Las cuentas son tan difíciles como claras. El Paiosaco necesita recortar un punto al Rápido de Bouzas si quiere conservar sus opciones de permanecer un año más en Tercera Federación. Para que esto suceda debe ganar al Polvorín y que los vigueses no logren los tres puntos frente a la Sarriana o empatar su partido y que el cuadro de Víctor Rodríguez caiga ante los lucenses.
No va a ser sencillo, porque aunque el triunfo de los verdiblancos es factible al enfrentarse en casa a un rival sin nada en juego; la situación del Rápido es exactamente igual, una vez la Sarriana aseguró la pasada jornada su presencia en la fase de ascenso.
Pese a ello, no es la primera vez en los últimos años que el Paiosaco se encuentra en una situación límite y en tres ocasiones logró hacer un ejercicio de escapismo y salir con el objetivo bajo el brazo.
Nos remontamos primero a la temporada 2018/19, la primera vez que el conjunto de Laracha pisó la Tercera Gallega. El curso anterior había logrado el ascenso bajo las órdenes de Juan Riveiro y con él en el banquillo logró una permanencia tan meritoria como sufrida. El equipo terminó en decimoquinta posición, con cuatro puntos de margen sobre el descenso y sin ningún puesto de colchón, ya que el Céltiga, su más inmediato perseguidor, se sumó por arrastres a los cuatro descensos directos. El Paiosaco se mantuvo durante toda la temporada en la zona baja de la tabla, peleando por sacar la cabeza, y llegó a la jornada 30 situado en una posición que le enviaría a Preferente. A falta de cuatro jornadas para el final la situación no era mejor, todavía en puesto de relegación, pero un buen final -7 de los últimos 12 puntos, les sirvió para asegurar el objetivo.
En el siguiente curso los verdiblancos no hicieron méritos deportivos para salvarse, y en un contexto normal habrían descendido, pero la liga quedó suspendida por el Covid-19 a once jornadas del final, cuando se encontraban a quince puntos de la salvación que marcaba el Alondras. Una distancia insalvable, pero que no tuvo consecuencias al quedar anulados los descensos.
Y tras caer a Preferente y regresar al año siguiente a Tercera Federación ya bajo las órdenes de Diego García, el equipo logró el curso pasado su tercera permanencia en la categoría por excelencia del fútbol gallego. El año no empezó bien y a trece jornadas para el final era penúltimo a un punto del colista y a ocho del undécimo puesto en el que terminó. La mayoría de triunfos llegaron en la segunda vuelta y con 7 de los últimos 9 puntos se aseguró la permanencia sin tener que mirar a arrastres o depender de la decisión federativa de ampliar a 18 los equipos en la liga.
A esos precedentes se agarra el Paiosaco, que en caso de terminar por delante del Rápido de Bpuzas seguirá vivo y a la espera de que el equipo gallego que juegue la eliminatoria nacional de los playoffs logre el ascenso a Segunda Federación, lo que le salvaría.