Rubén García/Santi Mendoza
El Fabril volverá a jugar en Riazor este sábado (20.00 horas), en un choque contra el Compostela correspondiente a la tercera jornada de Segunda Federación. La presencia del filial en el estadio es noticia, pues desde la inauguración de Abegondo no es nada habitual, aunque en tiempos pasados era la tónica de cada semana, como postre del partido del primer equipo en muchas ocasiones. Será el partido 630 en el recinto, pero solamente el decimotercero en lo que va de un siglo XXI en el que está invicto.
30 de noviembre de 2000. El Fabril cae ante el Pontevedra en partido de la primera vuelta en Segunda B. Será la última vez que pierda en Riazor hasta la fecha, porque desde entonces acumula nueve victorias y tres empates.
En diciembre de 2002, poco antes de la Navidad, el Dépor B disputó un partido de Tercera ante el Alondras y ganó 3-1. Fue en el marco de una temporada en la que el Fabril acabó segundo, a un punto del Cerceda, y en la que no logró ascender en los playoffs, por lo que inició su periplo en Abegondo en la cuarta categoría del fútbol español.
La novedad de jugar en Abegondo provocó que el siguiente partido en Riazor no llegara hasta 2007, en fase de ascenso a Segunda B. Esta situación ya se había dado el año anterior, pero ahora sí el club optó por situar uno de los partidos, la vuelta de semifinales contra el Anguiano, en el campo principal. Decisión acertada, ya que el Fabril venció al cuadro riojano por 4-1, remontando el 2-1 de la ida. El equipo logró el ascenso tras vencer al Don Benito en la final, donde tras obtener ventaja en Extremadura optó por jugar la vuelta en la Ciudad Deportiva.
Llegó entonces un momento dulce del Fabril, que en la 2007-08 soñó con pisar por primera vez en su historia la categoría de plata. En ese curso se enfrentó al Pontevedra (1-1), en un partido de la 21ª jornada, y cerró la liga regular en el coliseo coruñés con un 1-0 ante el San Sebastián de los Reyes que certificó la presencia en la fase de ascenso. Comenzó bien el Fabril, con otra victoria por la mínima y sin encajar en el talismán Riazor frente al Écija, pero en San Pablo cayó con claridad (3-0) y no pudo lograr la clasificación a la última ronda.
Y en el fútbol, lo que hoy es A, mañana puede ser B. El buen momento no tuvo continuidad y el Fabril descendió a Tercera División el siguiente curso, en el que solo jugó un encuentro en Riazor, con victoria por 2-0 contra la Ponferradina.
El regreso a la categoría de bronce llegó por la vía rápida. Primero con doce puntos de margen en el Grupo 1 de la Tercera División 2009-10 y ascenso tras vencer al Burgos en una eliminatoria de campeones ajustadísima. El encuentro de El Plantío terminó 0-0 y en la vuelta, también sin goles, el Fabril aseguró el ascenso al ganar 3-0 en la tanda de penaltis.
Una de las eliminatorias de fase de ascenso de los últimos años más difíciles de olvidar, y también de digerir, para los aficionados del Fabril se disputó en la temporada 2012-13. El partido más polémico y vergonzoso jugado por el filial blanquiazul en el siglo XXI no se jugó en Abegondo. Tampoco en Riazor, pero sí el encuentro de ida. El Dépor B firmó un 4-2 contra El Palo en el estadio herculino en la final por el ascenso a Segunda División B, una ventaja considerable para afrontar la vuelta en Málaga.
En San Ignacio, campo de El Palo, se produjo, el 29 de junio de 2013, uno de los episodios más bochornosos de la historia moderna del fútbol español. Sucedió en el partido de vuelta de esa fase de ascenso a Segunda B (actual Primera RFEF). El joven plantel blanquiazul, entrenado por José Luis Devesa, defendía en el peligroso barrio malagueño el 4-2 conseguido en Riazor.
La emboscada empezó mucho antes del pitido inicial: el club anfitrión negó la acreditación a los medios de comunicación. Tal vez intentando evitar que alguien contase lo que allí acabaría pasando. Lo que sucedió, en la grada y en el terreno de juego, es justo aquello que no debería ser el fútbol por mucho que El Palo fuese superior con el balón en los pies. Porque sin él, lo que practicó estuvo mucho más cerca de la UFC que del deporte regido por la FIFA.
Para rematar la función, en el último cuarto de hora, desde el 82, minuto en que llegó el 2-0, hasta el 97, cuando un árbitro excesivamente permisivo con los jugadores, el banquillo (hasta cuatro balones a la vez llegó a haber en el campo) y el público local (espontáneos con el chándal de El Palo interrumpiendo el juego) pitó el final, apenas se jugó. Eso sí, los fabrilistas que se disponían a sacar de banda recibían insultos y hasta chorros de botellas de agua. El colegiado no tuvo arrestos para suspenderlo. El Deportivo sopesó impugnar el encuentro, algo que finalmente no llevó a cabo.
