Entrenador del Deportivo Fabril
Una de las máximas de Óscar Gilsanz en el fútbol es el trabajo. Probablemente también en la vida. Ser entrenador del Fabril no ha hecho que deje a un lado su empresa. Se acuesta más allá de la medianoche y se levanta a las seis de la madrugada para dar atendido a todo. El domingo (A Porta Santa, 17:00 horas) iniciará en Paiosaco su segunda ruta al volante del filial del Deportivo.
¿Ha sido una pretemporada de contratiempos?
No, ha sido una pretemporada normal con un aumento progresivo del trabajo condicional y del trabajo técnico-táctico para adquirir un buen nivel competitivo. Las dificultades llegan en forma de lesiones, pero esta pretemporada se ha ajustado bastante a la normalidad.
Las pretemporadas de los filiales suelen ser muy atípicas por los jugadores que suben con el primer equipo.
El día a día de un filial es más atípico que el de un equipo sénior porque el primer equipo reclama jugadores pero nuestro papel es ese y es positivo que el primer equipo reclame futbolistas tanto para los entrenamientos como para los partidos.
Da la sensación de que ha podido contar con más efectivos que el pasado verano.
Al principio de la pretemporada, el primer equipo necesitaba más jugadores. Con el paso de las semanas y las incorporaciones, nos estabilizamos todos un poco más y eso provoca que se perfile más el grupo. En el fútbol de hoy en día, lo habitual es que los equipos se construyan a medida que transcurren las semanas.
¿No le da ninguna importancia a los resultados de la pretemporada?
A todos nos gusta que los resultados tengan importancia cuando son positivos. Trabajamos para ser competitivos y la manera de mostrar que vamos por el buen camino es serlo en los partidos que jugamos. Cuanto más cerca estamos del inicio de la liga, más competitivos debemos ser, pero no le doy demasiada importancia a un partido en concreto que hayamos jugado bien, ganado o perdido. En muchas ocasiones, los contextos de los partidos son diferentes, el rival puede ser de otra categoría...
¿Ha visto al Fabril que quiere para la liga en algún amistoso?
He visto a ese Fabril en momentos de los partidos. Hemos hecho buenas presiones altas contra ciertos rivales, hemos sido protagonistas con balón en algunos partidos con un ritmo cercano al que buscamos, pero incluso en esos partidos hemos tenido momentos no tan buenos en los que hemos estado muy desajustados. Lo que hacemos mal también nos sirve para trabajar en el día a día. Más que un partido en concreto, ha habido momentos de los partidos en los que podemos encontrar lo que queremos.
¿En qué aspectos del trabajo preparatorio se ha centrado más a lo largo de la pretemporada?
En la pretemporada me gusta sentar las bases de lo que quiero que sea el comportamiento de los futbolistas tanto a nivel ofensivo como defensivo. Siempre empiezo por el aspecto defensivo porque me parece que la construcción debe ser progresiva desde aspectos individuales hasta aspectos colectivos. En ese sentido tengo un pequeño patrón. Cada temporada es un folio en blanco y lo vas cubriendo poco a poco; lo construyes, lo reconstruyes, lo modificas... Hay que buscar lo que más se adapte a los jugadores, darles herramientas para que puedan mostrar sus mejores condiciones y que el equipo se beneficie de eso.
¿Nota que ese trabajo defensivo en el que se centra en las primeras semanas es el que menos gusta a los futbolistas?
Sí, evidentemente. No sé a quién leí recientemente que cuando a un niño le empieza a gustar el fútbol lo que hace es jugar con el balón; no correr alrededor del campo, ni presionando, ni intentando hacer una cobertura. Juega con el balón, que es lo que a todos nos gusta y por lo que nos enamoramos de este juego. Una vez que estás dentro y, sobre todo, cuando eres entrenador, ves que hay mucho más que jugar con un balón contra una pared. El trabajo defensivo es menos atractivo para el jugador, pero la función del entrenador es hacerle ver al futbolista que eso va a hacer aumentar su nivel competitivo, sus capacidades.
En definitiva, lo va a mejorar.
