El Deportivo ha dejado atrás la Segunda División más extensa de su historia. La Segunda más lejana, al menos en términos de desplazamientos, ha quedado atrás tras haber afrontado los largos viajes a provincias bañadas o cercanas al Mediterráneo. Con la visita a Castellón como última gran travesía de la temporada, los blanquiazules encaran la recta final del curso con un panorama completamente distinto: solo quedan visitas al norte. Adiós a los desplazamientos de más de 1.000 kilómetros, adiós a los vuelos hacia el sur y el Levante peninsular. Ahora, el Deportivo solo viajará por encima del paralelo 40 Norte, que cruza la ciudad de Castellón, con trayectos notablemente más accesibles para su afición.
La diferencia es sustancial. En la primera parte de la temporada, los herculinos recorrieron miles de kilómetros para enfrentarse a rivales situados en la otra punta del país. Desde Tenerife, el destino más lejano con 1.800 kilómetros de distancia en línea recta, hasta Cádiz (1.040 km), Granada (1.014 km) o Elche (1.011 km), los viajes han sido continuos y costosos. En total, el Deportivo ha cubierto ya aproximadamente 30.000 kilómetros en la presente temporada, un esfuerzo a tener en cuenta tanto para el equipo como para su hinchada. De hecho, esto significa que el club ya ha recorrido aproximadamente el 93% de los kilómetros totales de la temporada, quedando únicamente el 7% restante.
30.420 kilómetros
ha recorrido ya el Dépor y le quedan otros 4.492.
Sin embargo, el tramo final del campeonato presenta un nuevo escenario. Los desplazamientos que quedan son a Ferrol (56 kilómetros), Miranda de Ebro (567), Santander (455), Gijón (285) y Zaragoza (783). Este último será el trayecto más largo que afrontará el Deportivo en lo que resta de temporada y precisamente será el último en la 2024-25, siempre y cuando el equipo coruñés no haga saltar la sorpresa logrando una inesperada clasificación para el playoff de ascenso a Primera.
Estos cambios no solo alivian la carga de kilómetros en las piernas del equipo, sino que también suponen un respiro para la afición, que ha tenido que dosificar esfuerzos durante toda la temporada. Los viajes a Ferrol, Gijón, Santander o Miranda de Ebro suponen una oportunidad para que los seguidores blanquiazules vuelvan a teñir de azul y blanco las gradas rivales, como ya han hecho en los desplazamientos más cercanos de la primera vuelta, con especial mención para los aproximadamente 2.000 aficionados que apoyaron al equipo en el Carlos Tartiere durante el encuentro frente al Real Oviedo (1-2).
En Ferrol, por ejemplo, la presencia blanquiazul podría haber sido masiva. A apenas 56 kilómetros de A Coruña, el desplazamiento al campo de A Malata es un paseo. Sin embargo, la parroquia deportivista solo dispondrá de 210 entradas, que fueron repartidas entre abonados (126) y peñas (84). El club herculino negoció con el Racing de Ferrol para tratar de contar con un mayor número de localidades destinadas a la afición visitante, pero el acuerdo no fue posible y A Malata ya ha colgado el cartel de ‘no hay billetes’.
Algo similar podría ocurrir en Gijón, ya que en la primera vuelta el Deportivo solamente cedió 563 localidades a los seguidores del Sporting, a pesar de las cerca de 4.000 peticiones de entradas de la hinchada rojiblanca. Por lo tanto, no se prevé que la afición herculina pueda disponer de una cifra mayor para poblar el estadio de El Molinón.
Por otro lado, el Deportivo también conoce el número de billetes que podrá poner a la venta de cara al desplazamiento al Sardinero. El club coruñés y el Racing de Santander alcanzaron un acuerdo al comienzo de la temporada para el intercambio de entradas en los dos partidos entre ambos en la 2024-25. La afición cántabra dispuso el pasado 27 de octubre de 2024 de un total de 860 localidades, a un precio único de 20 euros, para asistir en vivo a Riazor, y, por lo tanto, la entidad herculina administrará el mismo número de billetes para su hinchada de cara al duelo de la jornada 37 en el Sardinero.
El escaso aforo de Anduva (5.759 espectadores) y el buen momento del Mirandés, segundo clasificado, tampoco parece el mejor contexto para que los seguidores deportivistas puedan disponer de un buen número de localidades para el encuentro de la jornada 35 en Miranda de Ebro.
El último gran viaje será el de Zaragoza. Los 783 kilómetros que separan A Coruña de la capital aragonesa supondrán el mayor reto logístico en esta última fase de la temporada, pero sigue siendo un trayecto más asumible en comparación con lo que el equipo ha tenido que afrontar en los últimos meses. La capacidad del estadio de La Romareda podría permitir un desplazamiento de un mayor número de aficionados blanquiazules.
El último gran desplazamiento, realizado hace una semana y media a Castellón, fue una muestra de la dureza de la presente temporada en cuanto a logística, ya que el Deportivo tuvo que regresar en autobús.
Haciendo cuentas, al Deportivo le quedan por recorrer hasta el final de la temporada alrededor de 4.492 kilómetros, contabilizando la ida y la vuelta a cada destino. Es una cifra que contrasta enormemente con los más de 30.000 kilómetros que ya ha cubierto. Con el grueso de los viajes largos ya en el pasado, la recta final de la temporada será menos exigente en términos de desplazamientos. La Segunda más kilométrica para el Deportivo ya es historia. El equipo ha superado la peor parte de una geografía implacable y la afición ha resistido desplazamientos maratonianos. Queda un tramo final con la hinchada más cerca y con el norte como único horizonte.