Desde aquella eliminatoria de fase de ascenso a la antigua Segunda División B frente a El Palo, el filial del Deportivo volvió a disputar otros tres partidos en el estadio de Riazor correspondientes a promociones para dar el salto al tercer escalón del fútbol nacional.
Los dos primeros fueron en la temporada 2015-16. El 22 de mayo de 2016, el Fabril iniciaba su participación en la fase de ascenso a Segunda División B recibiendo, en primera ronda y en el estadio de Riazor, a El Palmar. El filial del Deportivo, dirigido por Manuel Mosquera, dejó la eliminatoria sentenciada con un contundente 4-0 con goles del extremo Óscar García ‘Pinchi’, de penalti, y del central Róber Pier, en la primera parte; y del mediocentro Pol Calvet y del delantero colombiano Juan Ferney Otero, actual futbolista del Sporting de Gijón (Segunda División), en la segunda. En el choque de vuelta celebrado en tierras murcianas, el Dépor B cumplió el trámite con un empate (1-1) para encarar la semifinal del ‘playoff’ frente al Navalcarnero.
En la segunda eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda B en esa temporada 2015-16, el Fabril volvió a actuar como local en la ida y, de nuevo, lo hizo en el estadio de Riazor. El choque fue de claro dominio deportivista, dueño del balón, que se adelantó en el marcador gracias a los goles de Óscar (en la recta final del primer tiempo) y Juan Otero (a comienzos de la segunda mitad). Álex Corredera mandó una falta al larguero en el segundo tiempo pero el que no falló en un golpeo similar desde la frontal fue Berodia, exfutbolista del Lugo y una de las estrellas del equipo en el minuto 77, para dejar el 2-1 en el marcador.
En la vuelta, el solitario gol de Ónega en el minuto 14 en la segunda acción de un saque de banda anuló la ventaja fabrilista conseguida en Riazor y despertó al filial del Deportivo del sueño del ascenso.
El penúltimo partido del Fabril en el estadio de Riazor trae un recuerdo inmejorable al deportivista. Fue el 28 de mayo de 2017. Cristóbal Parralo, actual míster del Racing de Ferrol, era el entrenador de un filial blanquiazul que jugaba la final de la fase de campeones del ‘playoff’ a Segunda B. En ese caso, el Dépor B no disputaba la ida en casa sino el choque decisivo. En la ida de aquella eliminatoria ante el Cacereño disputada en el Estadio Príncipe Felipe, el 0-0 inicial no se alteró, por lo que Riazor debería dictar sentencia. Y el Fabril no falló en el templo herculino.
El marcador no se movió en el primer tiempo, pero la segunda mitad no pudo empezar mejor para el Fabril. Una gran jugada en ataque con rápida triangulación acabó en los pies de Borja Galán, que remató raso adelantando al Dépor B. El ascenso pudo irse al traste en el minuto 84 pero un paradón de Álex Cobo lo evitó. En el 90, Álvaro Queijeiro, puso la guinda a un partido sufrido con el 2-0 que certificó la victoria y el ascenso a Segunda División B.
La última vez que el Fabril pisó el estadio de Riazor para disputar un partido oficial fue el 1 de marzo de 2020, días antes de que se decretase el estado de alarma, en choque de Tercera ante el Bergantiños. El encuentro se jugó después (18.30 horas) del Deportivo-Lugo de Segunda División (16.00). Duque adelantó al cuadro carballés en el minuto 10 y empató Gandoy al cuarto de hora. A partir de ahí no se movería el marcador; aunque Villares estrelló un balón en la madera que hubiese supuesto el triunfo fabrilista en su, hasta el próximo sábado, último partido en Riazor.
Riazor y A Grela no fueron los únicos campos en los que jugó el Fabril como local hasta que se inauguró la Ciudad Deportiva de Abegondo. El filial del Deportivo también jugó en ‘casa’ en Laracha, Rutis, Elviña y Betanzos.
Sin salir de la ciudad de A Coruña, el Fabril disputó un total de nueve partidos en el campo de Elviña; concretamente en las temporadas 1979-80 (el entrenador era Luis Rodríguez Vaz), 1981-82 (Vicente Cervera) y 1982-83 (de nuevo Rodríguez Vaz).
Fuera de la ciudad de A Coruña pero sin salir del área metropolitana, el Fabril también actuó como local en Vilaboa. Fueron cinco encuentros del ejercicio 1983-84 con Rodríguez Vaz como técnico.
En el Municipal da Laracha jugó siete partidos como anfitrión entre el 13 de enero de 1991 y el 3 de abril de 1994.
En el García Hermanos de Betanzos disputó tres choques: el primero, de Tercera, el 20 de diciembre de 1992, ante el Carballiño. Los dos siguientes, en la campaña 1993-94 en fase de ascenso a Segunda B frente al Lealtad y al Aranjuez.