No le sirvió al Paiosaco hacer los deberes y terminar con 41 puntos, un número bastante alto para una liga de dieciocho equipos. Su triunfo ante el Polvorín (1-0) resultó insuficiente ante la victoria del Rápido de Bouzas frente a la Sarriana (5-1) y la próxima temporada jugará en Preferente.

La afición no iba a dejar solo a su equipo en un partido como este y A Porta Santa presentó una buena entrada desde minutos antes del comienzo del partido. Para recibir a los jugadores, pasillo con bengalas de humo a la salida de vestuarios y aplaudidores hinchables en la grada.

Diego Armando García optó por la mayoría de sus hombres más habituales, pero la novedad estuvo en el lateral izquierdo, donde Rodri Parafita entró en el sitio de Pablo. El técnico le dio toda la banda izquierda al ex del Silva, que respondió con una buena actuación.

El balón se puso en juego y el Polvorín comenzó teniendo algo más el balón. Suyos fueron dos primeros tímidos intentos, en las botas de Cidre y Lizancos desde fuera del área.

Mucho más clara fuera la de Freire, unos minutos después, pero el balón terminó en saque de esquina tras una buena intervención de Dani Moreno.

Juanma, lateral derecho del Paiosaco, estiró a su equipo con una gran conducción y forzó un córner al sacarse un disparo que repelió Embadje. Fue la antesala del 1-0, ya que en la acción posterior, en segunda jugada, apareció Cristian en boca de gol para embocar.

Esperanza fugaz

Vivió entonces el Paiosaco unos minutos felices, de ilusión, ya que casi al unísono de su gol llegó el de Cuadrado en el Baltasar Pujales. Los verdiblancos estaban haciendo los deberes y además el Rápido de Bouzas necesitaba dos goles ante la Sarriana.

Pero el cuadro vigués apenas necesitó ocho minutos para voltear el marcador, con tantos de Aitor Aspas y Aram Pazos, lo que le volvía a poner en esa posición que si bien no suponía la salvación, sí mantenía con vida. Ya no la volvería a soltar en toda la tarde.

De ahí al descanso, el Paiosaco pudo marcar el segundo en un centro tenso de Willian al área que despejó Cristian de forma defectuosa; y también tuvo una buena opción Lizancos de poner el empate, pero elevó demasiado su vaselina ante la salida de Dani.

Los jugadores locales se marcharon a vestuarios algo tocados, seguramente conocedores de que el Rápido acababa de hacer el tercero, algo que definitivamente ponia las cosas muy cuesta arriba.

Y a los diez minutos del segundo acto, la tarea pasó a ser directamente imposible, ya con tres goles de ventaja para los vigueses. En un ambiente como es lógico más frío, al Paiosaco le quedaba apelar al orgullo para lograr despedirse de la categoría con victoria.

En el siguiente cuarto de hora hubo una ocasión para los visitantes, en un disparo con poco ángulo de Guerrini; y dos para los locales. En ambas escapó Cristian por banda derecha y su centro no pudo ser aprovechado por Dani y Pablo, respectivamente.

Todo estaba visto para sentencia y los últimos minutos transcurrieron con muy poco ritmo, lo cual no evitó pequeños piques que se saldaron con un par de cartulinas amarillas.

Al término del partido, ovación para los jugadores, que lo intentaron y cayeron con orgullo.