En la fase defensiva, contra Somozas y Bergantiños se pudo ver a un Fabril con las líneas muy adelantadas, presionando a todo el campo pero, ¿se va a encontrar eso en la liga?
Tenemos que estar preparados para todo y eso incluye que el equipo sea agresivo en la presión en campo contrario, pero habrá muchos equipos que no nos permitan hacer esa presión y que solo quieran atraernos para jugar directo ya en los reinicios. Hay que saber manejar diferentes aspectos y por eso creo que no hay una idea única en el juego. Puedo creer mucho en la presión alta pero, si el rival juega directo, no voy a poder llevarla a cabo en todo el partido. Debemos ofrecer un buen rendimiento contra los rivales que quieran salir desde atrás y que permitan acercar muchos jugadores a la presión porque allí va a estar el juego, pero también contra equipos que te ataquen y no necesites jugadores en la presión porque lo único que quieren es atraerte y descubrir zonas que realmente quieren atacar. Hay que ver todo eso y conseguir que el equipo maneje todo tipo de situaciones a nivel individual y colectivo porque a nivel colectivo nos acercará a competir mejor y a nivel individual hará mejores a los jugadores.
Ha dicho que cada temporada es un folio en blanco, pero hay entrenadores que tienen programado el trabajo de cada entrenamiento de toda una temporada.
Cuando yo jugaba se hablaba de eso y sería un adelanto porque tendríamos el trabajo hecho para muchas semanas, pero yo creo que un equipo es un ser vivo que emplea resortes para conseguir un cierto comportamiento. Ese comportamiento puede salir bien o mal, puede gustar o no y va sufriendo una serie de modificaciones y adaptaciones, que es por lo que creo es que necesario entender el juego para dedicarse a esto. Es necesario entenderlo para darte cuenta de que, algo que crees que va a salir bien, no está saliendo bien o no se adapta a la problemática que creías que tenía el equipo. Mi planificación no contempla noviembre, diciembre ni más allá; contempla esta semana y que el equipo llegue lo mejor preparado posible al partido contra el Paiosaco sabiendo las dificultades que nos van a presentar el rival y la propia competición.
En algunos partidos de la pretemporada se ha visto a un Fabril con la intención de ser todavía más dominador con la pelota que el pasado curso. ¿Es así?
Quiero que mi equipo, cuando tiene la pelota, sea capaz de hacer correr al rival, que sea capaz de asumir que debe tener el balón, pero también trabajo para que mi equipo tenga una transición rápida, que ataque a los rivales cuando estén más desorganizados, que sea capaz de apretar y ganar duelos... Es un todo. Trabajamos para los contextos que creo que nos vamos a encontrar en la competición. El Fabril tiene que ser protagonista con balón y debe trabajar para ello.
¿Qué matices diferentes hay en el Fabril respecto al de la temporada pasada a nivel de juego?
Esta temporada tenemos una plantilla con un mayor abanico de posibilidades y tenemos más futbolistas, lo que hace que también dispongamos de más alternativas. Hemos hecho un equipo más joven todavía y quizá nos falte experiencia en determinados momentos. Este Fabril es un equipo con un gran talento ofensivo y trataremos de aprovecharlo.
¿Seguirá el Depor B con el 1-4-3-3 del tramo final de la pasada campaña con Brais Val de mediocentro?
Más allá de los nombres, hoy en día las estructuras de los equipos evolucionan mucho; incluso en la estructura a nivel defensivo, que es en lo que se suele fijar más la gente. La estructura a nivel ofensivo la van a marcar las funciones que tengan los jugadores y las alturas a las que se sitúen para tener profundidad, para atacar más y mejor. La temporada pasada manejamos el 1-4-4-2, el 1-4-2-3-1, el 1-4-3-3 y trataremos de seguir en esa línea. Aunque los equipos jueguen con línea de cuatro defensas, está muy de moda la salida de tres y si sales con tres y adelantas a los laterales ya tienes una estructura distinta. La evolución de los equipos va por ahí, por manejar diferentes estructuras según el momento de las alturas.
Y hablando de alturas, un 1-4-3-3 con Iñaki es tener a uno de los interiores muy cerca del delantero.
