estilistas e incluso falsos nueves. Todos son historia del club.
► 10. José Manuel Traba. Delantero de fina estampa y resolutivo. 107 goles en 297 partidos en una etapa complicada para el club, la de la longa noite y la desfeita contra el Rayo. Bien nutrido por la magia de José Luis Vara y de Vicente Celeiro. Excelente cabeceador, su carrera se acható tras sufrir una fractura de tibia y peroné en Riazor.
► 9. Rafael Franco. Trajo al Deportivo un nuevo concepto, el del falso nueve, el delantero que retrasaba su posición unos metros tanto para ejercer de enganche como de llegador, un futbolista combinativo y con gol, forjado en la escuela eterna de Newell’s, referente de la Orquesta Canaro que casi lleva al Deportivo al título de Liga en 1950. Apenas estuvo tres campañas en el club, pero dejó huella y 43 goles en 80 partidos. Era otro fútbol, ni peor ni mejor. Diferente
► 8. Manuel Joaquín Fernández ‘Pahiño’. Vigués, pasó por Celta y Real Madrid antes de llegar en el ocaso de su carrera al Deportivo. Pero 49 dianas en 78 partidos retratan su capacidad resolutiva en el área. Malquerido en determinadas esferas. ¡Qué se puede esperar de un futbolista que lee a Tolstoi y a Dostoievski!”, acabó por sentenciarle el diario Arriba. “Siempre fui diferente”, concedía Pahiño. Quizás por todo eso apenas vistió en tres ocasiones La Roja, una de ellas mientras militaba en su crepuscular etapa deportivista, tiempo en el que marcó los dos goles del que durante décadas fue el único triunfo del equipo en el Santiago Bernabéu, de donde salió ovacionado.
► 7. Lucas Pérez. No es un ariete, pero sí un delantero en la amplia extensión de la palabra. Jugó en banda, en punta una memorable temporada con Luis Alberto como lanzador y un recital de desmarques que valieron un traspaso de 20 millones de euros. Ahora gusta de ejercer con libertad desde la segunda línea y por todo el frente del ataque. Tiene un golpeo preciso y el corazón deportivista. Va por los 59 goles en 162 partidos, entre esas dianas la que sacó al equipo de Primera RFEF en el partido definitivo ante el filial del Barcelona. Lucas es el héroe contemporáneo del deportivismo, el futbolista que cualquier coruñés ha deseado ser.
► 6. José Luis Fidalgo Veloso. Fino delantero compostelano, letal por su olfato de gol y movilidad en espacios reducidos (106 tantos en 211 partidos con el Dépor). Formó una pareja mágica con Amancio hasta el punto de que el Real Madrid lo reclutó poco después de la llegada a Chamartín de ‘El Brujo’.
►5. Eduardo González Valiño ‘Chacho’. “Ay, Chachiño, si tu quisieras”, era el ripio que hizo fortuna en Riazor sobre un futbolista de época, inolvidable porque es el único futbolista que metió seis goles en un partido con la selección. Se le acusaba de una cierta indolencia, de fajarse solo cuando se sentía inspirado. 60 goles en 142 partidos jalonan una trayectoria desigual. No era un delantero de área, más bien un llegador, buen pasador, un abanderado del estilo coruñés, del jugador frío y elegante.
►4. Roy Makaay. Un pistolero que se fue del club al Bayern porque no se sentía valorado en la competencia con Diego Tristán. Javier Irureta trató de que coexistieran y le situó en la banda derecha para aprovechar su velocidad y capacidad para el desmarque, pero Makaay quería ser un nueve. Ese era su libreto, era más de espacios que de área. 97 goles en 181 partidos. Bota de Oro mientras estaba en el Deportivo.
► 3. Diego Tristán. No fue Chacho, pero hubiera podido serlo. Pudo ser más de lo que fue y ya fue bastante. Máximo goleador de Primera División en 2002, un tiempo en el que era indudablemente el mejor delantero del país, aunque luego en Corea algunas intrigas y una leve lesión le descabalgasen de La Roja en beneficio de Morientes. Técnico, imaginativo, con un golpeo excelente, iba bien al espacio y sabía manejarse en el área. Tenía un inevitable aire torero, como si fuese un Curro Romero de la pelota capaz de lo mejor y lo peor. Sus mejores días los ofreció en Riazor. 110 goles en 254 partidos le sitúan al frente de la tabla histórica de goleadores deportivistas.
► 2. Amancio Amaro. Balón de Bronce en 1964, ya en el Real Madrid y tras ser campeón de Europa con la selección. Se fue jovencísimo del Deportivo, con apenas 22 años, pero también con un bagaje de 69 goles en 108 duelos. El Madrid pagó 10 millones de pesetas de 1962 para que el club dejase su deuda a cero y envió además a cinco jugadores para hacerse con la ficha de ‘El Brujo’, un canterano del Victoria forjado en la calle Vizcaya.
► 1. Bebeto. Marcó 102 goles en 154 partidos y llevó al Deportivo a otra dimensión. Sería igual de letal en el fútbol de hoy porque en su pequeño cuerpo compendiaba todas las habilidades y codicias que se le pueden exigir a un delantero. No necesitaba muchos toques en el área para definir, preciso, listo para encontrar espacios aún rodeado de rivales y con un aura especial que le convierte en legendario. El mejor delantero deportivista de la historia.
