A José Ramón Sandoval la cuarentena le sorprendió cuando tomaba las riendas del Fuenlabrada. El equipo pasó de ser revelación de Segunda, a estar tres meses sin ganar.
No le dio tiempo a debutar, apenas a dirigir un par de entrenamientos. Las cosas de la vida le llevaron a ver de cerca la situación que viven hospitales por el coronavirus. “Me gustaría estar ayudando en primera línea”.
Vuelta interrumpida
Regresaba a los banquillos con el objetivo de asentar en la categoría de plata del fútbol español a un debutante como el Fuenlabrada. No dudó en cuanto le llamaron. “El equipo tiene calidad para soñar”. Se ha visto obligado a conocer a sus jugadores con llamadas por skype y desea que el balón vuelva a rodar, que se termine la temporada, pero antes la salud tiene prioridad. “España ha demostrado que es un país solidario y juntos podemos ganar a esta pandemia”.
“Cuando empezó todo el brote acababa de firmar por el Fuenlabrada y tuvimos que dejar de entrenar. Mi suegro se rompió la cadera, tuve que estar semana y media en el hospital sin que le pudiesen operar. Me sensibilizó vivirlo de cerca. Vi películas en urgencias que jamás imaginé. Doy mucho valor a lo que están haciendo sanitarios. Somos unos privilegiados por poder trabajar desde casa e intentar poner freno a la pandemia”, reconoció. Sobre la vuelta al fútbol es optimista, aunque prioriza ahora mismo la salud por encima de todo.
“No las he perdido (las esperanzas) pero no se sobreponen a mi esperanza primera, que es salud y que acabe esto lo más rápido posible. Ya se pensará en el fútbol. Es un camino que ayuda a mucha gente a evadirse de lo que estamos sufriendo. El deporte crea emociones, te ayuda a empatizar, a dialogar, vivir pasiones y es un antídoto que nos puede ayudar, pero por encima de todo hay que pensar en la gente que está en primera línea, comentó.