​Juan Riveiro: “Bendito sufrimiento el de pelear por el ascenso, pero no deja de ser una agonía”
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​Juan Riveiro: “Bendito sufrimiento el de pelear por el ascenso, pero no deja de ser una agonía”

​Juan Riveiro: “Bendito sufrimiento el de pelear por el ascenso, pero no deja de ser una agonía”
Juan Riveiro, entrenador del Arteixo, en un partido de esta temporada en Ponte dos Brozos | quintana

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Entrenador del Atlético Arteixo


El de Juan Riveiro es el alivio y la satisfacción del trabajo bien hecho, la tranquilidad de haber cumplido, de haber conseguido el objetivo por el que fue contratado hace un año. El entrenador del Atlético Arteixo vuelve a dar el salto desde la Preferente a la Tercera RFEF.


Un año después de sufrir un descenso, celebra un ascenso.

El fútbol tiene estas cosas. En una temporada en la que descienden ocho equipos te toca bajar y, un año después, asciendes haciendo un milagro en casa. Hay que relativizar todo esto porque si no te volverías loco.


¿Con qué se queda de una campaña que ha sido histórica para el Arteixo?

Un vídeo sobre la soledad del entrenador que me envió un compañero. Cuando marcamos el tercer gol que nos dio el ascenso contra la Sarriana, todo el banquillo corrió a felicitar a Montes y yo me fui hacia el otro lado. Era el momento en el que me di cuenta de que ya estaba, de que lo habíamos conseguido. Era el momento de decir: te fichan para algo y lo consigues.


Se fue hacia el otro lado pero, ¿qué hizo?

La realidad es que me puse a llorar para liberar toda la tensión del partido. Te vienen las lágrimas porque te acuerdas de muchas cosas. Con lo difícil que es conseguirlo, verlo hecho realidad es emocionante. Acabábamos de conseguir algo que ni pretendíamos en ese partido. Nuestro objetivo era sumar tres puntos que nos permitiesen ir a Mugardos sirviéndonos el empate. Fue increíble.


¿Se le hizo larga la temporada?

El hecho de renunciar a la Copa fue un acierto por parte de los jugadores porque fueron ellos los que tomaron esa decisión para centrarse en la fase de ascenso. Ahora tampoco tendría mucho sentido continuar y sería difícil conseguir una reactivación. Los chicos se van a una casa rural que paga el club y, a partir de la semana que viene, empezaremos a hablar con ellos. Esta semana seré yo el que me reúna con el club. No digo que la Copa no sea importante pero sería innecesario dilatar esta temporada.


¿Se sufre mucho más cuando se pelea por la permanencia que por un ascenso?

Bendito sufrimiento el de pelear por el ascenso, pero no deja de ser una agonía. Hemos perdido dos partidos en toda la temporada y conseguir el ascenso nos ha costado Dios y ayuda en la segunda fase. Se sufre muchísimo más cuando peleas por la permanencia porque el castigo –perder la categoría– es muchísimo mayor.


¿Hubo algún momento de la temporada en el que vio cuesta arriba el ascenso?

La derrota en Sarria fue el momento más duro de la temporada por cómo se produjo. Cometimos errores muy groseros que para nada eran habituales en nosotros. Encajamos tres goles, que tampoco era lo habitual. No entramos en el partido como, por ejemplo, entramos en el partido de la segunda vuelta. No es que lo viera perdido, pero sí complicado porque el equipo lo achacó anímicamente. La siguiente fue una semana muy dura, pero fuimos capaces de ganar al Mugardos. Las victorias curan muchas cosas, como la falta de seguridad. Ganamos los primeros partidos de la fase de ascenso por la mínima cuando veníamos de hacerlo de forma más holgada y eso hizo dudar a los jugadores pero en la segunda vuelta volvimos a ser un equipo fiable.


¿Fue clave ser campeón de la primera fase?

No, tenía claro que todo se iba a decidir en la fase ascenso. Es cierto que la ventaja que nos dio ganar la liga a falta de unas jornadas nos permitió tomar una serie de decisiones que fueron importantes, como limpiar muchas tarjetas. No perdimos a ningún jugador por sanción y otros equipos sí lo sufrieron y, además, con futbolistas importantes. A nivel táctico nos dio tiempo a preparar algunos detalles que también pudimos aprovechar en la promoción.


Me fui hacia el otro lado y me puse a llorar para liberar toda la tensión del partido


¿Y los puntos de ventaja por terminar en el primer puesto?

