La UD Ourense competirá la próxima temporada en Segunda RFEF (cuarta categoría) por primera vez desde su creación, en 2014. El responsable del paso adelante es el exdeportivista Borja Fernández (Ourense, 1981). En abril de 2024 se estrenó en un banquillo como primer técnico. Once partidos al frente del equipo ourensano, que se quedó a un peldaño del ascenso. En esta ocasión, dio un paso más. El pasado domingo certificó la hazaña tras empatar (1-1) en A Grela con el Silva. El exjugador habla con DXT Campeón sobre su éxito y repasa su etapa en el Dépor en el curso 2011-12.
¿Ya han asimilado el éxito?
Sí, nos iremos dando cuenta estos días. Venimos de una semana muy estresante, de mucho partido importante, aunque creo que el jueves pasado ya dimos por hecho que lo habíamos conseguido. Entonces, fue como celebrarlo en días diferentes.
Sufrieron una sola derrota en toda la temporada, en la cuarta jornada. Desde entonces, 27 partidos sin perder y objetivo cumplido, cuando aún restan tres partidos. Sobre el papel, parece fácil.
Creo que los rivales nos han seguido la estela y no han bajado el ritmo. Parece fácil estar 27 partidos sin perder. La mayoría, ganados siendo un equipo bastante sólido, habiendo merecido siempre la victoria o en muchos momentos, que no han sido fruto de la suerte o la casualidad. Estoy muy contento porque en muchos momentos hemos estado cortos de efectivos y los chicos se han sabido adaptar a posiciones nuevas, hay jugadores que han hecho muchos minutos. Muy satisfecho y orgulloso de ellos y del cuerpo técnico entero.
Son el tercer equipo más goleador, con 50 dianas en 31 partidos, y el menos goleado, con 18 tantos encajados.
En goles a favor, Sarriana sí que está muy por encima del resto, pero en contra somos nosotros y esa diferencia de goles marca también un poco lo bien que lo ha hecho el equipo en todos los aspectos. No sé si la palabra es apabullante, pero sí que hay mucha diferencia sobre el siguiente en diferencia de goles.
¿Cómo se encadenan 27 jornadas sin morder el polvo?
Intentamos llevar siempre el ritmo del partido, jugar a lo que nosotros queremos. Si el rival propone otro tipo de partido, nos salimos muy poco del guion. Luego, en partidos que hemos tenido que remontar, bien sea por empates o que hemos ganado, como en estos últimos, con mucha tranquilidad, teniendo claro que los partidos son largos, que va a haber ocasiones y que hay que estar siempre dentro. Cada uno conoce su trabajo y el del compañero y eso es lo que nos hace un equipo realmente.
Se auparon al liderato en la jornada 13 y desde entonces han liderado la competición. ¿Qué ha sido lo más difícil?
Volvimos de Navidad con una ventaja de cuatro puntos y la perdimos, nos empató el Villalbés y estuvimos cuatro o cinco jornadas siendo colíderes con ellos, aunque teniendo nosotros mejor diferencia de goles. No fue un mal momento, pero sabíamos que esto no iba a ser fácil porque aunque cogimos cierta distancia y el equipo llevaba muchos partidos sin perder, sabíamos que iba a ser largo. Y al principio de temporada, cuando en la cuarta jornada perdimos contra el Betanzos y en la sexta y en la séptima empatamos con el Arteixo en casa y en casa del Arosa, la gente se puso un poco nerviosa, aunque nosotros no. Pero tuvimos que demostrar que estábamos en el camino, que era cuestión de seguir haciendo las cosas como lo estábamos haciendo. Ahí el equipo se hizo fuerte y desoyó un poco a los que se estaban poniendo nerviosos alrededor.
¿Su objetivo es crecer el próximo curso junto al Ourense?
