Ha caído de pie en el Bergantiños. Después de un temporadón con la Sarriana, un recién ascendido con el que jugó fase de ascenso a Segunda Federación, Jorge Cuesta (Vigo, 40 años) disfruta de la cuarta división nacional en un equipo que ha llamado la atención de la categoría por ser el más goleador de la primera vuelta. El míster del conjunto carballés analiza la primera parte de la temporada en la que su equipo despide el año a dos puntos de playoff y a tres del playout.

¿Qué valoración hace de la primera vuelta?
Bastante buena. Analizándolo fríamente, si nos dicen a principio de temporada que íbamos a estar con estos puntos y en esta situación, todos estaríamos contentos. Quizá me ha quedado un poco de mal sabor de boca porque creo que deberíamos tener algún punto más que nos haría estar un poco más tranquilos en el inicio de la segunda vuelta.

¿Qué es lo que más le ha gustado de su equipo?
El nivel que han mostrado los jugadores es más alto del que me esperaba teniendo en cuenta que la mayoría vienen de Tercera. Me ha gustado la personalidad de mis futbolistas para jugar en cualquier escenario y ante cualquier rival. Considero que eso, a la larga, nos tiene que dar puntos. También me gusta que cuando las cosas van mal, todos tenemos claro lo que hay que hacer.

¿Y lo que menos?
No deberíamos quedarnos solo con los errores de los defensas sino de todo el equipo. La mayoría de los fallos que nos han costado goles en contra han sido por falta de concentración en algunas situaciones. Somos un equipo joven y con mucha gente nueva y por eso hay margen de mejora en ese aspecto y lo vamos a mejorar. Es una ventaja tener focalizados los errores y los aspectos a corregir cuando lo hacemos mal.

En la jornada 9, el Bergan era cuarto y estaba a dos puntos del Pontevedra, actual líder. Después llegaron tres derrotas seguidas.
La racha de resultados cambió después de jugar la Copa, en la que hicimos un buen partido. A partir de ahí, cosas del fútbol, fuimos a Valladolid para jugar contra el Promesas, merecimos ganar pero perdimos. En esta categoría, cuando pierdes dos o tres partidos seguidos te metes abajo. Al principio todo era maravilloso. La derrota hace que disminuya la alegría en los entrenamientos, pero veíamos que hacíamos las cosas bien, que éramos capaces de seguir generando. Las dinámica negativa no llegó porque no jugásemos a nada o porque no dominásemos los partidos.

La Liga está tan loca que un gol del Rayo Cantabria en el 98 impidió que el Bergan terminase la primera vuelta en zona de playoff. ¿Dolió esa situación en el último partido del año?
Más que de dolor, la sensación fue de impotencia porque no es la primera vez con un partido encarrilado siendo superior al rival en el que se escapan puntos después de un buen trabajo. Veníamos de ganar al Fabril con un ambiente muy bueno, pero si lo pensamos con perspectiva, hace dos semanas estábamos en puesto de playout y con dos puntos más estaríamos en playoff. Lo más importante es que hemos terminado la primera vuelta con buenas sensaciones.

¿Se ha sentido identificado con el juego de su equipo?
Sí, y espero que los jugadores también se hayan sentido identificados. Cuando propones y los futbolistas ven que lo haces de verdad son los primeros que quieren seguir esa idea. Las buenas sensaciones en la pretemporada y los resultados de las primeras jornadas han ayudado a reforzar la idea, pero reconozco que disfruto mucho del día a día y de los partidos de mi equipo, aunque soy consciente de que debemos mejorar en ciertos aspectos.

El Bergantiños es el equipo más goleador de la Liga junto al Rayo Cantabria con 30 en 17 jornadas.
Es algo que se consigue teniendo futbolistas talentosos en el equipo. Ha habido tramos de partido muy buenos en muchas jornadas y si eso se junta con eficacia en las finalizaciones, puede pasar esto. También puede que influya nuestro estilo que provoca que los partidos sean de mucho ida y vuelta y de que haya muchas ocasiones. Cuando nos ponemos por delante y el rival se abre disfrutamos un poco más de esas situaciones y por eso ha habido partidos de marcar tres, cuatro y cinco goles.