Los mediapuntas, los futbolistas que juegan entre líneas, provienen de algún sitio. Unos vienen en descenso de puestos más ofensivos -un delantero o un segundo punta que se maneja bien en esas posiciones- o puede ser un interior o un mediocentro que es capaz de moverse de espalda ganando altura; incluso futbolistas exteriores que aparecen por dentro. Independientemente de qué jugadores estén dentro, lo más importante es la movilidad que tengamos como equipo. Los futbolistas que aparecen entre líneas deben tener una movilidad capaz de aparecer en el momento oportuno para poder recibir si hay espacio o, al menos, hacer dudar al rival a la hora de saltar en la presión.
¿Tiene futbolistas para jugar con el 1-4-4-2, uno de sus sistemas preferidos?
Tenemos futbolistas que pueden jugar de segundos puntas y tenemos futbolistas de banda que podemos utilizar en un momento dado de delanteros. La confección de la plantilla nos da mayores posibilidades en cuanto a diferentes tipos de jugadores.
Jugar con dos delanteros no solo dependerá de los propios puntas; también de si tiene medios y extremos para poder emplear ese sistema.
Una de las funciones principales que tenemos los entrenadores los domingos es ver lo que está pasando y ser capaces de modificar ya no solo jugadores sino posicionamientos, saber por dónde va el juego para darnos cuenta de dónde necesitamos un jugador y qué tipo de jugador. Ir perdiendo no significa que necesites más delanteros sino más fútbol. Otras veces ya tienes el fútbol necesario y necesitas más presencia en el área porque estás llegando por fuera. La mezcla de todo eso será lo que demande que a veces necesitemos dos jugadores en el área y otros en los que necesitemos más gente por dentro para la construcción si no estamos generando el juego necesario para llegar al área rival. Las piezas que tenemos en la plantilla nos permiten manejar todas esas soluciones.
¿Le ha dado tiempo a trabajar todo lo que quería a nivel de juego?
Nos quedan nueve meses de trabajo por delante. La temporada tiene muchas semanas y nunca se deja de trabajar. Intentamos llegar lo mejor posible a la competición, pero la semana que viene tendremos nuevas dificultades, aspectos que hayamos visto que no hacemos bien o que el rival nos hizo descubrir debilidades y deberemos trabajar en ellas. El equipo tiene unos patrones de juego que trabajamos habitualmente, no nos inventamos cada semana un trabajo distinto pero sí es cierto que los equipos son seres vivos que evolucionan. Los entrenadores debemos diagnosticar lo que le va pasando al equipo. Cada semana tenemos unas pruebas médicas diferentes para saber de qué padecemos, de qué nos vamos curando y recetar el medicamento adecuado, pero no siempre es el mismo. Intentamos que el trabajo semanal sea el que nos dé la mejora.
¿Es esta la octava semana de la pretemporada o la primera de la temporada?
Las dos, pero se nota que es la primera semana de competición. Los jugadores saben que va a haber una alineación, están más activos y con mayor exigencia propia. Todos los que nos dedicamos a esto queremos semanas de competición. El entrenamiento y la pretemporada están bien, pero la competición es la adrenalina por la que nos metimos en esto.
En las ocho semanas anteriores no hablarían del rival en ningún momento.
Esta semana hay un rival, hay puntos en juego y, con lo cual, además de poner nuestras fortalezas encima de la mesa tendremos enfrente un rival con sus virtudes y sus defectos. Tratamos de darle cierta connotación estratégica a los entrenamientos de esta semana porque en todo deporte de oposición no dependes única y exclusivamente de ti. Hay gente que cree que solo debe centrarse en su propio equipo pero, para mí, en todo deporte de oposición, necesitas saber a quién te enfrentas, qué va a hacer el rival y cómo se va a oponer a lo que tú haces bien para darles todas las armas posibles a tus futbolistas para doblegar al rival.
¿Qué porcentaje de importancia tiene el rival en una semana tipo del Fabril?
No lo mido en porcentajes. La semana en la que te vas a enfrentar a un rival que cambia totalmente el contexto de un partido porque su campo tiene unas dimensiones muy reducidas y habrá muchos más duelos, el porcentaje del rival en la semana es mayor.