De momento, quedan tres partidos, aplazamos un poco la renovación hace unos meses, sobre todo por mi parte, porque quería conseguir este objetivo y no seguir aquí, si no lo lográbamos. Ahora que lo hemos conseguido, tenemos que hablar y ver si podemos seguir juntos la temporada que viene.
Ahora que hemos ascendido, tenemos que hablar y ver si podemos seguir juntos
Solo estuvo una temporada en el Dépor, pero fue la del ascenso a Primera con récord de puntos de la categoría.
No tenía pensado seguir en Getafe y llegué a A Coruña, pero empecé lesionado y tardé en entrar en el equipo porque me tuve que recuperar de una operación. Luego, no fui titular, porque lo eran Juan Domínguez y Álex, pero lo recuerdo con mucho cariño. El grupo que había era muy bueno, se logró el objetivo, fluyó muy bien todo y aquel año me permitió regresar a Galicia. Los recuerdos son todos positivos.
Jugó cuatro partidos como titular, pero participó en 22 de Liga y dos de Copa.
En cuanto me recuperé, jugué en prácticamente todos los partidos. Pocos encuentros fueron en los que no entré en la segunda parte, así que también me sentí partícipe porque un cambio habitual era el de Borja por Valerón, cuando marcábamos un gol en la segunda parte o cuando había que amarrar un poquito más el resultado. Entonces, también participé un poco en ese buen funcionamiento del equipo.
Marcó dos goles. El primero, en la victoria sobre el Córdoba (2-0), y el 2-3 en el minuto 89 ante el Celta en la jornada 34, que dio un empujón casi decisivo para despegarse del equipo celeste hacia Primera.
Fueron dos tantos importantes. El primero fue ante un Córdoba que nos estaba dominando, no estábamos jugando muy bien y marqué el 1-0, que fue un momento bonito.
Perdieron un solo partido en Riazor, donde sumaron 18 victorias y 2 empates.
Aparte del equipo que había, Riazor es un campo al que mucha gente viene con miedo en Segunda o muchos equipos o jugadores saben que es complicado que vuelvan. No todo el mundo está acostumbrado a jugar ante 28.000 personas.
Más que momentos futbolísticos, de A Coruña recuerdo a los compañeros
Justo en la presente campaña el Dépor ha logrado más puntos fuera que como local.
Aunque muchas veces los equipos están hechos para jugar de una manera que igual les beneficia más jugar como visitantes, lo normal es que los números sean mejores en casa. En nuestra competición, hasta hace poco éramos los mejores visitantes, pero ahora el mejor es el Arosa y, sin embargo, en casa es el decimotercero. No es una cosa que le pase solo al Dépor, sino que por cómo está configurado el equipo o por las características de los jugadores, igual rinde mejor fuera.
Aranzubia, Colotto, Valerón, Guardado... Tremenda plantilla.
Teníamos un equipo de Primera. De hecho, todos o casi todos antes de ese año jugamos en Primera y seguimos haciéndolo durante años. El equipo era muy bueno y teníamos un banquillo en el que estaba Pablo Álvarez, Riki, Jesús Vázquez, Manuel Pablo, Xisco, yo... Un equipo muy completo.
¿Qué es lo primero que le viene a la mente cuando piensa en su paso por A Coruña?
Me vienen compañeros, momentos muy buenos con Valerón, Aythami, Manuel Pablo, Xisco, Saúl, Dani... Mucha gente. Más que momentos futbolísticos, que también fueron buenos, lo que recuerdo de A Coruña es a los compañeros.
Protagonizó una carrera como futbolista con casi 500 partidos, 222 en Primera División y casi 140 en Segunda. No es sencillo llegar a esos números.
No es fácil. Los primeros años, sobre todo en el Real Madrid, jugué menos. En el Mallorca también jugué poco. Obviamente hay que tener unas condiciones para ser futbolista y luego, para mí, sobre todo a partir de los 30 años, son fundamentales las ganas de jugar, de entrenar, de seguir compitiendo, y que te respeten las lesiones y que tus cualidades físicas no se vean muy mermadas. Pero, sobre todo, las ganas porque había compañeros míos que eran más jóvenes, pero no entrenaban igual de bien.