Normalmente, el Bergantiños se ha estructurado casi siempre en 1-4-3-3, pero también ha habido momentos de otros dibujos. ¿Qué importancia le da a los sistemas?
En ataque, los sistemas son un posicionamiento de partida, pero considero que nuestro equipo es, ofensivamente, bastante desordenado dentro de un orden. Es decir, son los jugadores los que cambian de posiciones. En defensa sí variamos más. Solemos partir del 1-4-4-2, pero en ocasiones se convierte en un 1-5-4-1 o en 1-4-1-4-1. Si el rival hace salida de tres, uno de nuestros extremos baja y el otro salta. Depende de la manera de atacar del rival y decimos números para que los jugadores lo entiendan mejor. En definitiva, en ataque me gusta que el equipo esté ordenado y en defensa nos adaptamos a la propuesta del rival.

El Bergan tiene un once tipo bastante definido.
Con el inicio que tuvimos era difícil hacer cambios. Ganando 4-1 y haciendo buenos partidos se complicaba dar minutos a toda la plantilla porque el trabajo que estaban haciendo los jugadores por los que se apostó era muy bueno. Cuando bajamos un poco a nivel de resultados, veíamos que el equipo seguía ofreciendo un buen nivel y que los puntos se nos escapaban por acciones muy puntuales. Por eso me resultaba difícil hacer cambios en el once, aunque ha habido lesiones, la rotación en la Copa... Remeseiro fue el último cambio del medio en la primera jornada y ahora lo juega prácticamente todo. Antañón se quedó fuera de convocatorias al principio y ahora es titular... Las temporadas son muy largas y dan oportunidades a todos los futbolistas.

Antañón es el pichichi de la Liga con ocho goles en menos de 1.000 minutos.
Sabíamos que era un jugador con mucho gol, pero no nos esperábamos estas cifras. No sé si porque llegamos muchas veces o porque ha cogido confianza pero es un futbolista que, sin intervenir mucho en un partido, es capaz de ver portería. En la última jornada, contra el Rayo Cantabria y jugando en la derecha, donde está más incómodo, provocó el penalti y marcó el 3-2. Es muy agresivo ofensivamente, saca siempre tiro, y está cerca de donde cae el balón para rematar. Tiene veneno para buscar el gol y eso, unido a su buen golpeo, provoca que pasen estas cosas.

Cristian Moreno ha marcado muchos goles a balón parado. Contra el Fabril también lo hizo Fito. ¿Qué importancia le da el Bergan a ese aspecto?
Mucha. Es Subirán el que se encarga de esas situaciones. Cuando tuvimos derrotas por encajar a balón parado se sintió más responsable y ahora es justo darle el valor y el mérito que se merece. Empezamos marcando goles en esas jugadas. Luego hubo momentos en los que los saques no eran buenos y parecía que no lo trabajábamos. A nivel defensivo, igual, pero no tenemos mucho talento, ni gente grande, ni ganadores de duelos en esas situaciones para tener más eficacia.

Tijan fue el único jugador que se llevó de la Sarriana.
A Tijan lo conozco muy bien, pero en la plantilla no tenemos un lateral izquierdo tan específico y por eso parte con ventaja. Defensivamente tiene que mejorar pero para arriba es un futbolista distinto, incluso en la categoría. A nivel ofensivo debe tener más tranquilidad y decidir mejor, pero tiene mucha llegada y energía y suma continuamente en ataque. No es fácil encontrar laterales, izquierdos o derechos, con su proyección ofensiva.

Uzal es el mediocentro defensivo del equipo.
Aunque no es un ‘6’ específico, no tiene un sustituto claro en la plantilla. Hace grupo, me entiende y yo me entiendo con él. Es muy fiable. Siempre nos va a dar un 6 y un día muy bueno nos da un 8 o un 9. Físicamente es de los pocos futbolistas de la plantilla que aguanta 90 tras 90, incluso jugando el partido de Copa. La sensación de tener un jugador tan fiable en esa posición es importantísima para un entrenador.

Pachón es otro de los incansables del Bergan.
Cuando perdemos el balón, tanto Pachón como Núñez hacen que el equipo esté presionando en campo contrario todo el rato. Además, él nos da situaciones de gol, de correr cuando robamos, la opción de jugar sobre él. Y no para de trabajar los 90 minutos. En general, todo lo que hemos firmado es de ese perfil. Gente con ganas de crecer en el fútbol y que no sabe dónde va a estar dentro de unos años. En esa energía es en la que nos tenemos que basar porque somos el último equipo gallego de la categoría a la hora de fichar jugadores, ya no por presupuesto, que también, sino por el campo. Es un factor que condiciona mucho a un futbolista a la hora de elegir. Cualquiera prefiere jugar en San Lázaro o incluso en O Vao que en As Eiroas.

¿El campo de As Eiroas perjudica al juego del Bergantiños?
Lógicamente, en un campo más grande y de césped natural podríamos jugar mejor. Nos condiciona, pero también nos beneficia porque en As Eiroas estamos en el área contraria más veces y por eso metemos muchos goles. Eso sí, jugar en hierba natural es un deporte distinto a hacerlo en artificial.