Este domingo, jugarán en un campo de césped sintético.
No vamos a entrenar ningún día en campo sintético porque no creo que en dos sesiones haya una adaptación a un campo distinto, pero sí una adaptación mental. El futbolista debe ser lo suficientemente fuerte mentalmente para que las condiciones del partido no le pasen por encima. Si hay campos en los que el saque de banda va a llegar al área, deben ser conscientes de ello y que en cada acción van a defender a pocos metros de la portería. La preparación mental del jugador es más importante que ninguna otra.
¿Cómo prepara a su equipo para jugar en un campo estrecho en el que, como dice, el saque de banda llega al área pequeña?
Reducimos el campo y jugamos en dimensiones reales, incluso las exageramos, para que el jugador sea capaz de vivir el partido antes de que llegue y que no le sorprenda. La temporada pasada jugamos en Bouzas el partido en el que más inferiores fuimos a un rival. No fuimos capaces de adaptarnos al campo ni al adversario en ningún momento y tres días después teníamos la jornada aplazada contra el Silva en A Grela. Estoy convencido de que si el orden de los partidos fuese diferente, no habríamos ganado en A Grela y habríamos competido mejor en Bouzas. Ver la realidad de ese contexto nos hizo darnos cuenta de lo que creíamos que teníamos que hacer para ganar en A Grela, cómo teníamos que defender, cómo teníamos que afrontar los ataques del rival, saber que el Silva nos obligaría a disputar cada balón aéreo...
¿Es más difícil visualizar el partido de la primera jornada de liga que cualquier otro?
La primera jornada es la más diferente a todas. Hace años hice un artículo sobre la primera jornada y decía que es diferente a todas porque todavía no hay dinámicas de rivales, no hay comportamientos, no hay equipos que salen más enchufados que otros, no hay titulares ni suplentes... No vas a ciegas porque analizas al rival como para otros partidos, pero todavía no hemos visto al Paiosaco en un partido en Tercera como local esta temporada. Los jugadores no se manifiestan exactamente igual en los amistosos que en la competición. Cuando te enfrentas a un equipo con una dinámica buena es mucho más difícil ganar y al revés. Todo eso no pasa en la primera jornada.
Un recién ascendido como el Paiosaco llega a la primera jornada con la flecha hacia arriba.
He visto al Paiosaco en dos partidos y me parece un equipo muy bien estructurado, muy bien trabajado, con las ideas muy claras y creo que va a ser muy duro durante toda la temporada.
Tal vez a principio de verano ya no se planteaba volver a contar con Barcia, pero jugará otra temporada en el Fabril.
No me ha sorprendido que vuelva a estar en el Fabril. Los que conocemos a Barcia sabemos que es un chico muy tranquilo que se adapta rápidamente a los contextos que le toca vivir. Todos los futbolistas que suben al primer equipo saben que pasan de que se fijen en él su familia, sus amigos y dos más a que se fije mucha más gente. Hay que saber convivir con ello. Todo lo demás forma parte de la normalidad en un trabajo de cantera. Los jugadores saben que pueden estar arriba, pueden estar abajo y hay que tratarlo con naturalidad.
Yeremay jugó algún partido con el Fabril en la pretemporada. ¿Por qué si no iba a tener ficha de filial?
En ese momento no se sabía si iba a estar con el Fabril. Él lo sabía, lo aceptaba y nosotros contábamos con él como uno más no solo en los partidos sino en los entrenamientos.
¿Bajarlo del primer equipo al filial no era un castigo?
No, no estaba descartado que pudiese tener licencia con el Fabril.
¿Cómo está David Mella?
Está recuperándose poco a poco entrando en dinámica de grupo. Tener una lesión en pretemporada que tiene a un jugador fuera durante un tiempo implica que necesite un tiempo de adaptación en su regreso para volver a tener el nivel condicional adecuado.
Es un futbolista muy explosivo. ¿Es necesario tener más cuidado con él que con otros jugadores?
En todos los equipos hay ese tipo de futbolistas. Su manera de jugar les hace estar más expuestos no solo a lesiones sino a golpes.
