La estabilidad
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La estabilidad


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Al retorno del Dépor Abanca a la Primera División Femenina, hay que sumar la permanencia del Fabril en su primera temporada en la categoría, el título del juvenil A que pronto peleará por el cetro nacional, así como el primer puesto del juvenil B y del equipo cadete en sus respectivas competiciones. A todo esto se une el ascenso que acaricia el primer equipo y que en esta ocasión no se le va a escapar.


No sé si esta sucesión de buenos resultados en las distintas categorías del Club avala lo acertado o no de un proyecto deportivo.


Seguramente existen otros factores que añadir a este fenomenal rendimiento. De todas formas, lo verdaderamente cierto es que si los resultados fueran adversos estaríamos hablando de un nuevo fracaso en la planificación diseñada desde los despachos de la Plaza de Pontevedra.


Después de largos años acumulando demasiadas decepciones deportivas, relevos en la presidencia, cambios trascendentales en el accionariado, así como en la estructura y organigrama del RCD; desde el pasado verano el Club lo preside una persona extremadamente discreta -pocos conocen su nombre y apellidos- que en poco o nada se inmiscuye en las decisiones deportivas, además de mantener un perfil puramente institucional dejando en manos del director general y su staff técnico todo lo relativo a la planificación deportiva.


Habría que añadir otro elemento para valorar este buen momento: la paciencia. Si antes de navidades, o incluso cuando el equipo ocupaba puestos de descenso, se hubieran aplicado las medidas que marca el librillo futbolístico tradicional -destitución del entrenador, acudir con prisas al mercado invernal, y, en definitiva, abortar precipitadamente el proyecto a mitad de temporada-, nos hubieran privado de la resurrección del plantel que estamos viviendo en esta segunda vuelta.


La próxima salida del concurso de acreedores, circunstancia que siempre comprometía los presupuestos del Dépor, está a punto de producirse. Un escenario en nada menor ya que permitirá soltar el pesado lastre que suponía la deuda. Quién sabe si en el futuro se dará entrada a nuevos accionistas o se mantendrán los actuales. Sea como fuera, nada que reprochar a la Propiedad que llegó a la institución cuando ésta estaba en bancarrota y corría un peligro real de desaparición.


Pero este será otro tema que no nos hacer perder de vista el gran momento blanquiazul. El Club está a punto de cerrar la época más tenebrosa de su larga historia que lo mantenía en la oscuridad de la tercera categoría del futbol nacional por cuarta temporada consecutiva. Y eso hay que celebrarlo como se merece.


@pgarcia_ramos

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