El Laracha estuvo a punto de obrar el milagro pero finalmente certificó su descenso a Primera Galicia a pesar de ganar con solvencia su encuentro en el Municipal a un sentenciado Boimorto. El triunfo del Victoria en Foz le dejó sin opciones y truncó el sueño de la permanencia tras una gran remontada en la segunda fase que se quedó sin el premio final. El equipo rojiverde pasó de acabar la primera fase en la penúltima plaza del subgrupo 1A a estar fuera de los puestos de descenso en ciertos momentos de los últimos dos meses. Nadar para morir en la orilla.

El Laracha comenzó con personalidad. A pesar de jugarse la permanencia y tener que mirar de reojo otro partido, la juventud no le jugó una mala pasada a los locales. El 1-4-4-2 dispuesto por Alejandro Álvarez fue el punto de partida para dar rienda suelta a la movilidad de los cuatro atacantes. Jony, el más libre de todos, partió de la punta junto a Totó pero también hizo daño recibiendo entre líneas, mientras Vila y Gabri se acercaban y alejaban de la línea de cal con un desparpajo acorde a su edad.

De hecho, cabe destacar la diferencia en la media de edad entre los dos onces. El Laracha presentó una alineación con un promedio de 22,2 años y el Boimorto, de 36,25. Los visitantes podrían ser los padres de casi cualquier jugador local.

Las diferencias también se hicieron evidentes en los estilos de juego. Al Boimorto le costó avanzar con el balón controlado y sus acercamientos se limitaron al juego directo y a las acciones balón parado, mientras que el Laracha alternó combinaciones pausadas con balones en largo a Totó.

El Laracha consiguió adelantarse en el minuto 16 tras un error del meta Mario, que resbaló en una salida y se llevó por delante a Gabri. Penalti y gol del propio Gabri, que engañó al portero en el lanzamiento.

Lo más difícil para el Laracha ya estaba hecho. Ese 1-0 que a veces se atasca en partidos de mucha tensión ya estaba en el bolsillo. El tanto ayudó a los rojiverdes a soltarse, sobre todo en ataque, y comenzaron a llegar más aproximaciones: remate de Jony al palo, disparo de Gabri blocado por Mario y gol anulado a Totó por fuera de juego.

Mientras, el Boimorto dio el susto a la afición local con una acción espectacular de Neto (control de pecho, sombrero y volea rozando la escuadra) que estaba anulada por mano. Y también con un tímido disparo de Jalecho, el ‘abuelo’ del encuentro con 42 años.

Partido encarrilado

El Laracha dio otro zarpazo antes del descanso. Brais puso un centro al área, la zaga del Boimorto dio síntomas de relajación a la hora de despejar y Totó fue el más listo de todos para cazar el rechace y mandarlo a la red con un toque sutil. 2-0. Al Laracha le tocaba administrar la renta y espera la ayuda del Foz.

Las noticias en el descanso no eran favorables para el Laracha, ya que el Victoria ganaba por 0-1 en el Martínez Otero. Con el paso de los minutos el partido se fue calentando innecesariamente y el árbitro lo solucionó con tres expulsiones por roja directa. El Laracha, con diez, marcó el 3-0 ya contra un Boimorto con nueve tras un penalti de Carril sobre Vila. La petición de un grupo de niños de la grada surtió efecto (“¡que lo tire Noé, que lo tire Noé!”) y el defensa marcó el tercero.

Los minutos finales fueron un pequeño sinsentido. El Laracha, más pendiente de Foz que de otra cosa, cometió dos penaltis, que fueron anotados por Borja Rey, y Vila marcó el cuarto tanto rojiverde.

Los integrantes del Laracha se reunieron en el centro del campo tras el pitido final a la espera de buenas noticias desde Foz, o incluso Ribadeo, pero estas no llegaron.