Me parece que el que planteó esto debería revisarlo. No puede ser que un equipo pierda un partido en toda la temporada y no ascienda. Si fuese en una eliminatoria, lo aceptaríamos, pero en una competición en la que hay unas 22 primeras jornadas no puede ser que un equipo pierda su primer partido y se vea fuera de los puestos de ascenso. No entra en la cabeza de nadie.


El formato se conocía desde antes de empezar las ligas.

Ya lo sabíamos todos pero no teníamos otra opción porque solo se planteó ese formato. Era competir con este o no competir. Podrían haber dado la opción de dos o tres formatos y que luego los clubes votasen, pero yo no soy organizador de competiciones. Soy entrenador y bastante me llega pero esto muy justo no ha sido. Para ascender, te obliga a hacer una segunda fase perfecta como la del Paiosaco y la del Ourense y a nosotros nos obliga a hacer un campeonato tremendo. Al final han ascendido los mejores pero, ¿tan, tan mejor hay que ser para poder ascender?


Más allá del de la Sarriana, ¿cuál fue el partido clave para conseguir el ascenso?

El partido en el que nos complicamos fue el de Betanzos. El equipo no se encontró en ningún momento. Por el estado del campo no fuimos capaces de jugar a lo que pretendíamos. Tuvimos tres ocasiones y no fuimos eficaces. En una regateamos al portero, tiramos y sacó el balón un jugador sobre la línea. Ese empate en Betanzos provocó que el partido contra la Sarriana se convirtiese en una final.


Ese 0-0 contra el Betanzos obligaba al Arteixo a ganar a la Sarriana en casa en la penúltima jornada.

En el vestuario, antes de empezar, se lo dije a los jugadores: tenemos que ganar sin importar de cuántos goles. Había que olvidarse del 3-0 porque sería como jugar al póker y ganar. Si jugar al póker es divertido, ganar es tremendo. Pero ese no era el objetivo.


Y el Arteixo ganó.

Sí, el equipo demostró que quería ganar desde el primer minuto. Fuimos a por el partido con una intensidad defensiva muy alta y con unas armas que adaptamos a lo que sabíamos que iba a plantear la Sarriana. Así como en la primera vuelta fueron mejores, en el último partido día lo fuimos nosotros. Fue una semana más de trabajo psicológico que de cualquier otro aspecto.


¿Hizo su equipo el partido perfecto en el partido más importante de la temporada?

Sí, sin duda. No fue el partido en el que estuvimos más brillantes porque en la primera fase hubo algunos muchos mejores a nivel de juego, pero los rivales no eran la Sarriana. Por la tensión y el nivel del rival había más dificultad pero nos salió un partido redondo. Lo ganamos en la intensidad defensiva porque la Sarriana no fue capaz de encontrarse en ningún momento.


El hecho de renunciar a la Copa fue un acierto por parte de los jugadores


¿Se puede disfrutar un partido en el que hay tanta tensión?

Después del gol de Pablo, sí. Hasta ese momento, no. Aunque estábamos siendo mejores con 1-0, no lo veía claro porque en cualquier momento podríamos recibir un gol de un rival con tanta calidad individual. Con el 2-0 vi el partido ganado porque el equipo estaba muy concienciado.


El 2-0 lo marca el lateral izquierdo a pase del lateral derecho. ¿El ejemplo perfecto de la convicción del Arteixo contra la Sarriana?

En el partido de Sarria nos bloquearon mucho a nuestro interiores: Aitor y Vela. No éramos capaces de llegar con ellos y necesitábamos jugadores que se incorporasen desde atrás. En el partido de Arteixo, Óscar estaba muy avisado para hacer el equilibrio y la libertad para los laterales fue máxima. Hubo momentos en los que Vela aparecía en posiciones de interior izquierdo, pero para eso teníamos a Pablito Ramos, que es capaz de hacer la cobertura a él y a tres más si era necesario. No fue habitual durante la temporada jugar con dos laterales a la vez tan ofensivos, pero en esa ocasión apostamos por eso.


Diez días después, ¿sigue teniendo flashes del partido?

Lo que más recuerdo es la ocasión que falló Aitor después de regatear a Javi Liz. Entiendo que el balón le botó y por eso se fue al larguero. Para nosotros era el 2-0 y certificar prácticamente la victoria.


No parece una persona que exteriorice mucho. ¿Cómo celebró el ascenso?

Fue un domingo muy tranquilo para mí. Ese tipo de celebraciones son para los jugadores y para el público, no para el entrenador. Fuimos a comer todos juntos, luego tomamos algo en diferentes locales que son colaboradores del club y, al final, los chavales tenían un reservado en A Coruña y yo me retiré. A lo mejor algún jugador se cortaba por tener al entrenador cerca (ríe). Yo tengo una edad y me apetecía estar con mi mujer, que es la que sufre todo esto.