No ha podido contar prácticamente en ningún partido con Davo.
La suya ha sido una pretemporada atípica por las lesiones. Ha tenido una lesión en la rodilla al principio y ahora ha sufrido un contratiempo que le ha obligado a parar y a hacer entrenamientos a un ritmo más bajo, pero está cerca de poder volver.
En la pretemporada, el delantero que más minutos ha jugado ha sido Iván ante las lesiones de Davo y Martín Ochoa.
Ha habido partidos en los que tuvo más minutos de los que requería el momento de la pretemporada. Tanto Martín como Davo estaban lesionados y eso implicó que Iván tuviese más minutos, algo positivo para ganar confianza porque es un chico joven que viene de ser juvenil y de hacer muchos goles. Es un delantero que tiene facilidad para el gol pero tiene que seguir creciendo y mejorando. Está trabajando en ello.
Los puntas que tiene en plantilla son de características diferentes.
Los cuatro delanteros que tenemos en la plantilla -Davo, Iván, Martín y Nájera- tienen características diferentes. Unos están más cómodos cerca del área, otros se pueden alejar más, unos atacan mejor los espacios y otros juegan mejor de espalda. Tenemos que ser capaces de que el equipo se beneficie de eso.
Iván no estaba en el club la pasada temporada. ¿Qué tipo de delantero es?
Es un delantero completo que tiene muy buenos movimientos, que juega muy bien de espalda y es muy buen rematador. Tiene unas características más parecidas a Martín que a Davo. Es un futbolista que hace jugar al resto del equipo con las descargas que hace de espalda. El club lo ficha de cara al futuro y veremos cómo resuelve las situaciones de competición en Tercera Federación.
Después de una temporada completa en blanco, Fito ha jugado bastantes minutos en esta pretemporada. ¿Está preparado para competir en liga?
Fito se quedó en la pretemporada por la petición de todos porque el club quería evaluar si estaba para competir y está para competir.
Fabio jugó los primeros amistosos pero ha desaparecido de las alineaciones. ¿Se le busca salida?
Está en proceso de salir del club y, para evitar cualquier tipo de contratiempo, se ha tomado la decisión de que entrene con el equipo pero sin competir para que no haya contratiempos.
¿Está cerrada su plantilla?
Las plantillas nunca están cerradas. Ahora mismo no se plantea ningún fichaje porque estamos muy contentos con lo que tenemos, pero hay profesionales del club que trabajan continuamente en captación, por lo que la plantilla nunca está cerrada del todo. Lo que puedo decir es que ni buscamos nada ni estamos cerrados a que se produzca algún movimiento.
Barcia, Mella, Nájera, Jairo, Brais Suárez… ¿Va a contar con tantos juveniles como la pasada temporada?
Hay cuatro juveniles que forman parte del Fabril porque se ha visto que su nivel es muy bueno: Quique Teijo, Rubén López, Diego Gómez y Martín Ochoa. Para nosotros son cuatro jugadores más de la plantilla y trataremos de aprovechar sus condiciones cuando lo creamos oportuno.
Solo 16 equipos. ¿Qué le parece el formato?
Una liga como la Tercera Federación no puede tener 16 equipos. Le quita mucho prestigio a la competición y, a la larga, le acabará quitando jugadores. Una liga que empieza el 11 de septiembre y que termina el 23 de abril se va a ir quedando sin futbolistas.
¿Qué equipos están en su lista de favoritos?
Un fiel seguidor de Tercera Federación como yo podría nombrar diez o doce equipos.
Pero solo conseguirán la ‘permanencia’ doce...
Quiero decir que si me pongo a pensar en clubes que han hecho fichajes para estar arriba me iría a equipos como Somozas, Villalbés, Rápido de Bouzas, Barco, Arosa... Incluso equipos que llegan de Preferente como el Gran Peña y la Unión Deportiva Ourense. Hay muchos equipos y la igualdad que hay todas las temporadas en la liga hace que no pueda decantarme por un favorito.
Quizá una de las diferencias esta temporada es que ninguno de los recién ascendidos da la sensación de que será una ‘Cenicienta’.
