El momento de la verdad
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ACoruña atiende con expectación a las venturas y desventuras de dos de sus dos principales emblemas deportivos que tratan de consolidar sus éxitos de la pasada primavera.


Nada resulta sencillo cuando se sube un escalón más en la exigencia y la competitividad. Lo perciben Deportivo y Básquet Coruña. que caminan por la temporada entre altos y bajos. El fútbol parece haberse estabilizado. Hay un importante gasto salarial detrás, por más que desde el club se intente argumentar que no es para tanto. El equipo se sostiene sobre la base de la pasada temporada porque los refuerzos, salvo casos puntuales, apenas han resultado. Ya nadie se acuerda del hype despertado por Charlie Patiño, confinado a la grada o a las profundidades del banquillo. Con todo, el Dépor ha encontrado un camino.


Esa ruta se la ha dado Óscar Gilsanz, que ha dotado al equipo de una consistencia defensiva de la que carecía anteriormente. El Deportivo es hoy un equipo coriáceo y más difícil de batir que el que comenzó el curso. Por momentos resulta también vistoso. La permanencia está cerca. Apenas queda un último empujon, encadenar tres resultados positivos al estilo de lo que ha conseguido el Burgos, que hace un mes estaba con el agua al cuello y después de cuatro victorias sin excesivos alardes festejó anoche prácticamente la permanencia.


El caso del Básquet Coruña parece más peliagudo de resolver. Hubo una demora que se antoja decisiva en la toma de ciertas decisiones ante lesiones o bajos rendimientos. El equipo ha mejorado en talento. Heurtel es una maravilla, da gusto verle jugar. Pero se echa en falta eso que el Deportivo ha sabido interpretar para hacerse fuerte una categoría por encima, el esfuerzo defensivo que siempre se necesita para no ser vulnerable.


El Leyma es un equipo con alma. Tiene momentos de juego excelente que hacen vibrar al Coliseo. Pero padece por sus desconexiones brutales y su incapacidad para frenar los ataques rivales, que son de un nivel mucho más elevado que los del año pasado. El camino es la defensa, flexionar las rodilla, bajar el culo y trabajar para blindar el aro, ofrecer ayudas, cerrarse en busca de los rebotes. A partir de ahí el talento debe fluir.


Quedan cada vez menos jornadas, pero el éxito es todavía posible. No tiene pinta de que la sexta victoria vaya a llegar hoy en la complicadísima pista del Valencia, pero el Leyma tiene opciones si logra hacerse fuerte en el Coliseum como local. A Coruña quiere más ACB, la ha paladeado y degustado (incluso con siinsabores) y no quiere perderlo. Es el momento de hacer el esfuerzo, el momento para que el cuadro naranja y también el Deportivo consoliden unas posiciones que tanto costó ganar. 

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