Sería un fracaso no haber conseguido el ascenso


Aunque todavía quedaba un partido, el que curiosamente dio el campeonato de la fase de ascenso al Atlético Arteixo en el campo del Mugardos, la temporada había ‘terminado’ para el equipo de Juan Riveiro con el 3-0 a la Sarriana en Ponte dos Brozos. Su equipo había conseguido el objetivo marcado: el ascenso a Tercera.


Los que se dedican son los goles pero, ¿a quién le dedica este ascenso a Tercera RFEF?

En primer lugar, a los jugadores. El viernes previo al partido contra la Sarriana les dije que había sido un placer trabajar con ellos. La coherencia de una plantilla la dan los jugadores que no compiten habitualmente y no tengo nada que decir de ninguno de ellos porque su compromiso fue total desde el primer momento. Eso es lo que le da cohesión a un equipo. Lógicamente, también a la afición y a los directivos; especialmente a José Ángel, que tuvo un problema personal y no fue un buen año para él. Quizá es él el que más se merece este ascenso.


¿Hubiese sido un fracaso para Juan Riveiro no haber conseguido el ascenso?

Sin duda. A mí me contratan con una idea muy clara y sí hubiese sido un fracaso no ascender. Otra cosa es cómo asumes el fracaso: te puedes tirar desde un puente o no. Me contrataron para eso y pusieron en mis manos material suficiente para conseguirlo. No voy a decir que ficháramos todo lo que pretendíamos, pero no tuve que ir a la cuarta hoja; me quedé en la segunda. Hicimos una plantilla larga y muy competitiva que nos daba opciones para jugar de diferentes maneras. Pudo faltar algún elemento pero no fue cuestión de que el club no pusiese de su parte.


Paiosaco y Arteixo tienen filosofías de club muy diferentes


De ascender y descender con el Paiosaco, a tener de nuevo éxito con el Arteixo.


Había estado en el Arteixo en otra etapa. ¿Qué club se ha encontrado?

Otro. No tiene nada que ver. He estado muy cómodo, no ha habido ninguna interferencia, me he sentido respetado desde el primer momento. Sobre la otra etapa no merece la pena decir nada.


¿Tiene estructura el Arteixo para competir en Tercera RFEF?

El club tiene que crecer a nivel estructural en determinados apartados como, por ejemplo, en el aspecto médico, de fisioterapeutas… Son cosas que los jugadores valoran mucho. En ese sentido, el Paiosaco pegó un cambio del 100% y tiene en plantilla a un fisioterapeuta. Nosotros no. Luego son pequeños detalles que es cuestión de hablarlos e ir puliéndolos. Se pretende hacer un filial la próxima temporada. El club quiere ser el que fue en su momento. Hay un potencial increíble a nivel humano. Las relaciones con el Concello son fluidas y van a invertir en el campo. Y los directivos tienen que entender que todas las mejoras que se produzcan no son para el entrenador que está en ese momento sino para la infraestructura del club. El entrenador gana en ese momento porque está disfrutándolo pero no va a estar toda la vida.


¿Cómo se explica que el Sofán o el Paiosaco hayan estado recientemente en Tercera y que el Arteixo llevase 18 años sin pisar esa categoría?

Es llamativo porque es un club que tiene potencial. Cuando perdimos a Iago Blanco el club planteó ideas que demostraron el potencial que hay y no me refiero solo al aspecto económico. Se ofrecen alternativas que a lo mejor en otro club es complicado porque no tienen esa capacidad.


El Paiosaco y el Arteixo son sus dos últimos clubes. ¿Qué diferencias hay?

A nivel humano he estado cómodo en los dos clubes. Siempre hay personas echándote una mano. En Paiosaco he dejado amigos porque han sido seis años allí. El Paiosaco tiene un planteamiento económico muy claro en su estructura de club y creo la Tercera puede ser su techo. Es una cuestión de filosofía de club que tienen muy clara y que yo siempre he respetado. Para ellos todos sus jugadores son iguales y no hay discusión. Una diferencia puede ser que el Arteixo, cuando llega a esta categoría, tiene un planteamiento diferente, con la intención clara de quedarse y de consolidarse buscando una posible mejora para temporadas venideras. No es una crítica al Paiosaco, son filosofías de club completamente diferentes. El Paiosaco tiene, a día de hoy, una mejor estructura para competir en Tercera División, algo que cuando llegué allí no había.

​Juan Riveiro: “Bendito sufrimiento el de pelear por el ascenso, pero no deja de ser una agonía”

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