Por lo que he visto del Paiosaco me ha parecido un equipo muy bien trabajado y el Arteixo fue nuestro último rival de la pretemporada y también va a dar mucho que hablar en la competición, que está más igualada que nunca. Además, hay pocas jornadas y eso aprieta todo un poco más. Echo de menos más equipos porque le daría más caché a la categoría.
¿Y el Fabril? ¿En qué puesto o zona de la clasificación debe terminar?
El club nos insta a que cada temporada tengamos más jugadores preparados para el primer equipo. Creo que la mejor manera de estar preparados es competir bien. La temporada pasada fuimos quintos, nos metimos en el ‘playoff’ con un sprint final bueno y nuestro objetivo será mejorar ese quinto puesto. Si podemos pelear por ser primeros, mejor, pero la juventud del equipo nos hace ser cautos.
¿Tiene más presión que la temporada pasada?
Yo siempre me meto presión. Para mí es muy importante que salgan bien las cosas a las que les dedico tanto tiempo. Hacer una buena temporada sería conseguir que el equipo compita bien, que el equipo sea reconocible, que el equipo sea capaz de sacar jugadores para cuando los tengan en cuenta en el primer equipo y también que el equipo dé que hablar. Eso es algo que nos debemos autoimponer todos los entrenadores de un filial: hacer mejorar al futbolista individualmente para mejorar al equipo colectivamente y hacer mejorar al equipo colectivamente para que el jugador se vea beneficiado. La presión tiene que ser toda.
A punto de empezar una nueva liga, ¿qué valoración hace del último curso del Fabril?
Lo positivo fue que el equipo fue capaz de aportar jugadores al primer equipo desde el kilómetro 0. Era un equipo construido para tener a Trilli, a Noel, a Yeremay y ver que esos jugadores se quedaban arriba y que el equipo tenía que competir fue bueno para el filial, sobre todo por la manera en la que acabamos. Fue un equipo muy comprometido que en las ocho últimas jornadas jugábamos domingo y miércoles, cambiábamos muchos jugadores y todos respondían bien. Fue una satisfacción interna importante para el grupo de trabajo que teníamos.
El club quiere que el Fabril fabrique jugadores para estar lo más cerca posible del primer equipo pero, ¿qué objetivos se marca Gilsanz?
A nivel personal, quiero ser el entrenador de un equipo que compita bien, que eso nos lleve a buenos resultados y que esos buenos resultados nos lleven a estar peleando por el primer puesto. Entre una cosa y otra hay muchos meses de liga. Lo que quiero es que el domingo, ante el Paiosaco, el Fabril ofrezca una buena versión de lo que creo que debemos hacer para ganar, que los jugadores sean lo suficientemente maduros para saber que nos enfrentamos a un rival muy complicado. A partir de ahí pensaremos en el siguiente rival. No puedo querer ser primero sin saber cómo vamos a competir el primer partido.
¿El objetivo principal en una primera jornada de liga es conseguir los tres puntos a toda costa?
El objetivo principal nunca es ganar; es ser capaz de poner los medios para hacer las cosas bien y poder ganar. Después se puede ganar o no. Esta semana decía Lemos que llevaba 16 años sin ganar en la primera jornada. En cambio, lleva 16 temporadas, salvo en alguna suelta, haciendo buenos papeles con sus equipos. Entonces, el objetivo no tiene que ser ganar de cualquier forma la primera jornada. Como entrenador, es un error poner el foco en ganar y no en los medios que debemos poner para ganar. Lo que a mí me quita el sueño es que mi equipo sea capaz de hacer lo que creemos que debe hacer para ser capaz de competir bien; y competir bien es conseguir buenos resultados.
¿Ha notado el Fabril de alguna manera el no ascenso del primer equipo a Segunda División?
No solo el Fabril, lo ha notado todo el club. Además, estuvimos tan cerca que creíamos que se iba a producir. Cuando llegué al Fabril, el primer equipo ya estaba en Primera Federación y sigue estándolo. Fue una pena para todos, pero el club está trabajando para llegar al fútbol profesional y llegaremos más pronto que tarde.
No es lo mismo ser el filial de un equipo del fútbol profesional que de un equipo de Primera Federación.
