Mella, sin tregua: 78 partidos en 600 días
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Mella, sin tregua: 78 partidos en 600 días

Mella, sin tregua: 78 partidos en 600 días
David Mella, sentado en el césped durante el partido ante el Cádiz en Riazor, colocándose las medias | Foto: Quintana

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El tiempo no discurre igual para todos. Hay futbolistas que no alcanzan una cifra considerable de partidos en el fútbol profesional o semiprofesional hasta bien pasada la veintena. Y otros, como David Mella, que cumplirá 20 años el  próximo 23 de mayo, parecen estar hechos de otra pasta en ese sentido debido a su continuidad e insultante precocidad. Mañana sábado, en la víspera del partido del Deportivo ante el Tenerife en Riazor, se cumplirán exactamente 700 días desde que el chico de Teo debutó con el primer equipo. Casi dos años redondos en los que ha disputado 80 partidos oficiales entre el Deportivo (69), la selección española sub-19 (10) y el Fabril (1). Una cifra que, por sí sola, revela un desgaste inusual para un jugador de todavía 19 años.


La media es contundente. Desde aquel Dépor-Algeciras (4-0) del 20 de mayo de 2023, Mella ha jugado un partido cada 8,75 días. Y eso que ha habido dos veranos en medio de este período. Además, si se acota el análisis a la etapa que arranca con el comienzo de la pasada temporada, cuando se asienta definitivamente en el primer equipo, su ritmo de competición resulta aún más exigente. Desde que Imanol Idiakez tomó las riendas del primer equipo y confió en él, Mella ha disputado 78 encuentros oficiales en 600 días, cumplidos ayer. Un promedio que baja a 7,5 días por partido. Algo más de una semana entre cita y cita, ya que el verano pasado jugó, y ganó, el Europeo Sub-19 con España.


Este ritmo, impropio incluso en jugadores consolidados y experimentados de Segunda División o Primera Federación, las dos categorías en las que ha competido Mella con el primer equipo blanquiazul, explica por sí solo por qué en los últimos meses el canterano ha dado síntomas de fatiga. Aunque su físico sigue siendo privilegiado, aunque su velocidad en conducción siga generando ventajas, Mella ya no luce con el mismo desparpajo que en los tramos más brillantes del curso. Su rendimiento ha descendido en sensaciones, aunque sobre todo en cifras. En la segunda vuelta del campeonato ha anotado un gol y ha repartido una asistencia. Un balance desequilibrado para un jugador que había marcado cinco tantos y dado cuatro pases de gol en la primera mitad de la temporada. Su aportación directa al marcador se ha reducido desde 2025.


Aun así, sigue siendo intocable, ya que no hay alternativas claras en su posición e, incluso en sus días grises, su presencia sigue generando respeto en las defensas rivales. Su explosividad en carrera, su progresivo aprendizaje en la lectura de juego y su capacidad para atraer marcas hacen de él un jugador indispensable para Óscar Gilsanz. El técnico le ha dado continuidad incluso cuando arrastraba molestias, como en la semana posterior a la durísima entrada que sufrió en A Malata a cargo del central David Castro. Aquel golpe le hizo estar entre algodones, pero volvió a ser titular en el siguiente duelo frente al Cádiz.

 

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Mella, ante el Cádiz | Foto: Quintana


Desde el inicio de curso, Mella apenas se ha perdido dos encuentros. No jugó ante el Almería en la primera vuelta por unas molestias ni ante el Zaragoza en Riazor, sancionado tras su expulsión en Cádiz. Solo ha sido suplente en dos ocasiones más: en Eibar (0-1), donde Juan Gauto ocupó su sitio porque Gilsanz quería “energía de principio y piernas frescas”, y en casa ante el Cartagena (2-2), cuando el técnico betanceiro optó por protegerle tras un encuentro en Castalia: “Tuvo una semana después de Castellón con molestias y creíamos que era excesivo que tuviera muchos minutos”. Aquel día fue Diego Gómez quien arrancó desde el once, aunque Mella acabó entrando en la recta final.


La gestión del talento joven es siempre delicada y más aún cuando las circunstancias empujan hacia la sobreexplotación. La lesión de Gauto, que dijo adiós al curso, privó al equipo de su principal alternativa en la banda derecha. Diego Gómez, tras regresar en enero del Arenteiro, ha ido entrando poco a poco, pero aún no ha dado un paso firme para disputarle el puesto. Y Cristian Herrera, que también puede actuar en esa zona, es un perfil diferente y ha perdido fuerza con el paso de la campaña. Así, la consecuencia es clara: Mella sigue siendo insustituible.

 

 

 


Su fútbol sigue teniendo destellos, pero ha perdido frescura. Encarar ya no es siempre su primer instinto y en las transiciones se le ve menos ligero y preciso. Y, como es natural, las cifras se resienten. Con todo, nadie cuestiona su titularidad. No lo hace el entrenador, que lo considera pieza clave, ni lo hace la grada. Si algo ha demostrado Mella desde su irrupción con el primer es compromiso. Ha transformado su cuerpo, ha asumido hábitos nuevos y ha entendido, en tiempo récord, qué exige el fútbol profesional. Un proceso de madurez acelerada.

 

El Mundial Sub-20

Y lo ha hecho sin descanso, literalmente. Solo tuvo un respiro en el verano de 2023, ya que en el de 2024 se pasó todo julio con la selección sub-19 en el Europeo. Un calendario que no va a aligerarse en los próximos meses. En el horizonte aparece ya el Mundial Sub-20, que se celebrará en Chile entre septiembre y octubre de 2025. Una cita a la que, salvo sorpresa, Mella acudirá en la convocatoria de España.


Antes de eso, le esperan siete partidos más de liga regular, si el Dépor no logra la machada de clasificarse para el playoff. De hecho, a estas alturas ya lleva los mismos encuentros que en todo el pasado curso (34) con el equipo blanquiazul. Y podría alcanzar los 41. Todo esto con su 20 cumpleaños a la vuelta de la esquina y en su primera temporada como profesional en una categoría tan exigente como Segunda.


Las cifras son llamativas y, por ello, el caso de Mella exige atención. El Dépor tiene claro que debe cuidar a un futbolista que lo ha jugado casi todo, que apenas ha tenido descansos y que, aun así, sigue tirando del carro. Mella ha vivido un atracón de fútbol que muchos veteranos no han afrontado. Y aunque está hecho de otra pasta, también puede necesitar un respiro. 

 

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