¿Qué es para Jorge Cuesta jugar bien al fútbol?
Ganar. A veces utilizamos la frase ‘no ganamos pero jugamos bien’ como una excusa. Lo mismo que cuando en los filiales se dice: estamos formando. Si pierdes muchas veces es que no estás jugando bien, pero parece más fácil justificar la derrota. Jugar bien es poder controlar el partido desde lo que yo quiero hacer. Se trata de dominar. Nuestra propuesta es dominar los partidos con el balón, pero para jugar bien tienes que crear situaciones y tener la sensación de que tu equipo tiene el partido controlado, de que pierdes la pelota y estás ordenado, de saber defender en inferioridad. Pero hay otras propuestas igual de válidas. Si eres un equipo defensivo y ganaste 1-0 pero tu portero hizo 15 paradas, no has jugado bien.

¿Trabaja de la misma forma Jorge Cuesta en Segunda Federación que en Tercera?
El cuerpo técnico ayuda mucho y me quita muchas horas de trabajo. Hemos pasado de ser tres la temporada pasada en la Sarriana a siete en el Bergantiños. Dedicamos muchas más horas a ver al rival y a conocer la categoría. Aunque lleve años viendo partidos y jugadores no es lo mismo tenerlos de rivales. En cuanto a la distribución de contenidos de la semana es un poco más parecido, pero como podemos entrenar más horas dedicamos más tiempo a trabajar aspectos más específicos.

Dicen que los entrenadores no dejan de evolucionar. ¿Qué ha aprendido en lo que va de temporada?
Más que aprender, me he dado cuenta de que el nivel de los jugadores es muy alto. Estaba acostumbrado, cuando entrenaba en el Celta, a proponer los 90 minutos siendo superior al rival en casi todos los partidos. En esta Liga hay que buscar otras situaciones para defender siendo agresivo, pero no podemos defender todo el partido a unos contra unos porque hay rivales de mucho nivel y porque mis jugadores ya no son superiores siempre. La gestión del equipo en la Liga me ha ayudado a ser más estable como entrenador, a darle el mismo valor a estar con 24 puntos y no con 26 en zona de playoff por un gol en el descuento y a entender que si ocupamos puesto de playout no se acaba el mundo. Esta competición es tan rara y única por las variaciones que hay en la clasificación de una semana para otra que te hace aprender a relativizar.

¿Cómo se ha adaptado a un club como el Bergantiños?
Muy bien. Es un sitio que mezcla un club que está creciendo con el familiar. Hay entre ocho y diez personas en el día a día y en los partidos que son los que hacen que funcione todo. Cuando las cosas van mal, me da más pena por ellos que por mí porque veo que sufren. El trato es muy cordial y se preocupan de que los jugadores estén bien. En la parte deportiva, estar en Segunda Federación es un salto muy grande para mí que me apetecía dar. Estoy contento por estar aquí y súper agradecido por la oportunidad.

¿Qué es lo que más le ha gustado de la Liga hasta ahora?
Para lo bueno y para lo malo, que competimos todos los partidos. Es algo súper divertido y estimulante. Sabemos que tenemos capacidad para competir ante cualquier rival y eso, como entrenador, te obliga a exigirte para solucionar los problemas y las dificultades que van surgiendo. Me gusta estar exigido y que cada semana me suponga un reto personal de cómo atacar al rival para hacerle el mayor daño posible y cómo defenderlo para tratar de anularlo.

¿Qué espera del 2025?
Lo mismo que hasta ahora. El equipo viene de una temporada muy complicada con la presión de tener que ascender sí o sí. Quiero que sigamos disfrutando del día a día y del ambiente que tenemos entrenando. Ojalá con buenos resultados porque eso nos dará confianza para hacer lo que queremos.

¿Imagina un final de temporada con el Bergan sufriendo o disfrutando?
Espero que disfrutando. Tenemos que ser conscientes de que un equipo que quiere salvarse, que aspire a ser campeón o al playoff, va a tener muy difícil conseguir hasta las dos últimas jornadas.

¿El equipo tiene capacidad para aspirar a algo más que a la permanencia?
Creo que nos equivocaríamos si pensamos en algo más y ese ha sido un problema en alguna fase de la primera vuelta. Hemos mirando demasiadas veces hacia arriba e incluso cuando íbamos cayendo seguíamos mirando hacia arriba. Como entrenador tengo que ser el más cauto y centrar al equipo en el objetivo real.