Es el fútbol. No es lo mismo llamar a una puerta para firmar en un equipo que jugó fase de ascenso en Segunda Federación que en uno que estuvo a punto de descender. En el Deportivo, todo el mundo está trabajando en una única dirección, que es llegar a un ascenso.
¿Cómo es la conexión entre el primer equipo y el filial?
Es normal, rutinaria, sin ningún tipo de problema. Siempre que se necesita algo, se pide.
¿Cómo es la comunicación entre el entrenador del Deportivo y el del Fabril?
La comunicación está marcada por la secretaría técnica pero, al estar día a día en la misma instalación, la comunicación es muy habitual entre entrenadores y preparadores físicos.
¿Cada cuánto mantienen contacto directo?
A veces los horarios son los mismos, pero coincidimos menos. No es una comunicación diaria ni formal, pero sí habitual.
¿Le pregunta Borja por los jugadores del filial o eso lo hace a través de otra persona?
Siempre que se habla de cualquier tema, se pregunta por los jugadores que pueden llegar al primer equipo o que pueden ayudarles en un momento determinado. El interés siempre está presente tanto por parte del cuerpo técnico como por parte de la secretaría técnica. Puede ser directamente conmigo, con Martín, con Fran...
¿Cuál es el profesional del club con el que más contacto tiene Óscar Gilsanz?
Muchos. La comunicación en el club es multidireccional. Con Fran y Juan Villamisar hablamos de temas de la cantera prácticamente todos los días. Para temas de primer equipo hablamos con Martín, que forma parte de la secretaría técnica, también casi diariamente.
¿Cómo es su relación con Diego Villares?
Muy normal. Villares no le deba nada a Óscar Gilsanz. Óscar Gilsanz llegó a un Racing Villalbés en el que Diego Villares era juvenil y no es que Óscar Gilsanz quisiese poner a Villares sino que Villares entrenó para ser titular en mi primera temporada allí. Ahora lo veo y hablamos con la mayor naturalidad. Nos cruzamos en el pasillo de Abegondo y la relación es la misma que cuando estábamos en Vilalba. El que piense que tenemos una relación muy estrecha se decepcionará y el que piense que Villares ya no se iba a acordar de Óscar Gilsanz por estar en el primer equipo también se sentirá decepcionado porque es todo lo contrario. Él sabe que me alegro mucho y yo sé que él se alegra por mí. Si Villares está en el primer equipo del Deportivo, no le debe nada a Óscar Gilsanz porque se lo ha ganado a pulso.
Esta será su tercera temporada entre Fabril y Juvenil A, cuatro contando al Laracha.
Espero que no sea la última. En cuanto a manera de trabajar, posibilidades, infraestructura, medios técnicos y humanos, es un privilegio y se lo digo todos los días a los jugadores. Somos unos privilegiados en cuanto a horarios de entrenamiento, instalaciones, material, cuidados, servicios médicos... Es espectacular. Uno no puede estar más que bien aquí.
Hay quien dice que el Fabril tiene que ser primero o ascender porque entrena por las mañanas en una liga en la que muchos futbolistas trabajan.
Si fuese así, los equipos ficharían jugadores que pudiesen entrenar por las mañanas, aunque no sean mejores. El fútbol no es dos más dos son cuatro. Uno jugador que destaca mucho en el Borussia de Dortmund ficha en el Manchester City y también destaca mucho. Uno sí, pero no todos.
El próximo 30 de junio termina contrato. ¿Lo piensa en algún momento?
No es algo que me preocupe. A mí me preocupa el día a día, me preocupa el trabajo y cuando uno lo hace con ilusión, entusiasmo y pone todo lo que tiene de su parte siempre va a tener opciones de entrenar. Ser el entrenador del Fabril, más allá de las condiciones de trabajo, es un orgullo para mí. Después de verlo desde fuera, estar dentro es más satisfactorio todavía porque te das cuenta de que aportas tu granito de arena para que todo fluya.
¿Estar en un gigante como el Deportivo presiona más a un entrenador?
