Aunque viven la vida desde hace varias décadas ‘mediterráneamente’, concretamente en Valencia, las aficionadas deportivistas María Novo y Lucía Dolz se han enganchado al eje atlántico para poder revivir momentos de gloria con el RC Deportivo de La Coruña.
Este fin de semana ambas se han desplazado a A Coruña para poder festejar un ansiado ascenso que el club más representantivo y laureado del fútbol gallego acaricia con las yemas de las manos.
Dejando a sus respectivos maridos —poco amantes del fútbol— en el banquillo un fin de semana especial, María y Lucía disfrutarán al máximo mañana en Riazor, antes, durante y esperemos que después de la contienda contra el Barcelona Atlètic.
“Iba al fútbol con dos años con mi familia en A Coruña pero ya llevo 27 viviendo en Valencia y tuve la mala suerte de haberme perdido ya muchos momentos históricos del Deportivo”, expone María Novo, al tiempo que hace hincapié en el entusiasmo con el que ha emprendido este viaje a tierras gallegas.
“Mi amiga y yo somos locas por el fútbol y por el Depor; estuvimos el año pasado en Castellón y esta temporada en Tarragona”, agregó.
De cara al compromiso de este domingo en Riazor, Novo aguarda que “todos podamos tener una gran alegría; nosotras tenemos el avión de vuelta el lunes por la mañana y ojalá no nos acostemos por la fiesta que no pudimos celebrar en otras ocasiones al vivir tan lejos de la ciudad herculina”, concluyó.
Por su parte, Lucía Dolz pone en valor el fervor blanquiazul inculcado por su compañera de fatigas futboleras.
“La afición del Deportivo siempre me ha parecido increíble; de pequeña iba a Mestalla con mi padre y mi hermano pero desde hace unos años, como nuestros hijos juegan en el Levante, vamos al Ciutat de Valencia. Pero desde luego que lo del deportivismo es una pasada, otra cosa”, expone.
“Será la segunda vez que vea al Deportivo en Riazor y voy preparada para experimentar un ambiente excepcional; entenderé más de cerca el amor incondicional por un equipo, que solo se vive en determinados clubes”, concluyó Dolz.