¿Sigue mucho al Dépor actual?
He seguido algún partido, pero, debido a mi trabajo, he visto más resúmenes.
Casi tiene conseguida la permanencia y el playoff está algo lejos, a ocho puntos.
De donde viene el Dépor estos últimos años, lo importante era la consolidación en Segunda. Estaría muy bien llegar al playoff, pero creo que lo importante era consolidarse y no sufrir más de lo necesario porque se ha sufrido mucho estos años y por muy buenos equipos que había, no se lograba ascender. Ahora se ha ascendido y no hay que correr, hay que hacer las cosas poco a poco.
Las dos principales estrellas son dos canteranos, como Yeremay y Mella, y Barcia también se ha asentado.
Hay que confiar en los jugadores y si llaman a la puerta y se le puede dar esas posibilidades, hay que ofrecérselas porque ese rendimiento de Yeremay, Mella y Barcia habla muy bien del trabajo que se hace en la cantera y del club confiando en la gente de casa.
Lo de Yeremay, Mella y Barcia habla muy bien del trabajo de cantera
También Gilsanz es de la casa.
Es complicado, a veces, poner al de casa o al que menos nombre tiene porque miramos a gente consolidada, con más pedigrí, cuando tienes a gente en la casa que siente lo que hay alrededor.
¿Qué le gusta de este Dépor?
Es un equipo que no empezó bien, que no tuvo ese comienzo de temporada que la gente demandaba o quería, pero se repuso bastante bien. Al principio parecía que podía ser una temporada en la que se iba a sufrir, pero al final el equipo está ahí. Igual no le va a dar para llegar a disputar el playoff, pero creo que es una buena campaña. Y que el equipo obtenga buenos resultados fuera de casa también demuestra que los jugadores tienen personalidad y que se puede confiar bastante en ellos.
El 28 de mayo del 2019, Borja vivió el momento más amargo de su carrera. Diez días antes había colgado las botas. Lo hizo como capitán del Real Valladolid frente al Valencia (0-2) en un duelo de Primera División tras el cual, el club blanquivioleta le prometió que seguiría ligado a la entidad, aunque sin determinar el cargo. Todo cambió cuando agentes de la Policía Nacional irrumpieron en su casa y se lo llevaron esposado, dentro de la Operación Oikos, por una presunta trama de amaño de partidos. En marzo de 2024, el caso quedó archivado.
“Fue bastante surrealista. Aparte, que venía de la mejor semana de mi carrera con ese final de temporada, esa despedida en la que después se juntaba todo lo que había hecho durante mi trayectoria y, de pronto, sufrí ese golpe tan duro, pasar del mejor momento de mi vida a casi el peor. Ocurrió así, pero lo afronté y seguí con mi vida”, recuerda.
La acusación no erosionó la imagen del ourensano, pero sí “truncó” sus planes profesionales inmediatos.
“Fue un daño más personal porque a nivel de imagen la gente que estaba cerca siguió junto a mí, pero más que nada fue el palo duro que sufrí. En cuanto a mi carrera, por un lado se truncó, pero ha seguido por otro camino, he tenido que esperar un poco más de lo que tenía pensado cuando me retiré. A nivel profesional, la trayectoria siguió por otro lado y a nivel personal, tuve mucha gente cerca y apoyándome. Lo superé bien”, argumenta el exdeportivista.
Un año y cuatro meses después de su detención, en septiembre de 2020, el juez le liberó de los cargos.
¿Alguien le pidió perdón por aquello? “No, nadie”, expresa Borja Fernández, quien tiene claro qué fue lo más duro para él: “Que el Valladolid no me apoyara en ese momento. La gente a nivel personal sí me respaldó, pero como institución no estuvo a mi lado”.