Sí, el Deportivo es un gigante, pero no noto mayor presión a nivel competitivo cuando estoy en el banquillo del campo 1 de Abegondo que cuando estaba en el de A Magdalena, en el García Hermanos o en el Municipal da Laracha. Todos queremos ser mejores en lo que hacemos. Para ser mejores, la presión que tú te metes para que las cosas salgan mejor siempre es la misma. A los entrenadores siempre nos queda mucho por aprender y mi objetivo es, cada año, aprender más. Para eso intento rodearme de los mejores profesionales posibles. Son personas muy preparadas, con muchas ganas de trabajar, tanto que creo que el menos importante soy yo. El día a día es el que hace que tengamos que exigirnos continuamente.
¿Es feliz en el Deportivo?
Sí, mucho, muchísimo. Sin duda.
¿Cree en los ciclos en el fútbol?
Creo en los ciclos en la vida, no solo en el fútbol. Yo no voy a la misma cafetería a la que iba todos los días hace veinte años y en aquel momento podría pensar que iría siempre. Cuando me marché del Racing Villalbés me sentía muy a gusto, me sentía súper valorado pero creía que había terminado un ciclo. No fue algo que percibiese un año antes, lo percibí en ese momento. Creo en los ciclos, pero en el Depor estoy muy feliz.
¿Cómo se da cuenta de que debe terminar una etapa en un club?
Cuando te das cuenta de que no te puedes exprimir más para un mismo contexto, cuando ya no notas esa inquietud, el nerviosismo cuando va a empezar la temporada, cuando vas a un partido. Yo entiendo el fútbol con la adrenalina que te da el hacer cosas que, a veces, te incomodan. Cuando estás en la playa y se acaban las vacaciones, puede que prefieras seguir en la playa que ir a entrenar, pero tienes que ir. Esa adrenalina que te genera el querer ser mejor es lo que te hace responsable para trabajar todos los días, para estar viendo partidos a la una de la madrugada cuando tienes que levantarte a las seis. Cuando esa adrenalina que te da el sitio en el que estás ya no es suficiente, te das cuenta de que necesitas retos nuevos.
El filial del Lugo está en Segunda Federación. ¿Le motivaría darle un ascenso al Fabril?
Nunca me motivaría un éxito deportivo porque otro lo haya tenido antes. El Deportivo es suficientemente grande como club para marcarse su propio camino independientemente de lo que hagan los demás. Creo que el filial del Deportivo debe estar en Segunda Federación y que es importante para la propia formación de los futbolistas. No me obsesiona pero sí me responsabiliza saber que el club necesita eso.
¿Le aliviaría conseguir ese objetivo?
El trabajo que estamos haciendo desde hace dos años y algo es muy bueno. No es una deuda para mí vivir un ascenso con el Fabril.
¿Es el mismo entrenador que cuando llegó al Juvenil A o cuando inició la pasada temporada con el Fabril?
Creo que cada vez soy mejor y me preocuparía que no fuese así. Todos los entrenadores que se reciclan y que van resolviendo problemas y situaciones día a día son cada vez mejores por esas experiencias y vivencias.
A nivel de juego, se ha relacionado a Óscar Gilsanz como un entrenador de equipos reactivos. ¿Sigue siendo así?
Si echo la vista atrás en mi carrera como entrenador, el Betanzos era un equipo bastante proactivo y muy protagonista con el balón durante cuatro temporadas. Después fui al Racing Villalbés y llegué con una idea más proactiva de la que el equipo se podía manejar y fuimos capaces de construir un equipo muy sólido y fiable siendo reactivos, pero también éramos capaces de presionar alto, robar y atacar rápido. Era una buena versión. En el Laracha aprendí mucho de aquel grupo de futbolistas a nivel de juego con balón, de posicionamientos... Fue una temporada súper productiva para mí a pesar de que acabamos descendiendo con un equipo que era una buena generación de la cantera del Depor. Pero me sirvió de mucho. En el Depor evolucionamos hacia un grupo que tiene que ser muy competitivo. Me quedo a medias. Por un lado intento mejorar el talento de los jugadores tratando de que sean cada vez más competitivos sabiendo que el ser protagonista con balón va en el propio ADN del futbolista.