Una victoria de infarto
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17º-23º

Una victoria de infarto

Una victoria de infarto
Campo de A Malata partido de fútbol entre el Racing y el Toledo

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A pesar de que hoy puede regresar a esa zona, ayer el Racing durmió, por primera vez en muchas semanas, fuera de las cuatro últimas posiciones, las que condenan el descenso a Tercera. La culpa la tuvo la victoria con la que saldó su encuentro frente al Toledo, un rival directo por el mismo objetivo, que terminó perdiendo un compromiso que era como una final –especialmente para el equipo ferrolano– y que acabó convertido en un duelo no apto para cardíacos. Sobre todo, porque la inferioridad numérica en la que el cuadro verde jugó la fase final del partido convirtió el duelo en un acoso que, sin embargo, el conjunto manchego no pudo convertir en derribo para, al menos, sumar un punto en A Malata.
Arrancó el encuentro de una manera prometedora para los intereses racinguistas. Sobre todo por la intensidad que le aplicó el juego, lo que le permitió combinar la pelota a cierta velocidad y encontrar huecos en la defensa de un rival que ofrecía algunos signos de debilidad. De todas maneras, esta buena puesta en escena no se convirtió en ocasiones más o menos claras para marcar, aunque en realidad era la escuadra de la ciudad naval la que tenía mejor aspecto.
El empuje racinguista, sin embargo, fue a menos con el paso de los minutos. De hecho, el partido se introdujo en una fase en la que tan pronto la pelota iba de una portería a otra en unos segundos como cualquiera de los dos contendientes –más el Toledo en el tramo final de la primera parte– la acaparaba a través de largas posesiones. Fue esta una fase en la que el cuadro manchego estuvo mejor plantado sobre el terreno de juego, aunque sin ser capaz de generar demasiadas ocasiones hasta que en el tramo final de la primera parte dispuso de la más clara del encuentro con un disparo desde dentro del área de Sergio García que fue rechazado por Aitor Arregi para evitar que su disparo se transformarse en tanto para los visitantes.

Empuje
Empezó el Toledo la segunda parte metiendo el miedo en el cuerpo con dos llegadas que sembraron la incertidumbre delante de la portería racinguista, pero enseguida fue el equipo ferrolano el que retomó el control de la situación. Fue esta una fase en la que, a base de empuje y de ganas de ganar, controló el encuentro. Y el resultado llegó a través de un pase interior de Álvaro Rey sobre Joselu que, tras sortear la salida del meta Alcolea, marcó casi sin ángulo para poner por delante a la escuadra local.
Lo más difícil estaba hecho, pero la alegría no le duró al equipo ferrolano ni diez minutos. Fue el tiempo que tardó en quedarse en inferioridad numérica por la expulsión sufrida por Joselu y, además, demostrar que el partido se le podía hacer muy largo por el precario estado físico en el que estaban muchos de sus jugadores. Es decir, que le quedaban más de veinte minutos de sufrimiento si lo que quería era llevarse los tres puntos que lo sacasen de las cuatro últimas posiciones de la tabla clasificatoria y, de esta manera, renovase sus aspiraciones de acabar consiguiendo la permanencia.
Pero lo que parecía que iba a ser lo más difícil, en realidad no lo fue tanto. Centrado en la labor de defender y tapar huecos, el cuadro de la ciudad naval consiguió que su rival apenas fuese capaz de crear las ocasiones que antes sí había sido capaz de generar. Así, los minutos fueron transcurriendo –pero muy lentamente– y el Racing incluso pudo haber sentenciado el encuentro a poco que tuviera más lucidez a la hora de resolver alguna contra. Pero con lo que tenía ya era bastante, porque le permite ver el futuro próximo de una manera más halagüeña. l

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