El Abanca Riazor dejó este viernes de ser un fortín. El Deportivo dejó escapar dos puntos ante la SD Logroñés, en un partido en el que los blanquiazules no supieron administrar el tiempo añadido.
Alrededor de 14.000 aficionados dieron color y aliento a los blanquiazules, pero sus ánimos, cánticos y arengas no fueron suficientes ante un equipo que se echó atrás e hizo que su rival se creciese y arañase un punto.