Por fin. Los suspiros de alivio, los gritos de rabia contenida, los llantos de alegría y los abrazos espontáneos con desconocidos invadieron Riazor inmediatamente después del pitido final de un partido que ya será siempre inolvidable para la afición blanquiazul. El Deportivo regresa a Segunda División, en el décimo cuarto ascenso desde su fundación, después de casi cuatro años de penitencia, barro y decepciones en la tercera categoría del fútbol español. Se acabó una de las etapas más negras de la historia del club coruñés gracias a la constancia de un equipo que no dejó de creer ni en los momentos de flaqueza durante una irregular primera vuelta. Con A Coruña absolutamente volcada con el Depor (como era de esperar), el conjunto de Imanol Idiakez demostró una vez más la fiabilidad adquirida desde el inicio de 2024 y superó al Barça Atlètic, el único rival directo que quedaba en pie, para poner la guinda a una temporada mágica para el deporte coruñés, que el viernes celebró la llegada del Leyma Basquet Coruña a la ACB, y también para el club herculino, tras el ascenso del Depor Abanca a la Liga F, el título de División de Honor del Juvenil A y la permanencia del Fabril en Segunda Federación.
El Deportivo cerró el círculo contra el Barça Atlètic. En la primera vuelta vivió el mayor punto de inflexión del curso al vencer en el Johan Cruyff en el tiempo añadido con un gol de Davo que salvó la cabeza a Imanol Idiakez y evitó que todo pudiese saltar de nuevo por los aires. A saber qué habría pasado sin ese tanto. Fernando Soriano mantuvo la confianza en el técnico vasco, el tiempo le dio la razón y contra el filial azulgrana, esta vez en un Riazor que reventó otra vez el récord de asistencia en Primera Federación (31.833 espectadores), certificó el objetivo en el primer ‘match-ball’ gracias a una victoria con gol de falta de Lucas Pérez, el hijo pródigo que cumplió su sueño de devolver al Depor al fútbol profesional.
Ximo Navarro forzó para estar en el ‘día D’ y el Depor pudo presentar el once de gala que el aficionado ya conoce carrerilla. La piña blanquiazul comenzó el partido cómo se le exige en un momento clave. Enchufado y valiente, el Depor embotelló al rival en su campo con una presión alta llevada en volandas por un público enloquecido en los primeros minutos. Astralaga evitó el 1-0 en una falta directa de Lucas en el minuto 9 y Yeremay probó al portero con un tímido tiro desde la frontal en el 19.
Pero el Barça Atlètic aguantó el chaparrón inicial y viró el encuentro a base de calidad y personalidad. “Si nos siguen el ritmo es por algo”, dijo Villares entre semana. Balenziaga ya tuvo que salvar ‘in extremis’ un mano a mano de Guiu antes de que el híbrido entre el 1-4-3-3 de los azulgranas en defensa y el 1-3-4-3 en ataque empezase a crear problemas a los locales. La subida del lateral Casadó a la medular en cada ataque permitió al Barça B templar el juego y encontrar a Unai Hernández, llave del primer tiempo, a la espalda de José Ángel y Villares. Ahí sufrió el Depor.
Además, el equipo barcelonés pidió dos penaltis. Uno de Pablo Martínez a Guiu, que pudo pitar Palencia Caballero, y otro de José Ángel a Naim, que pareció exageración del visitante. Entre las dos jugadas polémicas, un enorme Germán Parreño le ganó la partida a Marc Guiu en un mano a mano. La vía de escape era evidente y el Depor no fue capaz de cerrar el grifo hasta el tramo final del primer acto, centrando a Yeremay para proteger la zona interior. Al Depor sólo le quedaba adoptar una versión reactiva y las acciones a balón parado. Pero la sensación de peligro no se concretó en nada más que eso. Únicamente una contra de Yeremay fue desperdiciada por Lucas, que tardó en exceso en decidirse ante Astralaga.
No obstante, el ajuste táctico permitió al Depor emular la versión atrevida del inicio de partido tras el paso por vestuarios. Lucas estuvo a punto de marcar con una sutil vaselina que se fue lamiendo el poste y Barbero cabeceó forzado una jugada combinativa que acabó en córner. Dos llegadas claras antes de que el árbitro cortase un tiro a bocajarro de José Ángel por una falta anterior de Moha sobre Pablo Martínez en la frontal del área. En ese momento emergió la figura de Lucas Pérez. El '7' bajó dos categorías para regresar al Depor para protagonizar un momento como este. ¿Por encima de la barrera o al lado del portero? Astralaga tuvo la misma duda y le hizo dar el típico pasito para protegerse del disparo en parábola. Ahí ya estaba muerto. Porque Lucas decidió patear fuerte pegado al poste. Gol. El gol que había soñado Lucas en su vuelta. El gol que despertó un enorme estruendo en Riazor para mostrar el cariño de la afición a su ídolo.
El 1-0 cambió el panorama. Después de un cabezazo de Gerard Martín que se fue fuera por poco y un disparo envenenado de Mella, Davo entró por el extremo, ya con calambres, e Idiakez reforzó el centro del campo con la entrada de Rubén López por Barbero. El empuje del canterano de Silleda le vino de perlas al Depor. Le permitió defender en campo contrario los siguientes minutos y rondar la sentencia con un cabezazo de Pablo Vázquez y un chut potente de Davo que despejó Astralaga.
Los minutos finales fueron un compendio de interrupciones, lesiones y pérdidas de tiempo. Incluso una tarjeta evitable para Lucas, que se perderá el próximo partido. Pero ya da todo igual porque el pitido final desató el júbilo contenido de todo el deportivismo. Finalmente no hubo invasión de campo. La afición blanquiazul, incluida la generación de deportivistas que sólo había sufrido penurias sin tener la oportunidad de celebrar absolutamente nada en una larga década de caída, no saltó al césped de Riazor y permitió la fiesta de los jugadores en el verde. Esa generación, curtida en el barro de la Primera Federación, ya tiene en sus manos el primer clavo al que agarrarse para continuar viviendo y sintiendo en blanquiazul. El Depor de Lucas Pérez, de Idiakez, de Yeremay y Mella, de Villares, de los ‘Pablos’, de José Ángel y tantos otros que pusieron su granito de arena ya está en Segunda División. Por fin, por fin.
DEPORTIVO-BARÇA ATLÈTIC (1-0):
Deportivo: Germán Parreño; Ximo Navarro, Pablo Vázquez, Pablo Martínez, Balenziaga; Villares, José Ángel; Mella (Rubén López, min.73), Lucas, Yeremay; Barbero (Davo, min.73).
Barça Atlètic: Astralaga; Marc Casadó, Pelayo (Olmedo, min. 62), Mikayil Faye, Gerard Martín; Moha (Cuéllar, min.78), Bernal, Unai Hernández (Darvich, min.89); Naim García (Pocho, min.89), Marc Guiu (Guillermo, min.78), Pau Víctor.
Gol: 1-0, min.57: Lucas.
Árbitro: Palencia Caballero (C. vasco). Amonestó a Lucas (m.90+5) y Yeremay (m.90+7), por el Deportivo; y a Faye (m.5), Marc Guiu (m.43), Moha (m.56) y Pau Víctor (m.90+2), por el Barça Atlètic.
Estadio: Abanca-Riazor. 31.833 espectadores (récord absoluto en Primera Federación).